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Rosell: Favorito y muy futbolero

Las encuestas le colocan como el favorito, aunque ni él ni su entorno pusieron el cava al fresco. Sandro Rosell (Barcelona, 6-3-1964) tiene claro desde hace mucho tiempo que quiere ser presidente del club, después de una triste salida de la Junta en 2005, por varios choques frontales con Laporta cuando era vicepresidente deportivo. Culé y socio desde niño (número 12.556), Rosell siempre tuvo una ferviente pasión por el fútbol, practicando a nivel amateur y llegando a militar en L'Hospitalet, de Segunda B. Licenciado en Administración de Empresas y MBA por ESADE, pelea desde hace tiempo con un compacto equipo de trabajo por conseguir presidir el club, un viejo sueño de infancia que comenzó a visionar cuando su padre, Jaume Rosell trabajó con Agustí Montal como gerente de la entidad. Presentó 13.618 firmas como aval de apoyo, que desean que bajo su presidencia se reconduzca la "estratosférica" deuda que tiene la entidad (489 millones de euros).

Ferrer: un continuismo blandito

Dice Jaume Ferrer (Barcelona 29-11-1963 y socio 76.953) que "ser directivo del Barça no es fácil y debes saber aguantar la presión", algo que hasta el momento no ha podido demostrar. De ser insultado públicamente y defenestrado por Laporta cuando le anunció su intención de optar a la presidencia (algo que le costó su puesto en el órgano que rige el club, la Comisión Delegada), Ferrer ha pasado a ser el delfín del aún mandamás. Desde fuera se le ve muy blandito, sin un espíritu convincente y obligado a tener que acatar todas las decisiones que tome Laporta. Fue uno de los directivos espiados, aunque tuvo que escuchar la semana pasada, en el acto de presentación de campaña, cómo su superior solicitaba un "aplauso para Joan Oliver, el mejor director general" (fue el que orquestó la operación). Le acompañan un grupo de directivos que trabajaron con el aún presidente, aunque él llegó a la entidad en 2003. Ahora es el vicepresidente patrimonial y nada más aterrizar negoció el crédito sindicado para saldar las deudas de la era Gaspart, reconduciendo la economía.

Ingla: Quiso fichar a Mourinho

Barcelonés de nacimiento (21-1-1966), Marc Ingla llegó al club en 2003 de la mano de su hermano Ferran Soriano como uno de esos jóvenes atrevidos, descarados y con ganas de comerse el mundo. Tras estudiar ingeniería industrial en la UPC, se embarcó en poderosos proyectos empresariales que le hicieron tener popularidad en su sector. Pese a ser un desconocido para la mayoría de aficionados, no se acobardó cuando siguió a varios vicepresidentes que dejaron en la estacada a Laporta en 2008. Tuvo dos funciones mientras ocupaba un despacho en las oficinas del club. Comenzó en el área de márketing y en 2007 pasó a ser vicepresidente deportivo. Solicitó, tras dejar Rijkaard el club, la llegada de Mourinho, pero sólo la insistencia de Evarist Murtra convenció al presidente que se fijara en Guardiola. Le acompañan en esta aventura el íntimo amigo de Laporta, Alfons Godall (la primera opción continuista), Soriano y Albert Vicens. Destapó las acusaciones a Rosell en el caso Brasil y las comisiones, pero eso ha jugado en su contra.

Benedito: Hoy pueden eliminarle

Sufrió muchísimo para conseguir las 2.896 firmas y ayer comprobó cómo le tumbaban muchísimas, poniendo en peligro su condición de candidato. Luchador independiente, creyente en sus posibilidades y sensacional orador, Agustí Benedito (Barcelona, 22-6-1964) entró en el club con Laporta en 2003 y seis años después dijo "basta", en un gesto de muchísima personalidad cuando se destapó la conexión del presidente con Uzbekistán y unas comisiones de más de cuatro millones de euros. Socio 34.325, número que adquirió cuando cumplió la mayoría de edad, Benedito ha sido el gran ejemplo para el resto de precandidatos y uno de los preferidos de la gente, eso sí, sin posibilidad de emitir voto. Una de sus grandes propuestas es la de remodelar el Camp Nou, después de descartar posibles pactos con Ingla. Formado en la Universidad de Barcelona como abogado y respaldando sus estudios en Estados Unidos (Universidad de Michigan), en 1992 tomó la dirección de una potente empresa familiar de automoción, con más de 50.000 clientes.