Penya Barcelonista de Lisboa

dijous, de maig 01, 2008

El Barça quiere construir un equipo en torno a Messi


El Barça quiere construir un equipo en torno a Messi

La remodelación ya está en marcha. El Barça del futuro se ha empezado a construir sobre las cenizas del que ha fracasado en los dos últimos años. Si algo tienen claro en el club barcelonista es que el nuevo equipo se tiene que pensar alrededor de Leo Messi. Él tiene que ser el gran líder, el futbolista que tome el relevo definitivo de lo que en su día significó Ronaldinho. Rodear su talento de elementos competitivos es la obsesión del Barcelona, el primer paso para obtener la piedra filosofal perdida en dos años de soberbia y de negligencia. Es a través de Leo Messi que hay que reinventar un imperio.

"Los jugadores que nos hicieron grandes se merecían una segunda oportunidad pero tras dos años sin ganar hay que modificar el proyecto. No pueden seguir", dicen en el club. Se trata, en primera instancia de Deco, Márquez y Ronaldinho. El veredicto es sencillo y no deja margen a la duda. La aseveración parte del equipo de fontaneros que se ha puesto a tapar las vías de agua de manera inmediata. La filosofía está clara: no se puede seguir huyendo hacia adelante. Los cambios son improrrogables: entre ocho y diez miembros de la actual plantilla se pondrán a la venta. Thuram, Edmilson, Ezquerro y Pinto, que acaban contrato, más Gudjohnsen y Zambrotta son futbolistas de clase media que no seguirán. Pero es que además la valía de algunos cracks (contrastada en otras épocas) como la de un Eto´o que ha perdido velocidad y la de Thierry Henry que ni pincha ni corta está sub iúdice. En cuanto al camerunés fue él mismo quien dijo que necesita ganar ya el año que viene para no marcharse y se sentiría mejor si el elegido para ocupar el trono que abandonó Ronaldinho fuera él y no Messi. Por lo que hace al francés, el Barça está pero que muy dispuesto a escuchar ofertas para vender al único fichaje de los cuatro que llegaron en verano que ha decepcionado a los técnicos. Con eso está todo dicho. Lo de Ronaldinho, claro, es infinitamente más grave. Pero todo suma. Ha sido la falta de peso de los astros azulgrana la que ha acelerado la descomposición molecular del equipo. "Si los de arriba, los cracks, los que cobran más, no están a tope, cuando es el momento clave no se puede ganar nada", denuncian desde la esfera de poder del club. Leo Messi, venerado ayer por los más reputados analistas británicos, es la piedra angular del nuevo proyecto. El argentino es el único crack que tiene garantizada la continuidad si sigue cuidándose como ahora. Su carrera está en juego y todos en el club se quitan el sombrero ante su rendimiento en el campo. A su alrededor, e independientemente de lo que decida el club en política de compras y ventas, Messi cuenta con unos pocos hombres llamados a formar la columna vertebral. Casi todos son canteranos. Valdés en la puerta, Puyol y Xavi (los veteranos) en la zaga y la medular, Iniesta de lanzadera hacia el ataque y Bojan de artista del gol. Si a esa estructura se le unen hombres de compromiso (que han preferido sufrir en vez de operarse) como Milito y Touré, el Barça puede volver a enganchar. Prácticamente el resto de elementos son accesorios. La libreta de nombres de Txiki Begiristain está cerrada a cal y canto, pero de ella se desprende una política clara. Se buscan jugadores con hambre, si puede ser con experiencia, pero sobre todo que tengan los mejores años por delante y no por detrás. Aún se recuerda aquel lema pegadizo tras el primer entorchado de la dinastía Rijkaard: "Acaba una Lliga, comença una era". La era se ha ido y comienza una tarea que, en perspectiva, llega un año y medio tarde, cuando tras el éxito de París, el equipo se dejó ir. El régimen disciplinario, el tipo de entrenamiento, la planificación de la preparación física o el tratamiento de los asuntos médicos han contribuido a que la nebulosa azulgrana se convierta en borrasca desatada. Todas estas cuestiones pretenden cambiarse pero lo único intocable será el estilo. Es aquí donde cobra fuerza la opción Guardiola. De los que tiene a mano la junta es el técnico que más se adapta a la forma de jugar que el Barça quiere seguir haciendo suya. El club tiene de tiempo hasta el 31 de mayo para comunicarle a Rijkaard que no cuenta con él.