Penya Barcelonista de Lisboa

dimarts, de juny 08, 2010

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Benedito: El candidato imprevisto
Nadie contaba con él pero se metió en la Q1. Ahora, desde el cuarto lugar de la parrilla, apretará a los favoritos

El cuartel general de Agustí Benedito está situado en el mismo corazón de Barcelona. Mira a la plaza Sant Jaume y es una sede ‘abierta’ a los fumadores; una bendición para ellos, en los tiempos que corren. Por las ventanas penetra la bullanga de los turistas que patean el Barri Gòtic. “El lunes anterior a la entrega de las firmas, esto parecía un manicomio”, bromean los miembros de su equipo. “Teníamos en Sant Jaume la manifestación de los funcionarios y nosotros aquí, repasando y recogiendo firmas. Había una caja de ibuprofenos y se quedó tiritando”. Hasta su madre, Montse, andaba por allí. Y por supuesto, Lluïsa, su compañera y su apoyo, con la que vive en Sant Cugat junto a sus cuatro hijos.

Agustí Benedito (Barcelona, 22-6-1964) llega al local procedente de Tarragona. Ha de preparar el primer debate a cuatro y ya por la noche, acudirá a una entrevista en una emisora. Es muy posible que se desplace en el Metro, que lo usa habitualmente. Se le ve relajado, satisfecho por haber superado la cruel línea que establecen la opinión pública entre el ‘frikismo’ y los candidatos de pleno derecho. 2095 firmas.
No ha sido un camino fácil. Lleva a cuestas 16.000 kilómetros currándose cada firma primero, y ahora cada voto. Quizás ésta sea su mejor virtud, la persistencia cuando cree en algo. “Da la mano con firmeza y te mira a los ojos aunque a veces parece un poco vehemente”, dicen algunos. “No tiene un carácter fuerte, sino contundente, de los que están seguros de sí mismos”, puntualizan en su sede. “Es muy carismático”, sentencia otra colaboradora, que confiesa estar “abducida” por el candidato. “Lleva la campaña en la cabeza y es difícil pillarle en fuera de juego” aunque en ocasiones cueste que entre por los derroteros que marca la imagen políticamente correcta. Corbatas, las justas; camisas oscuras, pese a quien pese. La barba es suya, intransferible.

El Benedito culé viene de cuando su padre le llevaba a algún partido; de cuando algún amigo le pasaba un carnet y, de cuando a veces, como tantos chavales, esperaba en los alrededores del Camp Nou a que un socio con carnets de sobra le colara. Hablamos de la prehistoria, cuando no existía el ‘Seient Lliure’. El Benedito socio nace a los dieciocho. “Iba al Estadi con una vespa color naranja de segunda mano que me compré a los dieciséis por 75.000 pesetas (450 euros). A mis padres no les hizo ninguna gracia...”. El mayor de cinco hermanos, a Agustí le tocó abrir el camino al resto en muchas cosas. Y también sufrir con toda la familia la pérdida de uno de ellos, Valentí, atropellado en la plaça Molina a los 16 años.

Del colegio La Farga de Sant Cugat y el Abat Oliba de Barcelona, a la facultad de derecho. Una noche de 1986, Julio Alberto le marca un gol a la Juventus en cuartos de final de la Copa de Europa. “Al salir del campo, me habían robado las dos ruedas de la vespa”, recuerda.

Otro salto adelante. Agustí acaba tercero de derecho y se traslada a Londres para continuar sus estudios y perfeccionar el inglés. De vuelta, se integra en la empresa familiar y se pone al frente del negocio, el Grupo de Automoción Benedito.

Nos plantamos en 1997. Existe un sector del barcelonismo crítico con el presidente Josep Lluís Núñez; entre ellos se encuentra él, que a través del que ahora es su ex suegro, ha conocido a Albert Perrín. “Los dos coleccionan chapas de botellas de cava y tenían buena relación”. En una cena en el restaurante Neguri conoce a Joan Laporta. Después a Moix, Torrent, Godall, Borràs, Carabén, Vicens... El germen del Elefant Blau que colaborará con Angel Fernández en las elecciones de 1997, impulsará la moción de censura en 1998 y se integrará en el equipo de Lluís Bassat en el 2000.

Las cosas han cambiado en 2002. Joan Laporta se plantea impulsar su propia candidatura y Benedito es de los que más animan a desmarcarse de Bassat, pero tiene varios frentes abiertos, inmerso en la venta de parte de las empresas familiares y resolviendo la separación de su esposa y sólo puede incorporarse en la recta final. Tras la victoria del 15 de junio de 2003, se integra en las comisiones Deportiva y Social del club hasta que en 2009 abandona el club por sus diferencias con Joan Laporta.

Y llegamos al 7 de octubre de 2009, cuando, a través de una nota de agencia, anuncia que se presentará a las elecciones acompañado de amigos como Lluís Daniel-Geli. “Usted que entiende de coches, adjudique una escudería a cada candidatura”, se le propone. “Me gusta mucho Ferrari, pero mejor pongamos un piloto por candidato, dejando fuera a Fernando Alonso”. Aceptadas las condiciones, su veredicto es: “Rosell, Button; Ingla, Webber; Ferrer, Trulli; Benedito, Vettel”.