LA MEJOR PLANTILLA, EL PEOR AÑO
Este Barça no ha sabido estar ni de lejos a la altura de la enorme expectativa que generó en verano
Salvo milagro en la Liga se han ido todos y cada uno de los títulos importantes
El plantel con más consenso de la historia está a punto de quemarse pronto
Junta, técnicos y futbolistas tienen su cuota de responsabilidad
El Barça está a un partido de tirar por la borda la temporada que, probablemente, despertó las más elevadas expectativas de toda su historia. Con la plantilla que encontró más consenso entre el barcelonismo, con la inercia ganadora de dos años grandiosos y con unos rivales en progresiva decadencia, el club se creyó elegido para la gloria. A la hora de la verdad, si no hay un milagro el próximo domingo, el Barcelona se despedirá del único gran título al que hoy aún aspira, la Liga.
Salvo milagro en la Liga se han ido todos y cada uno de los títulos importantes
El plantel con más consenso de la historia está a punto de quemarse pronto
Junta, técnicos y futbolistas tienen su cuota de responsabilidad
El Barça está a un partido de tirar por la borda la temporada que, probablemente, despertó las más elevadas expectativas de toda su historia. Con la plantilla que encontró más consenso entre el barcelonismo, con la inercia ganadora de dos años grandiosos y con unos rivales en progresiva decadencia, el club se creyó elegido para la gloria. A la hora de la verdad, si no hay un milagro el próximo domingo, el Barcelona se despedirá del único gran título al que hoy aún aspira, la Liga.
Desde aquella eufórica proclama veraniega, mezcla de deseo y exigencia que lanzó públicamente el presidente Joan Laporta de ganar todos los títulos en juego, en vez de contar éxitos empezaron a descontarse.
Así, primero se esfumó la Supercopa de Europa y no sirvió de aviso. Luego se escapó dolorosamente el Mundial ante el Internacional de Portoalegre.
Después se fue al garete la Champions en la primera eliminatoria directa ante un rival, el Liverpool, que fue acogido con fiestas en el sorteo.
Más tarde, un humillante 4-0 en Getafe dejó sin final de Copa al Barça.
Y ahora, si el Mallorca no lo remedia en el Bernabéu y siempre que el Barça no protagonice otro ridículo en Tarragona, sólo la Supercopa de España y la Copa Catalunya irán a las vitrinas del Museu.
Las responsabilidades se reparten.
Así, Laporta depende de una carambola mucho más rara que las de Tenerife para que su '7 de 7' no se quede en un '2 de 7', siendo el '2' lo menos valorado del ránking de títulos.
Txiki Begiristain, desde la secretaría técnica, deberá afinar más que nunca su tino en la reestructuración de un vestuario que, aún sin saber si cae la Liga o no, parece pedir la segunda reforma más profunda desde que echó a rodar el famoso círculo virtuoso.
Frank Rijkaard también sale tocado, porque no es lo mismo seguir, como él ha asegurado, con un título importante que hacerlo en blanco. El técnico, modelo de dirección de personal durante sus primeros tres años, ha dado en el cuarto golpes de timón sorprendentes tácticamente que le han alejado del equilibrio.
¿Y los jugadores?
Incapaces de resolver ni una sola de las grandes citas, encima no han ofrecido como colectivo una imagen intachable. Los líos de vestuario, el 'caso Eto'o', una pretemporada que corrompe la ley del fútbol y la incapacidad de corregirse en la rutina diaria con una preparación que al menos empate con la de los demás han puesto al Barça donde está
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