Copa Catalunya
El Girona y Pérez Fuentes regalan la final al Barça
El FC Barcelona se clasificó ayer para la final de la Copa Catalunya tras deshacerse con muchos problemas del Girona y contar como aliados con el propio rival y el colegiado Pérez Fuentes. Los de Rijkaard y Guardiola no sólo tuvieron que remontar un 0-2 sino que incluso necesitaron del Girona -que se marcó un gol en propia puerta- y del árbitro para poder defender el título el próximo martes ante el Nàstic. Pérez Fuentes regaló un penalti al Barça -Sylvinho se tiró a la piscina- para que Ezquerro empatara el partido (2-2) y, ya con el 3-2, no pitó una manos claras de Botía.
Más allá de la propia victoria, lo más positivo para el Barça es que Thiago y Gai, dos de los seis debutantes ayer con el Barça, demostraron a sus 16 años que tras la irrupción de Giovani y Bojan todavía hay más joyas en la cantera azulgrana.
Primera parte bochornosa
La diáspora de 14 internacionales propició que Frank Rijkaard sólo pudiera sacar de inicio a cinco jugadores del primer equipo: Jorquera, Márquez, Oleguer, Sylvinho y Ezquerro. El resto, todos del filial, tres de ellos debutantes con el primer equipo: el lateral Córcoles, el centrocampista Xavi Torres y el delantero Emilio Guerra, fichados por el filial procedentes del Valencia B, el Alicante y el Zaragoza B respectivamente. El rival era un Girona de Segunda B que precisamente había caído ante el filial en la pretemporada (0-2).
Sin ambición, los dos conjuntos se limitaron a tocar el balón pero con escasa profundidad. La primera parte resultó un auténtico tostón para los 4.000 espectadores que se dieron cita en el Estadi Municipal de Palamós. A falta de diez minutos para el descanso, Thiago Alcántara, hijo del campeón del mundo Mazinho, debutó sustituyendo a Xavi Torres. Lo único destacable de los primeros 45 minutos fue un remate al larguero del azulgrana Jeffren.
Cinco goles en 14 minutos
Si algún aficionado se durmió en la primera mitad se despertó de golpe en la segunda. Rijkaard dio entrada a Gai Assulin. Dos jugadas del extremo israelí arrancaron los primeros aplausos.
Pese a que todo apuntaba a que sería el Barça el que se estrenaría en el marcador, fue el Girona en dar primero por mediación de Chechu. El Barça no había reaccionado y los Raül Agné ya habían marcado el segundo. Uri se encargó de rematar un centro medido de Xumetra, dejando de nuevo en evidencia a los defensas del primer equipo, Sylvinho, Oleguer y Márquez.
El Barça, completamente KO, tomó aire gracias a un autogol de Migue. Luego Ezquerro, que aprovechó a lo Panenka un penalti inexistente, y Sylvinho, con un gran gol desde fuera del área, plantaron al Barça en la final
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