4-0: Festival del Barça
4-0: Festival del Barça
En un partido intenso y muy abierto, el Barcelona recuperó sus mejores esencias futbolísticas para superar en el Camp Nou (3-0) al Villarreal, que sólo pudo plantar cara al líder durante la primera mitad, antes de que Ronaldinho, autor de un gol espectacular en el penúltimo minuto y el resto de sus compañeros desplegasen un juego de alto nivel. Aunque al líder le costó arrancar, desconectado por un Villarreal muy bien plantado al inicio, terminó el partido encantado de haberse reencontrado consigo mismo, feliz por el extraordinario gol de Ronaldinho, broche de un encuentro completo para el conjunto azulgrana, superior frente a un Villarreal obligado a resignarse. Dispuesto a marcar su territorio y subrayar su jerarquía, el Barcelona intentó jugar muy a su estilo, siempre a partir del balón, pero sólo encontró huecos a partir de la media hora de juego, cuando una decisión arbitral cambió el signo del partido. Estático en su papel de delantero-boya, acostumbrado a fajarse con la zaga rival, Gudjohnsen se limitó a trabajar en la sombra, a fijar a los centrales y a buscar algún remate suelto, hasta que rompió. Lo hizo recibiendo de espaldas en la frontal del área y cayendo ante el leve agarrón de Cygan, ya en la zona de castigo. Una caída provocada más por la voluntad del delantero que por la del defensa, un penalti controvertido y señalado sin dudar por Pérez Lasa. Lo transformó, cómo no, Ronaldinho, en su gol número 50 en la Liga española. El gol cambió la cara del Barcelona, mucho más alegre tras ponerse por delante en el marcador, y enmudeció al Villarreal, tan molesto por la decisión arbitral que prefirió dejarse llevar hasta el descanso y encomendarse al buen hacer de su meta, Barbosa, extraordinario en los remates a bocajarro de Ronaldinho y Gio cuando la grada ya cantaba gol. Lanzado como estaba, el Barca se regaló una segunda parte de alta escuela ante la resignación del Villarreal, descompuesto incomprensiblemente en la reanudación. No encontró el balón el conjunto amarillo: ni Tacchinardi ni Marcos Senna pudieron mandar sobre el partido, superados por la rápida circulación de la pelota impuesta por el Barca. Disfrutó de un par de aproximaciones con peligro el equipo de Rijkaard al inicio de la segunda mitad, fruto de la mejor cosecha azulgrana: un gran Ronaldinho, un Deco más sobrio y un Edmílson perfecto en el desplazamiento largo. Su segundo gol parecía cuestión de minutos. Llegó exactamente a los diez minutos de la reanudación, tras una falta lanzada por Ronaldinho. Tras un rechace en la barrera, el balón llegó a pies de Iniesta en el costado derecho del ataque, y el de Albacete se lo sirvió a Gudjohnsen, muy pegado al segundo palo pero capaz de enviar el balón a la red. El Villarreal protestó un posible fuera de juego y sobre todo, que el gol llegó mientras Guille Franco, tumbado en el césped, se dolía de un balonazo. El propio Iniesta estuvo a punto de firmar el tercero a los 20 minutos, pero no supo culminar un brillante pase de Ronaldinho. Barbosa, muy atento, estuvo más rápido y le ganó el mano a mano. Sin embargo, lo anotó poco después, llegando al punto de penalti libre de marca para rematar a lo grande un buen balón de Zambrotta. Lo hizo suspendido en el aire, marcando los tiempos de una tijera muy estética, al estilo de los arietes de antaño, para lograr su tercer gol en los últimos tres partidos, dato que simboliza como ningún otro el estado de forma del centrocampista. Pudo Diego Forlán establecer el 3-1 en un remate al palo, pero lo mejor del partido llegó al final, como cierre de un espectáculo muy agradable para la hinchada culé. Ronaldinho se desmarcó entre Javi Venta y Cygan para recibir con el pecho un pase de Xavi, darse media vuelta en el aire y conectar una chilena con la pierna derecha que Barbosa no atrapó. Un gol de los que se recuerda por mucho tiempo, perfecto en todas las fases de ejecución, que cerró la goleada azulgrana para satisfacción de la grada y regocijo del Barca.
En un partido intenso y muy abierto, el Barcelona recuperó sus mejores esencias futbolísticas para superar en el Camp Nou (3-0) al Villarreal, que sólo pudo plantar cara al líder durante la primera mitad, antes de que Ronaldinho, autor de un gol espectacular en el penúltimo minuto y el resto de sus compañeros desplegasen un juego de alto nivel. Aunque al líder le costó arrancar, desconectado por un Villarreal muy bien plantado al inicio, terminó el partido encantado de haberse reencontrado consigo mismo, feliz por el extraordinario gol de Ronaldinho, broche de un encuentro completo para el conjunto azulgrana, superior frente a un Villarreal obligado a resignarse. Dispuesto a marcar su territorio y subrayar su jerarquía, el Barcelona intentó jugar muy a su estilo, siempre a partir del balón, pero sólo encontró huecos a partir de la media hora de juego, cuando una decisión arbitral cambió el signo del partido. Estático en su papel de delantero-boya, acostumbrado a fajarse con la zaga rival, Gudjohnsen se limitó a trabajar en la sombra, a fijar a los centrales y a buscar algún remate suelto, hasta que rompió. Lo hizo recibiendo de espaldas en la frontal del área y cayendo ante el leve agarrón de Cygan, ya en la zona de castigo. Una caída provocada más por la voluntad del delantero que por la del defensa, un penalti controvertido y señalado sin dudar por Pérez Lasa. Lo transformó, cómo no, Ronaldinho, en su gol número 50 en la Liga española. El gol cambió la cara del Barcelona, mucho más alegre tras ponerse por delante en el marcador, y enmudeció al Villarreal, tan molesto por la decisión arbitral que prefirió dejarse llevar hasta el descanso y encomendarse al buen hacer de su meta, Barbosa, extraordinario en los remates a bocajarro de Ronaldinho y Gio cuando la grada ya cantaba gol. Lanzado como estaba, el Barca se regaló una segunda parte de alta escuela ante la resignación del Villarreal, descompuesto incomprensiblemente en la reanudación. No encontró el balón el conjunto amarillo: ni Tacchinardi ni Marcos Senna pudieron mandar sobre el partido, superados por la rápida circulación de la pelota impuesta por el Barca. Disfrutó de un par de aproximaciones con peligro el equipo de Rijkaard al inicio de la segunda mitad, fruto de la mejor cosecha azulgrana: un gran Ronaldinho, un Deco más sobrio y un Edmílson perfecto en el desplazamiento largo. Su segundo gol parecía cuestión de minutos. Llegó exactamente a los diez minutos de la reanudación, tras una falta lanzada por Ronaldinho. Tras un rechace en la barrera, el balón llegó a pies de Iniesta en el costado derecho del ataque, y el de Albacete se lo sirvió a Gudjohnsen, muy pegado al segundo palo pero capaz de enviar el balón a la red. El Villarreal protestó un posible fuera de juego y sobre todo, que el gol llegó mientras Guille Franco, tumbado en el césped, se dolía de un balonazo. El propio Iniesta estuvo a punto de firmar el tercero a los 20 minutos, pero no supo culminar un brillante pase de Ronaldinho. Barbosa, muy atento, estuvo más rápido y le ganó el mano a mano. Sin embargo, lo anotó poco después, llegando al punto de penalti libre de marca para rematar a lo grande un buen balón de Zambrotta. Lo hizo suspendido en el aire, marcando los tiempos de una tijera muy estética, al estilo de los arietes de antaño, para lograr su tercer gol en los últimos tres partidos, dato que simboliza como ningún otro el estado de forma del centrocampista. Pudo Diego Forlán establecer el 3-1 en un remate al palo, pero lo mejor del partido llegó al final, como cierre de un espectáculo muy agradable para la hinchada culé. Ronaldinho se desmarcó entre Javi Venta y Cygan para recibir con el pecho un pase de Xavi, darse media vuelta en el aire y conectar una chilena con la pierna derecha que Barbosa no atrapó. Un gol de los que se recuerda por mucho tiempo, perfecto en todas las fases de ejecución, que cerró la goleada azulgrana para satisfacción de la grada y regocijo del Barca.
1 Comments:
I remember that match.
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