Penya Barcelonista de Lisboa

dimecres, d’abril 21, 2010

TOCARÁ MACHADA EN EL CAMP NOU



El Inter y el árbitro derrotan al Barça

Al Barça le tocará machada el próximo miércoles si quiere meterse en la final en Madrid. Los de Guardiola sufrieron un duro varapalo con ayudita por parte del nefasto Olegario Benquerença

No sería justo decir que el Barça mereció ganar en Milán, pero tampoco perder de esta manera. Dos goles de ventaja para el Inter de Mourinho en un partido que debe hacer reflexionar a Guardiola. Tendrá poco tiempo para pensar, pero por fortuna el próximo miércoles sólo tendrá delante al Inter y no a Olegario Benquerença, un árbitro que quiso ser protagonista y lo consiguió.

No salió cómodo el Barça al campo. De hecho, era lo esperado. En la rueda de prensa previa, Mourinho habló de posibles cambios tácticos para hacer frente a un conjunto que conoce bien, pero al final no renunció al estilo habitual: presión, recuperación de balón y juego directo, buscando sorprender al rival. Sabía que el Barça dormiría la pelota, pero su intención era evitarlo.

En los primeros minutos, la presión interista fue de menos a más. El Barça quería dominar, pero la aparició de Milito y Eto’o no permitía confianzas. Sin embargo, la defensa barcelonista ganaba la partida a los italianos (es un decir, porque no había ni un solo transalpino de nacimiento en el once), haciéndoles caer una y otra vez en fuera de juego, alguno ciertamente dudoso.

El Inter inquietó por primera vez a Valdés en el minuto 17. Eto’o probó a su ex compañero desde fuera del área, pero el meta rechazó el balón a los pies de Milito, quien disparó tan mal como supo, para alegría barcelonista. Y del posible 1-0 se pasó al real 0-1. Con Messi marcado hasta por Moratti, fue Maxwell quien se inventó una entrada por la banda apurando hasta la línea de fondo para dar el pase de la muerte a Pedro Rodríguez, quien no desaprovechó el servicio.

El partido se ponía muy bien para el Barça, pero el Inter, lejos de ponerse nervioso, siguió a lo suyo, buscando el fallo de una máquina casi siempre perfecta. Y lo encontró en un error de marcaje de Alves en un ataque interista. Diego Milito vio perfectamente a Sneijder más solo que la una y el holandés batió a Valdés.

El escenario se fue nublando para un Barça perdido a partir del centro del campo. No llegaban balones a un Ibra obsesionado por marcar. En su única llegada de la primera parte, tras un servicio de Pedro, se encontró con la anticipación de Julio César. Un libre directo lejano botado por Sneijder que se estrelló en la barrera fue prácticamente la última oportunidad de un primer acto en el que los de Guardiola salieron bastante bien parados por lo que pudo ser.

LO NUNCA VISTO

Pero lo peor estaba por llegar. La salida del Inter fue fulgurante. Tanto, que en los primeros dos minutos los de Mourinho tuvieron dos claras ocasiones. La primera, un pase de Milito a Pandev que no llegó por poco. En cambio, sí que llegó Maicon a un servicio del argentino para llevarse el balón a trompicones y voltear el marcador... en un contrataque del Inter precedido de una falta de Motta a Messi que el árbitro no vio o no quiso ver.

El Giuseppe Meazza enloquecía mientras el Barça quedaba groggy. Mourinho movió pieza y retiró a Pandev para dar entrada al advertido Stankovic, mientras las malas noticias seguían llegando al banquillo visitante. Carles Puyol, el único advertido el Barça, veía una amarilla más por la presión de los jugadores del Inter sobre el árbitro luso Benquerença que por la propia acción. Luego llegaron dos chispazos barcelonistas que permitieron lucirse a Julio César. Primero, un disparo lejano de Messi. Después, un remate de Sergio Busquets tras un córner.

Pero el Milan no sólo aguantaba sino que seguía proponiendo. Y tanto propuso que llegó un nuevo ataque para anotar el 3-1. Esta vez con la inestimable colaboración del nefasto Benquerença, que volteó su marcador de errores concediendo el gol de Diego Milito en claro fuera de juego en el momento del pase de Sneijder.

Tanta presión iba mermando físicamente a los interistas, pero la cota ya la habían alcanzado. En un choque fortuito, Maicon cayó lesionado, dejando su puesto a Chivu. El Barça aprovechó esa baja y el bajón físico local para agobiar, pero sin pegada. Mourinho puso el autocar ante Julio César y si necesitaba alguna ayuda, su paisano Benquerença le iba a echar una manita cuando, a seis minutos del final, Sneijder derribó a Daniel Alves en el área del Inter. No sólo no pitó penalty sino que amonestó al brasileño por fingirlo. Otro error arbitral.

Fue prácticamente el epílogo a una noche negra para el Barça en Milán. Como decía Chiquito de la Calzada, una mala tarde la tiene cualquiera. Hasta el mejor equipo del mundo. Pero ahora toca remontar, con la ayuda de un Camp Nou que a buen seguro se volcará con los de Guardiola como en las noches mágicas que en la historia han sido. Y por suerte no estará Benquerença. Madrid está difícil, pero no imposible.