Penya Barcelonista de Lisboa

divendres, d’abril 11, 2008

Nos vemos en Old Trafford


No fue un gran partido. Ni falta que hacía, dirán algunos. Siempre es mejor pasar jugando bien que jugando mal, pero lo vital era entrar en semifinales.
SAQUE DE PUERTA // ANDONI ZUBIZARRETA

• El regreso de Messi hará que el Manchester United no se crea tan favorito como parece
Sé que medio mundo da favorito al Manchester United frente al Barça en una de las semifinales de la Champions. Yo, no. Yo creo que el Barça sabrá afrontar ese duelo con la entereza que se le supone a un campeón y, sobre todo, con el espíritu de revancha que merece una temporada tan irregular como ésta. Lo confieso: yo sí creo en este Barça.
1 La imposibilidad de jugar de otra forma
Tener un estilo definido, tan definido como el Barça, es un arma de doble filo. Si puedes imprimir al partido ese ritmo, ese toque, esa forma de jugar, perfecto, ganas y luces. Pero, si el rival, que también juega, utiliza sus armas, pocas o muchas, buenas o malas, con excelentes jugadores o con futbolistas del montón, puede que tú, Barça, te veas obligado a cambiar tu libro de estilo, tu forma de hacer sobre el campo.Y es ahí, cuando el Barça, éste y casi todos los Barças habidos en las últimas décadas, sí, sí, también el nuestro, falla: no hay plan B. O, si lo hay, es poco riguroso, nada vistoso, gris y vulnerable. Mal asunto cuando un equipo se atasca por no saber jugar de otra manera. Y eso fue lo que le ocurrió al Barça anoche en la primera parte.Los primeros 45 minutos fueron alemanes porque así lo quisieron ellos y porque el Barça, al no saber cómo imponer su juego, como recuperar la posesión del balón para que lo moviese a su antojo Xavi e Iniesta, sufrió mucho, demasiado, a la hora de controlar el partido. Contaba con la ventaja del gol de Bojan en Alemania, pero temía perder.
2 La serenidad con la que actuó Valdés
No temo que se me acuse de gremialista, de elogiar al portero. Ni lo temo ni creo que nadie me vaya a señalar con el dedo si digo que, justo en ese momento, en el instante en que el partido no era de nadie o, sí, era del Schalke, el Barça tuvo la suerte de contar entre sus palos con Víctor Valdés. Posiblemente, Neuer tuvo paradas de mayor mérito que Valdés --creo recordar dos buenas intervenciones a tiros de Xavi e Iniesta--, pero lo que hizo el azulgrana fue mejor, mucho mejor, porque a un portero se le debe de juzgar por algo más que por sus paradas.Valdés transmitió confianza y serenidad a los suyos, cualidades vitales en momentos de zozobra. O casi. Ofreció siempre, siempre, una buena salida de balón al no dar ni una patada inadecuada. Tuvo presencia en todos los lances complicados y, sí, también metió un par de manoplas buenas. No parecía este el partido más señalado para que Victor Valdés se convirtiese en una de sus estrellas y, sin embargo, lo fue. Por todo lo que hizo, no solo por todo lo que paró. Esta semifinal le pertenece también a él.
3 El Barça contra el Imperio Británico
Cierto, el Barça se encontrará en la semifinal al primer rival serio en esta Champions. Mejor. Un rival al que todos dan como gran favorito para ganar la final de Moscú. Primero tendrá que llegar. Analizando el caminar del Barça podría pensarse que esa eliminatoria es de color rojo. Podría. Es posible que el Barça de dentro de 15 días, el Barça de Sant Jordi, no sea como el de anoche. Por ejemplo, estará Messi. Y Messi significa algunas, o muchas, de las cosas de las que carece el Barça actual: poder de intimidación, ritmo y, sobre todo, capacidad para descontrolar, sorprender y desbordar al adversario.Estoy convencido de que el Barça, que se enfrenta solito al Imperio Británico (Liverpool, Chelsea y MUnited), querrá defender su otra manera de entender el fútbol. Estoy seguro de que sus jugadores, más que el club y los aficionados, sabrán encontrar en ese doble choque la posibilidad de darle la vuelta a una temporada, de momento, desdichada.Nos vemos en Old Trafford.