FC BARCELONA, 5 - REAL SOCIEDAD, 0 - De manita en manita se gana la Liga
De manita en manita se gana la Liga
El FC Barcelona volvió a dar su mejor imagen y goleó a una voluntariosa Real Sociedad en una otra gran noche de fútbol en el Camp Nou
Pep Guardiola parece tomarse más que en serio el partido del próximo sábado en el campo del Espanyol. Una buena muestra de ello es que, y a pesar que esta semana no habrá ningún partido intersemanal, decidió reservar a dos jugadores habituales en el once titular. En un caso, el de Piqué, se entiende que porque tenía cuatro tarjetas y la quinta le habría supuesto no poder jugar contra los de Pochettino. Y en el otro caso, el de Sergio Busquets, sí que parece claro que el técnico quería darle más días de descanso y, a la vez, 'premiar' a un Mascherano que esta temporada ha ido de menos a más.
Así, con Abidal acompañando a Puyol en el centro de la defensa y Mascherano en el pivote defensivo, el Barça salió, como siempre, a controlar el balón y buscar el gol lo más rápidamente posible para hacer lo más difícil. Es cierto que en los primeros minutos le costó un poco conseguirlo porque delante se encontró con una Real Sociedad valiente, atrevida, que le plantó cara a coste, eso si, de un gran desgaste físico.
Pero solo fueron cinco minutos en los que al Barça le costó tener el balón. En ese minuto, Villa hizo el primer disparo entre los tres palos (sin problemas para Bravo) y ese fue el punto de partida. El momento que puso en marcha la gran máquina de fútbol que es este Barça. El momento en que la magia volvió al Camp Nou. El momento en que los aficionados ya pudieron sacar el babero. El momento, en definitiva, en que empezaba lo que es este Barça: el mayor espectáculo del mundo.
Y el mayor espectáculo del mundo tuvo su primera recompensa en el minuto 8, cuando Messi se disfrazó de Xavi y le dio una gran asistencia a Pedro para que desde la línea de fondo centrara y Villa, con un disparo potente a bocajarro, rematara al fondo de la portería. Era el 1-0.
La Real Sociedad, y eso hay que agradecérselo, se mantuvo en todo momento valiente, presionando al Barça en prácticamente todo el campo. Pero, claro, cualquier desmarque, cualquier regate, cualquier pase que inventa cualquier jugador del Barcelona es suficiente para romper la mejor presión del rival. El Barça, por eso, siguió a la suya. Gustando y gustándose. Messi pudo marcar el 2-0 en el minuto 28 pero tras un gran pase de Villa el disparo del argentino lo sacó bajo palos un defensa.
Pero no importaba. Todo el mundo sabía que si no entraba entonces ya entraría más tarde. Y, claro, entró. Minuto 32. Rondo monumental del Barça con participación final de Alves, Iniesta, Pedro y pase a Iniesta que con un gran disparo al primer palo, donde estaba Bravo, mete el balón por el único agujero posible. Era el 2-0, resultado con el que se llegó al descanso.
Y el descanso de 45 minutos, de poco sirvió. El Barça salió de nuevo tan enchufado como se había ido a descansar. Sacó de centro, hizo otro gran rondo de 45 minutos y lo culminó con una triple pared entre Alves y Messi y gol del argentino. Otro partido decidido y otro monumento al fútbol en plena construcción.
El segundo tiempo fue un gran monólogo del Barça. La Real acusó tanto el esfuerzo físico de la primera parte como el golpe moral que suponía para algunos de sus jóvenes jugadores ir perdiendo por 3-0. Su suerte fue que el Barça había decidido ya levantar el pie del acelerador. No diremos que iban caminando, pero casi, casi. Lo más importante era mantener el control del balón y que la Real no pasara del centro del campo.
Conseguido esto, se trataba de seguir buscando la excelencia y si, además, caía el cuarto gol, mejor que mejor. Lo pudo marcar Messi, pero mandó el balón al poste en el minuto 33.
El partido, en los últimos minutos, fue cada vez más aburrido y sólo lo animó la entrada de un Tamudo al que el público le recordó lo que disfrutaba cuando le marcaba un gol al Barça.
Pero el show no se había acabado. Faltaban aún dos goles. Primero, el segundo gol de Messi. Bojan le dio el balón cuando el argentino estaba en el límite del área de la Real Sociedad por la derecha del ataque. Leo fue entrando en el área, de derecha a izquierda, sorteando a todos los defensas que le salían al paso y acabó rematando raso al segundo palo, lejos del alcance del portero Bravo. Y el 5-0 definitivo lo marcó Bojan. Robó un balón ya en campo del Real, se fue hacia la portería de Bravo, chutó, el portero despejó su balón y a la segunda no falló. Chuto potente y alto. Y barraca.
Era la culminació de otra noche de gran fútbol, de una exquisitez futbolística que nadie recuerda haber visto hasta el momento. Y la pregunta que queda en el aire. ¿Qué nos falta por ver?
Pep Guardiola parece tomarse más que en serio el partido del próximo sábado en el campo del Espanyol. Una buena muestra de ello es que, y a pesar que esta semana no habrá ningún partido intersemanal, decidió reservar a dos jugadores habituales en el once titular. En un caso, el de Piqué, se entiende que porque tenía cuatro tarjetas y la quinta le habría supuesto no poder jugar contra los de Pochettino. Y en el otro caso, el de Sergio Busquets, sí que parece claro que el técnico quería darle más días de descanso y, a la vez, 'premiar' a un Mascherano que esta temporada ha ido de menos a más.
Así, con Abidal acompañando a Puyol en el centro de la defensa y Mascherano en el pivote defensivo, el Barça salió, como siempre, a controlar el balón y buscar el gol lo más rápidamente posible para hacer lo más difícil. Es cierto que en los primeros minutos le costó un poco conseguirlo porque delante se encontró con una Real Sociedad valiente, atrevida, que le plantó cara a coste, eso si, de un gran desgaste físico.
Pero solo fueron cinco minutos en los que al Barça le costó tener el balón. En ese minuto, Villa hizo el primer disparo entre los tres palos (sin problemas para Bravo) y ese fue el punto de partida. El momento que puso en marcha la gran máquina de fútbol que es este Barça. El momento en que la magia volvió al Camp Nou. El momento en que los aficionados ya pudieron sacar el babero. El momento, en definitiva, en que empezaba lo que es este Barça: el mayor espectáculo del mundo.
Y el mayor espectáculo del mundo tuvo su primera recompensa en el minuto 8, cuando Messi se disfrazó de Xavi y le dio una gran asistencia a Pedro para que desde la línea de fondo centrara y Villa, con un disparo potente a bocajarro, rematara al fondo de la portería. Era el 1-0.
La Real Sociedad, y eso hay que agradecérselo, se mantuvo en todo momento valiente, presionando al Barça en prácticamente todo el campo. Pero, claro, cualquier desmarque, cualquier regate, cualquier pase que inventa cualquier jugador del Barcelona es suficiente para romper la mejor presión del rival. El Barça, por eso, siguió a la suya. Gustando y gustándose. Messi pudo marcar el 2-0 en el minuto 28 pero tras un gran pase de Villa el disparo del argentino lo sacó bajo palos un defensa.
Pero no importaba. Todo el mundo sabía que si no entraba entonces ya entraría más tarde. Y, claro, entró. Minuto 32. Rondo monumental del Barça con participación final de Alves, Iniesta, Pedro y pase a Iniesta que con un gran disparo al primer palo, donde estaba Bravo, mete el balón por el único agujero posible. Era el 2-0, resultado con el que se llegó al descanso.
Y el descanso de 45 minutos, de poco sirvió. El Barça salió de nuevo tan enchufado como se había ido a descansar. Sacó de centro, hizo otro gran rondo de 45 minutos y lo culminó con una triple pared entre Alves y Messi y gol del argentino. Otro partido decidido y otro monumento al fútbol en plena construcción.
El segundo tiempo fue un gran monólogo del Barça. La Real acusó tanto el esfuerzo físico de la primera parte como el golpe moral que suponía para algunos de sus jóvenes jugadores ir perdiendo por 3-0. Su suerte fue que el Barça había decidido ya levantar el pie del acelerador. No diremos que iban caminando, pero casi, casi. Lo más importante era mantener el control del balón y que la Real no pasara del centro del campo.
Conseguido esto, se trataba de seguir buscando la excelencia y si, además, caía el cuarto gol, mejor que mejor. Lo pudo marcar Messi, pero mandó el balón al poste en el minuto 33.
El partido, en los últimos minutos, fue cada vez más aburrido y sólo lo animó la entrada de un Tamudo al que el público le recordó lo que disfrutaba cuando le marcaba un gol al Barça.
Pero el show no se había acabado. Faltaban aún dos goles. Primero, el segundo gol de Messi. Bojan le dio el balón cuando el argentino estaba en el límite del área de la Real Sociedad por la derecha del ataque. Leo fue entrando en el área, de derecha a izquierda, sorteando a todos los defensas que le salían al paso y acabó rematando raso al segundo palo, lejos del alcance del portero Bravo. Y el 5-0 definitivo lo marcó Bojan. Robó un balón ya en campo del Real, se fue hacia la portería de Bravo, chutó, el portero despejó su balón y a la segunda no falló. Chuto potente y alto. Y barraca.
Era la culminació de otra noche de gran fútbol, de una exquisitez futbolística que nadie recuerda haber visto hasta el momento. Y la pregunta que queda en el aire. ¿Qué nos falta por ver?
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