La apuesta

La apuesta

Martí Perarnau - Diari Sport

A muchos les parecerá una simple anécdota, no merecedora de ser elevada a la categoría de símbolo. Opino lo contrario: es un símbolo y muy rotundo. Pellegrini lo revistió de bromita anecdótica: sólo es una apuesta, dijo. Pero no es una apuesta: es una frivolidad.

La preparación de un partido es un factor esencial en la capacidad competitiva de un deportista y en modo alguno puede sujetarse a bromas, apuestas o melonadas varias. No digo que el resultado final de un partido dependa en exclusiva de la preparación del mismo y aún menos en el fútbol, donde el azar y el error intervienen en mayor medida que en otros deportes. Digo que ningún deportista serio rebajaría al nivel de anécdota y apuesta toda su planificación pre-competitiva.

¿Tremendismo? Posiblemente esa sea la sensación que pueda tener un simple aficionado de grada. Pero el deporte de alto nivel es mucho más sofisticado de lo que creen esos señores apoyados ahí al fondo, en la barra del bar. Los preparadores físicos se esmeran, tras años de pruebas empíricas y ensayos científicos, en afinar los microciclos de carga y descarga para alcanzar la puesta en forma exacta en el momento procesal adecuado.

Los entrenadores se desvelan ensayando jugadas y movimientos. ¿Creen que es casual que en el primer gol en Valladolid, Ibra y Messi acometieran el primer palo, ‘aclarando’ el centro del área y despejándolo de rivales para que entrara Xavi a rematar mientras Henry hacía lo propio en el segundo palo? Esos movimientos tácticos se preparan una y otra vez: de parado y en acción, sobre la pizarra y encima del césped.

Los delanteros practican sin cesar el remate y el regate, el chut y la croqueta. Los defensas se entrenan siempre en inferioridad numérica. Antes de cada sesión, los fisios pulen pequeños problemas físicos y tras ella liman las asperezas que genera el entreno. Con un cuidado extremo se pone en práctica el ‘entrenamiento invisible’: comida adecuada, recuperación máxima, descanso y oxigenación.

Las cargas de trabajo se alternan con precisión quirúrgica. El fútbol, señores, ha dejado de ser la broma amateur de cuando Kubala dormía sobre la camilla de Angel Mur los excesos de la noche barcelonesa. Aún hay futbolistas que siguen viviendo en aquella época, pero son los que hoy están perdiendo el paso, llámense Robinho, Ronaldinho, Guti o Sneijder.

Los que están arriba y marcan tendencia son jugadores hiperconcienciados en el sentido profesional del término, que no dejan al azar ni uno solo de los posibles factores determinantes del éxito. En este sentido, que Pellegrini haga apuestas sobre algo tan serio como la preparación de los partidos es una aberración o un engaño. Desde luego, no es una anécdota.