Penya Barcelonista de Lisboa

dimecres, de juny 09, 2010

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El segundo debate tampoco decide nada

Hora y media antes de que se iniciara el segundo debate entre los cuatro aspirantes a la presidencia del Barça, las cuarenta personas que tuvieron el inmenso privilegio de ver en directo el ‘59 segons’ que llegaban proporcionados por una empresa dedicada a estos menesters (hay empresas para todo, quien dice que hay crisis) esperaban a que los encargados de avituallamiento del ente público les repartieran dos bocadillos una manzana y una botella de agua como dieta a su esfuerzo.

Mientras, en el plató número cuatro de Sant Cugat, Cristina Puig y Xavi Díaz realizaban el último ensayo de cámara mientras los técnicos comprobaban que los micrófonos móviles funcionaran corectamente.

Pocas cosas cambiaron respecto al último debate. Por ejemplo, Sandro Rosell, como pasó el lunes en Catalunya Ràdio fue el primero en llegar. Menos mal que no le gustan los debates, porque el candidato favorito sólo se ciñe al horario cuando toca encuentro con sus rivales. Al resto de actos llega siempre tarde. Y eso que durante un momento en ‘Catalunya Informació’ llegaron a comentar que no acudiría el debate. El rumor, que esta vez no fue la antesala de la noticia como aseguraba el maestro García, fue rápidamente desmentido vía telefónica por los aseosres de Rosell.

El segundo en llegar fue Agustí Benedito, que esta vez se puso una corbata roja. “Esto de la tele impone”, dijo cuando se lo comentaron. Pero en realidad, vistos todos los contedientes, la cosa parecía responder a una estrategia de los jefes de comunicación, que se guían por el santo precepto de “en la tele, traje oscuro, camisa clarita y corbata chillona’. Un clásico.

El tercero en comparecer fue Marc Ingla al mando de la flota de coches que dispone su candidatura. El que se mostró más agresivo en la primera cita, fue el que llegó con más compañía. 17 personas componían su corte. Benedito, en cambio, fue el más modesto y se presentó con ocho acompañantes.

Mientras esperaban a Ferrer, que es el que más se demoró, coincidieron a la salida de la sala de maquillaje Marc Ingla y Sandro Rosell, que se dieron un gélido apretón de manos.

Ferrer llegó cuando pasaban cinco minutos de las nueve de la noche y una vez maquillado todos los candidatos entraron en el horno del plató. Lo primero que pidió Cristina Puig fue que bajaran la intensidad de los focos y que pusieran “el aire acondicionado a tope, eso es innegociable”.

A las 21,43 tras pasar los candidatos casi 20 minutos sentados en sus posiciones y que el público ensayara sus aplausos comenzó la fiesta, por decirlo de alguna manera.

En la primera exposición, en la que tenían que explicar porque se supone que el socio debe de votarles, sólo Rosell logró acabar antes de que se le hundiera el micro. Ya quedó claro en ‘Catalunya Ràdio’ que la brevedad no es una cualidad que adorna a ninguno de los cuatro.

Además, el formato llevó a un debate de guante blanco en el que no eran posibles las interrupciones entre los contertulios.
Ingla, que el primer dia salió pasado de vueltas, optó por un estilo más conciliador utilizando un tono de voz de narrador de documentales.

Para escenificar su cambio de estilo, incluso llegó a estar de acuerdo con Rosell en que “las formas de nombrar a Cruyff no fueron las adecuadas”, aunque apuntó que “su figura es indiscutible y no puede hacerse revisionismo histórico de otras juntas”, a lo que Rosell y Benedito adujeron que la continuidad del Presidente de Honor recaía en la decisión del socio, mientras que Ferrer defendió que la junta tomó esta decisión con la aprobación de la junta.

La única novedad en el capítulo deportivo la aportó Ingla, quien dijo que “a mi me ofrecieron a Rooney, el Eto’o blanco, pero como no soy intervencionista lo dejé en manos de Txiki”, mientras que Rosell explicó que “ya ha hablado con un posible sustituto de Txiki”.

El apartado deportivo no ofrecio argumentos nuevos, con la eterna discusión sobre la venta o no de patrimonio y la recalificación del Mini siendo Benedito el más guerrero de todos retando a sus adversarios a que “practiquen la austeridad que tanto predican en sus campañas electorales”. En ese momento, Ferrer vio la ocasión de recordarle a Rosell y a Ingla “que su teléfono lo pagaba el club, el mío siempre me lo he pagado yo”.

Llegados al punto de hablar del papel de los socios Ingla y Benedito mantuvieron cierta polémica en torno a como debía crecer el club en asociados denunciando el segundo que “no existe una lista de espera para acceder a un carnet”.

La curiosidad de la noche llegó cuando Santi Nolla, director de Mundo Deportivo les preguntó a quien votarían y a quien no votaría nunca. La mayoría se fue por las ramas, menos Benedito que dijo que “yo votaría a Ingla y al que nunca votaría es a Rosell”.