Penya Barcelonista de Lisboa

dimarts, d’abril 06, 2010

Messi dio un salto más en su genialidad: ahora hizo cuatro goles


Messi dio un salto más en su genialidad: ahora hizo cuatro goles
Aunque parecía imposible superarse, la Pulga tuvo su actuación más brillante. Cuando el Barsa perdía ante el Arsenal y se quedaba afuera en la Champions, convirtió tres tantos en 22 minutos para sellar el pase a semis. Y en el complemento puso el 4-1 final. Por primera vez, metió cuatro goles en un partido.


Es el dueño de la pelota. Abandona en el Camp Nou con la sonrisa más grande que se le ha visto. Por primera vez, Lionel Messi convirtió cuatro tantos en un partido y el festejo fue a lo grande y, claro, valió por cuatro. No sólo porque esos goles ayudaron a que el Barcelona clasificara a las semifinales de la Champions League, sino porque todos llegaron de la mano de exquisitas definiciones para el triunfo por 4-1 sobre el Arsenal, tras el 2-2 en el partido de ida en Inglaterra.


La promesa era de partidazo, y vaya si lo fue. Porque el encuentro no arrancaba como los locales esperaban. A los 18 minutos, un error de Gabriel Milito –titular junto a Messi en el conjunto de Pep Guardiola- en el mediocampo le daba a la visita una contra letal. Walcott inició la jugada por derecha y tras pisar el área mandó el pase preciso para Bendtner, quien primero se topó con la atajada de Valdés, pero, después, aprovechó el rebote y marcó el 1-0 ante un arco libre.

Sin embargo, el Barcelona tenía una carta guardada. Un excelente jugador que siempre aparece. Lionel Messi no sólo conseguiría la igualdad dos minutos después con una definición de zurda (tras una equivocación del defensor Silvestre, que le dio una pared involuntaria), sino que a los 31 y a los 41 aparecería nuevamente para anotar el 3-1 con dos definiciones grandiosas. La primera, con una jugada de Abidal por izquierda, que toca para Pedro y éste descarga para Messi. Y la segunda con un pase de cabeza de Abidal en el campo del Barcelona con el que Messi inicia la contra y define picándola por encima del arquero.


Pero quedaría tiempo para más. En el segundo tiempo, Barcelona dominaba pero no llegaba al gol y Bendtner amenazaba, a los 27 minutos, con descontar y encaminar a su equipo hacia un empate clasificatorio, cuando el palo le dijo que ''no'' a su cabezazo. Sin embargo, en cancha estaba Messi, dueño de la pelota y eje de cada ataque catalán. Una jugada a los 37 minutos dejó a todos boquiabiertos cuando el argentino la culminó pidiendo penal, algo que el árbitro no le concedió. Pero la revancha llegaría a tres minutos del final, cuando recibió la pelota entrando al área, eludió a tres jugadores rivales y en su segundo intento (en el primero el arquero Almunia dio rebote), de caño, consiguió el definitivo 4-1. Pelota en mano y con una sonrisa gigante en su cara dejó el estadio el mejor jugador del mundo, mientras los argentinos sólo piensan en una cosa: ''que se repita en el Mundial''.


Clarin.ar