El Barça podrá contar con Alves en el frío duelo de Kazan

El Barça podrá contar con Alves en el frío duelo de Kazan
• Una temperatura de 7 grados bajo cero recibió ayer a los azulgranas tras un maratoniano viaje
Del caluroso y apacible sol de Barcelona pasó ayer el campeón de Europa a la fría, anónima, nevada y lejanísima Kazan, la tercera ciudad de Rusia, que anoche recibió al Barça a siete grados bajo cero. En un viaje inacabable (de unos 4.000 kilómetros), el equipo de Guardiola se plantó en la otra punta del continente, tocando ya con la frontera asiática, consciente de que mañana se enfrenta al partido.

Hasta ahora, ha jugado 16 encuentros oficiales y ha ganado dos títulos (Supercopa de España y Supercopa de Europa), pero este, el duelo contra el Rubin, es el partido. Y nadie se lo quiere perder, Ni siquiera Alves, quien se ha recuperado en un tiempo récord (apenas 13 días de una lesión muscular) y se subió ayer al avión, camino de Rusia, más contento que un niño con zapatos nuevos. ¿Jugará? Si de él depende, no lo duden. Mañana lo verán corriendo por la banda derecha y devolviendo a Puyol al eje de la zaga junto a Piqué, mientras Márquez purgaría así su error del sábado.

Ante el Rubin se lesionó, ante el Rubin quiere volver el lateral brasileño. Sabe Alves, como sabe todo el barcelonismo, que otro error en la Champions complicaría, y mucho, el futuro del dueño de la corona. Por eso, es el partido, como le llamaban todos en la numerosa expedición azulgrana, que incluía al presidente Joan Laporta, acompañado, como ya viene siendo costumbre últimamente, por el director general corporativo del club, Joan Oliver, entre otros, además del secretario técnico, Txiki Begiristain. «Somos superiores al Kazan, pero ellos son un equipo que corre mucho y tiene buenos futbolista», precisó el responsable deportivo, solo preocupado porque «el campo esté bien y porque los jugadores calienten bien».Lo tiene difícil el Barça por el frío, la nieve y la hierba, que lleva días sin cortarse por decisión de Gurban Berdyev, el técnico ruso, para que esté alta y ralentizar así el juego. Los azulgranas calentarán bien, de eso no hay duda, pero que nadie espere una alfombra en el campo.

ENCERRADOS EN EL AVIÓN

Para empezar, el viaje no fue como se esperaba el Barça. Se temía que fuera largo. Pero no tanto. Después de una suave sesión de entrenamiento en la Ciutat Esportiva de Sant Joan Despí (se inició a las nueve y media de la mañana), el equipo se desplazó al aeropuerto de El Prat para coger el vuelo chárter, cuya salida estaba prevista para la una del mediodía. Prevista sí, pero solo en los papeles. Un problema en el slot (el horario asignado a cada avión por la torre de control) provocó un retraso monumental en el despegue. Casi dos horas estuvieron encerrados los jugadores en la aeronave –instalados, eso sí, en primera clase–, esperando ese permiso para abandonar Barcelona.

Al final, sobre las tres de la tarde, la expedición emprendió el vuelo rumbo a la lejana Kazan, donde nadie quiere quedarse congelado. No por el frío, que lo hará, sino por un nuevo tropiezo inesperado.