Penya Barcelonista de Lisboa

dimarts, de maig 20, 2008

GUARDIOLA TENDRÁ UN VESTUARIO A SU MEDIDA


Guardiola quiere una plantilla a su medida. En el actual Barça sobran 'vacas sagradas' y 'ovejas negras'


Ni vacas sagradas, ni ovejas negras
Guardiola tiene personalidad propia. No desea imitar a nadie, pero el espíritu del 'Dream Team', y cómo nació, tiene mucho que ver con la actual situación

Josep Guardiola ha exigido a Txiki Begiristain disponer de un vestuario a su medida para construir un futuro tan explendoroso como el de su época como jugador azulgrana. El técnico no quiere ni vacas sagradas ni ovejas negras en su plantel por lo que ha pedido una limpieza a fondo para abolir los vicios del pasado e iniciar una etapa que nada tenga que ver con el futuro reciente. Ayer el secretario técnico del FC Barcelona dio algunas pinceladas de cual será a partir de ahora la filosofía del primer equipo azulgrana: “Queremos luchadores, compromiso y un equipo compacto. Jugadores que se hagan grandes gracias al éxito producido aquí, no que ya lo sean por el éxito que se ha producido fuera”. En definitiva, el Barça apuesta por un proyecto deportivo “que genere expectativas e ilusión”.A tenor de las declaraciones de Begiristain, y según ha podido saber SPORT, el Barça quiere aprender de una vez por todas la lección y desea huir de ‘galácticos’, ‘fantásticos’ y todo lo que huela a glamour. Ahora, y más con Pep Guardiola como inquilino del banquillo del Camp Nou, la entidad apuesta por la humildad, la cultura del trabajo, la implicación absoluta de todos los integrantes del primer equipo y, también, por el respeto de unas normas mínimas de convivencia que deberán ser cumplidas a rajatabla.Para conseguir todo eso, el nuevo Barça de Guardiola quiere volver a los orígenes, al nacimiento de uno de los mejores equipos que ha habido en la historia del club: el Dream Team. Ojo, no estamos diciendo que el deseo de Pep y de Txiki sea crearlo de hoy para mañana, en dos días, pero sí tomar como ejemplo lo que ocurrió en la primavera de 1988.Aquella temporada, la 1987-88, el FC Barcelona vivió uno de los episodios más negros de su historia: el Motín del Hesperia. Nunca antes, ni después, una plantilla había solicitado la dimisión de su presidente, en este caso Josep Lluis Núñez. Éste aguantó el tipo, esperó a que el equipo ganara la final de la Copa del Rey ante la Real Sociedad y después sacó la güadaña. Se puso en manos de Johan Cruyff y fue con él, y con el consejo de otros entrenadores (Clemente sin ir más lejos), con que empezó a diseñar, poco a poco, un nuevo equipo. Un conjunto que acabaría convirtiéndose en el famoso Dream Team.¿Qué hicieron entonces Johan Cruyff y el Barça? Apostaron por contratar jugadores nacionales de calidad y aún con mucho recorrido. De la Real Sociedad llegaron tres: López Rekarte, Txiki Begiristain y José Marí Bakero. Del Atlético fueron fichados Eusebio y Julio Salinas y del Espanyol, Ernesto Valderde y Miquel Soler. De Osasuna, Juan Carlos Unzué y Goikoetxea, que fue cedido a la Real. Junto a ellos, Serna del Sevilla. Más tarde, una vez terminados los JJOO de Seúl se incorporó el brasileño Aloisio. Aquella plantilla construida en un solo año fue capaz de conquistar la Recopa de Berna, un título que dio la tranquilidad para seguir dándole los retoques necesarios a una plantilla que se enriqueció con la llegada de jugadores europeos como Koeman y Laudrup, después Stoichkov y Romario.La idea que tienen Guardiola y Begiristain es traer al Barça futbolistas que sueñen con jugar en el Camp Nou, que tengan hambre de títulos, que sean profesionales y que se ajusten al perfil que se busca para cada puesto. Lo de menos, ahora, es si son más o menos mediáticos, si venderán más o menos camisetas. Eso vendrá después.Por supuesto, quieren que sean profesionales contrastados y con la experiencia suficiente para no acusar jugar en el equipo como el Barça. Un perfil muy determinado que no reúnen muchos de los jugadores que han sonado últimamente para vestirse de azulgranas. Una de las claves que persiguen los nuevos responsables del primer equipo es hacer vestuario, provocar una corriente de solidaridad que permita crear un buen clima de convivencia pero, a la vez, que se instale una competencia sana que vaya en beneficio de todos.Si pueden llegar uno o dos cracks de renombre, mejor que mejor, porque los grandes equipos también pueden construirse con futbolistas contrastados. Alcanzado este punto tenemos que reconocer que todos los jugadores que aterrizaron en el Barça en 1988 empezaron a tener renombre nacional e internacional después de jugar en el conjunto azulgrana. Eso es lo que desean Pep y Begiristain, que se hagan grandes triunfando en el Camp Nou. Un mensaje que también sirve para la cantera, que seguirá teniendo el protagonismo debido, como en aquellos tiempos gozaron los Amor, el propio Guardiola, Ferrer, Sergi, etcétera...El viernes 22 de julio de 1988 se puso en marcha un equipo, una filosofía de fútbol y de trabajo que, poco tiempo después, maravilló al mundo del fútbol. La historia nunca se repite, pero sí puede parecerse...