Artículo de Emilio Pérez de Rozas: 'Demasiado para sus cuerpos'

Artículo de Emilio Pérez de Rozas: 'Demasiado para sus cuerpos'

Si hay que hablar del villarato, se habla. Pero, puestos a escoger, hablemos de los orígenes del vocablo, del término, pícara, hábil y virtuosamente escogido por uno de los más renombrados periodistas deportivos de la Corte. La razón de su existencia es insinuar que el Barça, como sabe todo el mundo y no reconoce nadie, ni siquiera Raúl González, el mito del madridismo, gana por los árbitros. Que no les engañen, no hay más motivo que la impotencia manifiesta de alcanzar, equipararse, codearse y neutralizar el enorme y vistoso poderío del Barça.
El villarato es una brillante, curiosa, divertida y original idea para tratar de minimizar, sin éxito, los logros del Barça. Que no son pocos. Repasémoslos: 17 meses de dominio absoluto en el fútbol español, europeo y mundial; seis títulos consecutivos; un fútbol imperial, bellísimo, atractivo, único, elogiado por todo el mundo, por dirigentes, entrenadores, jugadores y aficionados; conquista de todos los premios, colectivos e individuales, habidos y, probablemente, por haber; tener en sus filas al mejor futbolista del mundo, pese a que los otros se han gastado la friolera de 96,3 millones de euros en CR9; poseer la mejor cantera del mundo y, no solo eso, sino colocarla sobre el césped y arrollar, cuando el director general de los otros critica a su entrenador por ni siquiera utilizar a sus jóvenes en el minuto 90 de un partido; imagen impecable como equipo y como plantilla, sin un solo Guti que llevarse a la boca o a los programas del corazón; discurso sensato, lógico, atractivo, futbolístico, educado y honesto de su entrenador y, por último, líder imbatido en 21 jornadas de Liga, con cinco puntos de ventaja sobre los otros.
¿Qué hacer? ¿Reconocer todo ese poder siendo el Real Madrid, siendo la prensa, la radio, la televisión de la capital del Reino? ¿Aceptar que ni siquiera invirtiendo 250 millones de euros (41.500 millones de pesetas) puede hacérsele sombra, no ya a sus logros, sino a su fútbol de Liceo, de cátedra? ¿Admitir y temer que el dominio azulgrana puede alargarse unos cuantos años más?
No, mejor inventarse un término que cuestione la madre de todas las conquistas. Y si cuela, cuela. Y esperen. Esto solo acaba de empezar.