REAL MADRID 0 - BARCELONA 2
Pellegrini y la imaginación
El técnico chileno, más preocupado por frenar al Barça que por imponer su fútbol, vuelve a apostar por una medular poco creativa
El técnico chileno, más preocupado por frenar al Barça que por imponer su fútbol, vuelve a apostar por una medular poco creativa
Manuel Pellegrini le dio anoche otro ataque de pánico. En Lyon, en el partido de ida de los octavos de final de Liga de Campeones, decidió lanzar al ruedo a Mahamadou Diarra, que llevaba un mes sin jugar "para frenar el juego en alto" de los franceses. El equipo no fue capaz de crear ocasiones de gol. Anoche el chileno se preocupó más de frenar al Barcelona que de hacer e imponer su fútbol. Vertical y rápido. Dejó en el banquillo a Guti y mandó a la grada a Granero, los dos jugadores con más calidad de plantilla, colocó a Marcelo en el interior izquierdo -no jugaba en esa posición desde el partido contra el Sevilla, hace mes y medio-, a Gago en el centro y a Xabi Alonso a su derecha.
Al argentino, recuperado del olvido en las últimas tres semanas, le mandó a tapar a Xavi y a Pedrito (robó cuatro balones en los primeros ocho minutos) y al español a cortar todas las salidas de balón de Busquets. Resultado, más marcaje que creatividad. Tanto que en ese corta y roba, solo Marcelo daba profundidad al juego del Madrid. Demasiado poco para esperar hacerle daño al Barcelona y superar su línea de presión.
En la primera parte el brasileño se fue de Alves en dos ocasiones y entró por dentro dos veces aprovechando los desmarques de Cristiano. De sus pies también salió la jugada que lanzó a Xabi en el minuto 22: fue el primer acercamiento a la portería de Valdés de los blancos que, aun así, no tiraron a puerta en toda la primera parte. Es más sumaron más amarillas (dos, una para Xabi y otra para Albiol) que disparos.
Parte de culpa la tuvo el planteamiento del técnico chileno que en el tercer partido más importante de la temporada (después de los octavos de Liga de Campeones) volvió a apostar por una medular muy agresiva a la hora de robar pero poco creativa. De ahí que hasta a Van der Vaart se le vio bastante perdido. De ahí que en la primera parte el Madrid había hecho el doble de las faltas que el Barça. Y de ahí también que nada más comenzar la segunda parte empezaron a escucharse los primeros pitos del público.
El Madrid se dio cuenta de que no era la noche cuando en el minuto 42 Marcelo cortó, porque le pilló a pierna cambiada, una contra que habría dejado a Cristiano solo delante de Valdés. Fue lo último que hizo el brasileño antes de ser sustituido por Pellegrini en el minuto 57. Lo que tardó el técnico en llamar a Guti, que estaba calentando en la banda. Para entonces el Barcelona ya se había librado de la presión de Xabi y Pedrito y había marcado el segundo gol.
A Pellegrini no le funcionó nada. Ni siquiera los contragolpes.
Al argentino, recuperado del olvido en las últimas tres semanas, le mandó a tapar a Xavi y a Pedrito (robó cuatro balones en los primeros ocho minutos) y al español a cortar todas las salidas de balón de Busquets. Resultado, más marcaje que creatividad. Tanto que en ese corta y roba, solo Marcelo daba profundidad al juego del Madrid. Demasiado poco para esperar hacerle daño al Barcelona y superar su línea de presión.
En la primera parte el brasileño se fue de Alves en dos ocasiones y entró por dentro dos veces aprovechando los desmarques de Cristiano. De sus pies también salió la jugada que lanzó a Xabi en el minuto 22: fue el primer acercamiento a la portería de Valdés de los blancos que, aun así, no tiraron a puerta en toda la primera parte. Es más sumaron más amarillas (dos, una para Xabi y otra para Albiol) que disparos.
Parte de culpa la tuvo el planteamiento del técnico chileno que en el tercer partido más importante de la temporada (después de los octavos de Liga de Campeones) volvió a apostar por una medular muy agresiva a la hora de robar pero poco creativa. De ahí que hasta a Van der Vaart se le vio bastante perdido. De ahí que en la primera parte el Madrid había hecho el doble de las faltas que el Barça. Y de ahí también que nada más comenzar la segunda parte empezaron a escucharse los primeros pitos del público.
El Madrid se dio cuenta de que no era la noche cuando en el minuto 42 Marcelo cortó, porque le pilló a pierna cambiada, una contra que habría dejado a Cristiano solo delante de Valdés. Fue lo último que hizo el brasileño antes de ser sustituido por Pellegrini en el minuto 57. Lo que tardó el técnico en llamar a Guti, que estaba calentando en la banda. Para entonces el Barcelona ya se había librado de la presión de Xabi y Pedrito y había marcado el segundo gol.
A Pellegrini no le funcionó nada. Ni siquiera los contragolpes.
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