Pedro, versión 2011
Pedro, versión 2011
Para empezar el año, el Barcelona encontró las mismas soluciones con las que acabó 2010: Pedro Rodríguez. Ya es costumbre escuchar su nombre para abrir los partidos y resolver las incomodidades que se le presentan a Guardiola. Esta vez lo tuvo que hacer en ausencia de Messi y ante un Levante que defendió con 10 durante 80 minutos. Atascados sin encontrar el gol, el canario apareció con dos tantos para dar tranquilidad a la grada aunque no pudo evitar el sufrimiento final. Stuani recortó distancias e hizo resoplar al Camp Nou hasta oir el pitido final. Tres puntos trabajados con tres ausencias destacadas que también se hicieron notar. [Narración y estadísticas]
Los rivales que llegan a Barcelona no ven otra opción que encerrarse y esperar a que les toque la lotería para poder rascar algo. El Levante, al estilo del Inter, no salió de su área y estuvo cerca de amargar el estreno del año al Barcelona. Guardiola iniciaba el curso sin su pareja de centrales y sin Messi. Bajas importantes pero el clima de goleada era palpable en la afición. Busquets, recolocado de central de urgencia, y Abidal pensaban en el trámite que les esperaba teniendo que estar pendientes sólo de Jordá. El resto se disponían a defender.
El Levante plantó dos líneas y acumuló hasta nueve jugadores en la frontal del área. El dominio era azulgrana pero esa no era la preocupación levantinista. Alves y Maxwell se convirtieron en dos centrocampistas más y ese fue el error del Barcelona. Los jugadores se amontonaron en el centro y las llegadas siempre eran despejadas por la defensa del conjunto de Luis García. Había peligro y en cualquier momento se esperaba el gol. Pero el que avisó fue el Levante.
Una contra sorprendió al Barcelona y avisó de las 'malas' intenciones visitantes. Pallardó se la puso en largo a Jordá. El delantero controló ante Abidal y el francés, inocente, dejó la pierna para barrer a Jordá. La suerte fue para el defensa porque Pérez Lasa no lo vio y el penalti se esfumó entre las protestas de su técnico Luis García. Sin embargo, esta acción no les hizo cambiar el chip que trajeron al Camp Nou. La defensa por encima de todo. Lo mejor del Barça en la primera parte nació en Andrés Iniesta. El manchego cayó a la banda y comenzó a crear peligro. Ni Villa ni Bojan, que desaprovechó una buena oportunidad de hacerse notar, acertaron y el control total de la primera parte llegó sin premio al descanso.
Exceso de confianza, llegan los nervios
Guardiola pensó en soluciones y recurrió a Thiago para cuando empezará el segundo acto. No le dio tiempo a cambiar el partido. Antes de que saliera al césped, Pedro ya había adelantado al Barcelona. En menos de dos minutos consiguió lo que no habían podido hacer en los primeros 45. Alves se la dejó al canario y, tras dos recortes y dejar sentada a la defensa, coló el balón en la portería. Tranquilidad a los nervios que podrían haberse asomado y que terminaron por aparecer.
La calma 'total' llegó con el segundo. Los mismos protagonistas, con idéntico final. Pase del lateral brasileño a la frontal para que Pedro reflejara en el marcador la superioridad que se había producido. Con los dos tantos en el bolsillo, el Camp Nou esperaba la goleada y su ambiente de relajación contagió al equipo. El Levante se mantuvo fiel hasta el final y con la entrada de Valdo y Stuani ganó en presencia arriba. Poco a poco buscó más el ataque pero sin perder la posición atrás. Guardiola quiso dar minutos de juego a Gabi Milito tras dos meses de lesión y modificó la pareja de centrales. Abidal pasó al lateral y el argentino fue el nuevo compañero de Busquets.
Stuani no pasó por alto la oportunidad que le dio Valdo. El delantero, ante la mirada de relax de Milito, fusiló a Valdés para hacer creer al Levante hasta el final. El Barcelona pudo sentenciar en varias contras pero acabó pidiendo la hora ante un rival que esperaba golear. El exceso de confianza le llevo al sufrimiento. Y la baja de Messi le recordó que cuantas menos veces falté el argentino mucho mejor.
Los rivales que llegan a Barcelona no ven otra opción que encerrarse y esperar a que les toque la lotería para poder rascar algo. El Levante, al estilo del Inter, no salió de su área y estuvo cerca de amargar el estreno del año al Barcelona. Guardiola iniciaba el curso sin su pareja de centrales y sin Messi. Bajas importantes pero el clima de goleada era palpable en la afición. Busquets, recolocado de central de urgencia, y Abidal pensaban en el trámite que les esperaba teniendo que estar pendientes sólo de Jordá. El resto se disponían a defender.
El Levante plantó dos líneas y acumuló hasta nueve jugadores en la frontal del área. El dominio era azulgrana pero esa no era la preocupación levantinista. Alves y Maxwell se convirtieron en dos centrocampistas más y ese fue el error del Barcelona. Los jugadores se amontonaron en el centro y las llegadas siempre eran despejadas por la defensa del conjunto de Luis García. Había peligro y en cualquier momento se esperaba el gol. Pero el que avisó fue el Levante.
Una contra sorprendió al Barcelona y avisó de las 'malas' intenciones visitantes. Pallardó se la puso en largo a Jordá. El delantero controló ante Abidal y el francés, inocente, dejó la pierna para barrer a Jordá. La suerte fue para el defensa porque Pérez Lasa no lo vio y el penalti se esfumó entre las protestas de su técnico Luis García. Sin embargo, esta acción no les hizo cambiar el chip que trajeron al Camp Nou. La defensa por encima de todo. Lo mejor del Barça en la primera parte nació en Andrés Iniesta. El manchego cayó a la banda y comenzó a crear peligro. Ni Villa ni Bojan, que desaprovechó una buena oportunidad de hacerse notar, acertaron y el control total de la primera parte llegó sin premio al descanso.
Exceso de confianza, llegan los nervios
Guardiola pensó en soluciones y recurrió a Thiago para cuando empezará el segundo acto. No le dio tiempo a cambiar el partido. Antes de que saliera al césped, Pedro ya había adelantado al Barcelona. En menos de dos minutos consiguió lo que no habían podido hacer en los primeros 45. Alves se la dejó al canario y, tras dos recortes y dejar sentada a la defensa, coló el balón en la portería. Tranquilidad a los nervios que podrían haberse asomado y que terminaron por aparecer.
La calma 'total' llegó con el segundo. Los mismos protagonistas, con idéntico final. Pase del lateral brasileño a la frontal para que Pedro reflejara en el marcador la superioridad que se había producido. Con los dos tantos en el bolsillo, el Camp Nou esperaba la goleada y su ambiente de relajación contagió al equipo. El Levante se mantuvo fiel hasta el final y con la entrada de Valdo y Stuani ganó en presencia arriba. Poco a poco buscó más el ataque pero sin perder la posición atrás. Guardiola quiso dar minutos de juego a Gabi Milito tras dos meses de lesión y modificó la pareja de centrales. Abidal pasó al lateral y el argentino fue el nuevo compañero de Busquets.
Stuani no pasó por alto la oportunidad que le dio Valdo. El delantero, ante la mirada de relax de Milito, fusiló a Valdés para hacer creer al Levante hasta el final. El Barcelona pudo sentenciar en varias contras pero acabó pidiendo la hora ante un rival que esperaba golear. El exceso de confianza le llevo al sufrimiento. Y la baja de Messi le recordó que cuantas menos veces falté el argentino mucho mejor.
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