Penya Barcelonista de Lisboa

dimarts, de juny 08, 2010

ELECIONS ELECCIONES ELEIÇÕES




«Quítate ya la careta»

El primer encuentro entre los cuatro candidatos se convierte en un cruce de reproches y una constante embestida de Ingla a Rosell
Todos dicen que mantendrán el modelo actual
Ni un minuto tardó Marc Ingla en enseñar su cartas. Con una fuerza inusitada, impensable en un ingeniero que dice ser analítico y reflexivo, salió de estampida en cuanto vio encendido el «on» del micrófono. «No tengas miedo de decir la verdad, Sandro, quítate la careta», dijo Ingla en su primera intervención. No abandonó ese tono inquisidor hacia uno de sus oponentes, el favorito a tenor de las encuestas y la cantidad de firmas recogidas, en los 80 minutos que duró el primer debate en el que coincidieron los cuatro candidatos.
El proyecto deportivo era, teóricamente, una de las cuestiones resueltas y al final acabó derivando en el asunto que más tiempo ocupó. No hubo anuncios de fichajes, en un latente temor y respeto hacia la posible reacción de Pep Guardiola, la única figura incuestionable del club. Ingla y, en menor medida, Jaume Ferrer y Agustí Benedito quisieron resaltar a Rosell como la figura rupturista, aunque los cuatro, en diferentes grados, se sienten partícipes de un modelo que van a mantener.

«No te escondas, no digas que hablarás con Txiki porque ni lo llamarás, ni que mirarás a la cara a Cruyff. Di cuántos técnicos entrarán en la cantera y cuántos jugadores te venderás a ti mismo», interpeló Ingla a Rosell –que aún no había abierto la boca–, subrayando el afán intervencionista que le atribuyen los demás. «No voy a romper algo que ayudé a crear», replicó, en un intento de atenuar la sospecha creada de que con él terminará la época de bonanza deportiva.

Pero hubo reproches cruzados de lado a lado de la mesa que presidía Manel Fuentes, el conductor del debate y director de Els matins de Catalunya Ràdio, el escenario donde se celebró ese primer encuentro. «No te apropies de las seis copas con las que te has fotografiado porque las ganamos después de que te marcharas», dijo Ferrer a Ingla, quien se arroga el mérito de hacer sido vicepresidente deportivo cuando se confió la plantilla a Pep Guardiola.

«Estaréis de acuerdo en que el único que ha creído y ha defendido este proyecto, con toda las dificultades y la presión que ha habido, soy yo», interrogó Ferrer a sus colegas. Benedito, por el contrario, hizo valer la virtud contraria: ser el único que no ha sido directivo y, por tanto, corresponsable de las «equivocaciones» de la era Laporta. Entre ellas, la relación de Laporta con la dictadura de Uzbekistán.

El aviso de Benedito

«Todos decís que cambiaréis la gestión del club para reducir la deuda, pero ninguno lo habéis hecho. No sé si ahora os creerán los socios», intervino Benedito, antes de avisar a Rosell sobre un asunto delicado. «Vieron a boixos nois hacer proclamas en tu favor. Sé que alguno ha estado en reuniones que has hecho con la grada joven sin que lo supieras», desveló Benedito tras escuchar la inequívoca promesa de Rosell de que mantendría la política de violencia cero en el estadio. «Pues procura que no entren antes en tu despacho», añadió.

El empresario Rosell también encendió las alarmas sobre la deuda del club y de que debe regularse la entrada de socios. No tanto por el limitado aforo del Camp Nou

–más de la mitad carece de abono y no puede ir al estadio– sino por el peligro de que el club pueda perder «su esencia».

Expuso el ejemplo de que 30.000 habitantes de un pueblo de Siberia decidieran inscribirse por internet y que el alcalde se instalara en Barcelona antes de las elecciones para poder ser presidente. «Sandro, no puedes hacer un club cerrado de unas cuantas familias», intervino el agresivo Ingla.