Guardiola ha detectado el problema
Guardiola ha detectado el problema
El Olympique de Lyon estuvo a punto de sacar los colores al Barça durante la primera mitad disputada en Gerland. Fueron 45 minutos en los que el equipo de Claude Puel mostró a Europa cómo jugarle a los blaugrana, explicando, a base de solidaridad física y calidad técnica, que los de Pep Guardiola no son invencibles. El Espanyol ya lo había demostrado días antes, aunque, eso sí, con diferentes argumentos. Nada que el técnico de Santpedor no supiera. De hecho, se le ha secado la lengua de tanto repetirlo en las ruedas de prensa, cuando se canonizaba al equipo antes de beatificarlo. En Gerland vio la oportunidad de anunciar, sin nombrar, las conclusiones a las que ha llegado para que el grupo mantenga el nivel mostrado durante su orgía futbolística.
El Olympique de Lyon estuvo a punto de sacar los colores al Barça durante la primera mitad disputada en Gerland. Fueron 45 minutos en los que el equipo de Claude Puel mostró a Europa cómo jugarle a los blaugrana, explicando, a base de solidaridad física y calidad técnica, que los de Pep Guardiola no son invencibles. El Espanyol ya lo había demostrado días antes, aunque, eso sí, con diferentes argumentos. Nada que el técnico de Santpedor no supiera. De hecho, se le ha secado la lengua de tanto repetirlo en las ruedas de prensa, cuando se canonizaba al equipo antes de beatificarlo. En Gerland vio la oportunidad de anunciar, sin nombrar, las conclusiones a las que ha llegado para que el grupo mantenga el nivel mostrado durante su orgía futbolística.
Y no todas son negativas.El técnico desconectó ayer durante el día de fiesta que concedió al equipo y hoy volverá al trabajo. Será el momento de exponer a sus futbolistas aspectos a mejorar. Uno de los puntos será corregir la distancia que separa al delantero centro del central. Con las líneas separadas el fútbol del Barça se resiente, no sólo a nivel ofensivo, sino también defensivo. La intensidad de la presión disminuye y, para los rivales, es mucho más fácil superar la primera línea de los blaugrana, puesto que se crean muchos más espacios entre líneas y los rivales no se ven obligados a deshacerse del balón despejándolo. Tanta distancia da opciones a los contrarios de jugar el balón sin necesidad de sortearlo. Sobre todo si tienen calidad, como pasa en la Champions cuando se llega a los octavos de final.
Otro de los puntos a mejorar por el equipo blaugrana es mantener la calma, quitarse de encima la ansiedad que, en ocasiones, parece sufrir. No sólo la primera mitad en Lyon sirve como ejemplo, sino también el encuentro íntegro ante el Espanyol. Los blanquiazules supieron cómo crear nerviosismo en los blaugrana, un aspecto que, siempre, viene acompañado de un fútbol menos fluido. El Bar-ça es superior a sus rivales, así que el objetivo debe ser serenarse y no caer en sus provocaciones. Los blanquiazules lo hicieron a su manera. En cambio, el Olympique de Lyon lo hizo a la suya, diametralmente opuesta. De hecho, los de Puel jugaron al Barça con sus propias armas: velocidad en la transición, desborde y presión arriba.
Físicamente aguantaron media parte, pero pudo ser suficiente para poner la eliminatoria cuesta arriba. Cuando esto sucede, desde el vestuario blaugrana se pide “picardía”, la misma que utilizan otros equipos para combatir al Barça. “Si hay que hacer faltas, se hacen. Si se debe parar el juego simulando lesiones, también”, explica una de las fuentes consultadas. Nada que no haga el resto de equipos cuando deben medirse a los de Pep Guardiola.
Pero, evidentemente, un colectivo depende de acciones individuales y, en ese aspecto, también hay que mejorar. Abidal insistió antes de viajar a Lyon que, por encima de cualquier otro aspecto, era crucial evitar las faltas cerca del área de Víctor Valdés. A los seis minutos, Touré Yayá y Dani Alves provocaron la primera por un derribo a Ederson. “En una jugada en la que existe superioridad numérica”, comentan, “la última opción debe ser cometer falta”. Si en el rival juega Juninho Pernambucano, las razones para evitar este tipo de acciones crecen. Son jugadas puntuales que pueden marcar una eliminatoria.
O un encuentro de Liga. Como pasó con el error de Valdés ante el Espanyol. Pep Guardiola no le recrimina nada en el gol del brasileño del Lyon en Gerland. De hecho, ya dijo tras el partido que “ni siete porteros lo hubieran parado”. En cambio, sí molesta el fallo antes los blanquiazules porque se adjudica a un exceso de confianza del guardameta, una falta de prudencia que impidió que el Barça pudiera optar a la remontada y obligó al equipo a luchar por el empate que, de todos modos, no llegó.
Pep Guardiola tiene identificados los males del equipo, el primer paso para encontrar las soluciones. Las alineaciones, en ese sentido, también cuentan. Puyol, por razones tácticas, jugó de lateral zurdo en Lyon, pero tienen claro que, tras la lesión de Abidal, Sylvinho va a tener mucho protagonismo.Por último, otro de los problemas con los que se está encontrando el Barça es que los rivales, como el Espanyol el pasado sábado, es que han estudiado bien a los de Guardiola y han creado un sistema anti-Barça que le complica el juego que con tanta fluidez realizaron los blaugrana en la primera vuelta.Conclusiones positivasDe lo malo también se pueden sacar conclusiones positivas.
Así lo ve el cuerpo técnico del Barça, que, en estos tres últimos encuentros en los que el equipo no ha logrado la victoria también ha visto aspectos en los que fomentar el regreso a la dinámica ganadora en la que estaba inmerso. Uno de ellos es la capacidad de reacción que siempre ha mostrado el conjunto. Nunca da un partido por perdido, como se vio ante el Espanyol y, sobre todo, ante el Lyon. La segunda mitad del conjunto blaugrana fue buena y recordó, en algunos aspectos, al Barça arrollador. La actitud siempre es positiva y, en ese aspecto, también hay que destacar que “a los equipos les cuesta muchísimo ganarnos”, asegura un miembro de la plantilla.
Y es cierto. Los rivales deben gastar muchísima energía para imponerse a los de Guardiola. Por otro lado, los resultados en la Champions invitan a ser optimistas, puesto que se trata de un torneo en el que las goleadas se cuentan con los dedos de una mano. Las goleadas logradas en la fase de grupos no se ajustan a la realidad de la competición, por lo que un empate con goles a domicilio siempre es un buen resultado. También es motivo para sentirse optimista, aseguran miembros de la plantilla, el hecho de que “seguimos siendo un equipo”.
Se refieren al concepto. Nadie hace la guerra por su lado y todos se sienten parte de un todo, algo muy importante para el técnico de Santpedor, que ha incidido en este aspecto desde el inicio de la temporada. En lo que no coincide el grupo con la opinión pública es en la incidencia que ha tenido en el juego la baja por lesión de Iniesta. Recuerdan, y con razón, que, sin el de Fuentealbilla, el Barça fue capaz de ganar, de una tacada, a Sevilla, Valencia, Real Madrid y Villarreal. Cuatro rivales potentísimos a los que Andrés no pudo enfrentarse en la primera vuelta.
No hay motivo para preocuparse porque el Barça está bien posicionado en todas las competiciones que disputa. Identificados los puntos en los que el equipo se ha descarrilado, es más fácil encontrar soluciones. La receta es fácil: trabajo, trabajo y trabajo
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