Penya Barcelonista de Lisboa

diumenge, de maig 18, 2008

Una goleada como despedida


El Barça derrota al Murcia en un partido presidido por el 'hat-trick' de Giovani

El de ayer fue un partido de despedida entre dos equipos que hubieran preferido estar de vacaciones. El Murcia ya bajó a Segunda y el Barcelona se ha quedado por segundo año consecutivo sin título. Los azulgrana, al menos, se despidieron con una goleada rotunda en un partido muy sencillo, presidido por el hat-trick del mexicano Giovani, muy artístico y fino.

El Barça no ganaba a domicilio desde febrero; seis partidos desde Zaragoza. Un mundo, así que a estas alturas ya no importaba mucho, tan a deshora y a destiempo. La era de Rijkaard terminó anoche de manera oficial, con un buen marcador, aunque intrascendente, sin pena ni gloria, en noche de fútbol sin trascendencia alguna salvo para la afición, que llenó prácticamente el campo.
Al partido le dieron vida cuatro cosas de Messi, el intervencionismo de Henry y de los dos únicos volantes, Gudy y Xavi, y los goles de Giovani. Fracturado y sin tensión defensiva, el Murcia tuvo llegada al principio y al final, sobre todo por parte de Iván Alonso y Aquino, un zurdo de la quinta de Bojan que pinta bien. El Murcia llegaba y remataba más que nunca y se encontró merecidamente con un gol de Ochoa a la salida de un saque de esquina.
Al Barcelona, sin embargo, le bastaron dos arreones para darle la vuelta al partido en 10 minutos. Henry, Eto'o y Messi compitieron en ver quién terminaba el curso con el mejor registro goleador. No se entienden demasiado fuera del campo, así que de nuevo les costó encontrarse. Atacaron por inspiración y resolvieron fácilmente, mientras que Pinto guardó bien la portería hasta que le batieron otras dos veces ante la desatención de sus zagueros.
El partido fue tan anecdótico que incluso se estrenó Giovani con unos goles preciosos, el segundo especialmente distinguido porque fue el número 60.000 de la Liga. Si el mexicano se va finalmente del Barça, al menos lo hará después de estrenarse como goleador en el campeonato desde una posición sorprendente, la de interior derecho ante la falta de volantes. El partido acabó con los olés de la hinchada, mientras que Rijkaard ni siquiera comparecía ante la prensa el día de su adiós.