Penya Barcelonista de Lisboa

dissabte, de juny 09, 2007

El Barça tira la Liga


Tamudo empató en los instantes finales

Jornada dramática, intensa y triste, sobre todo triste, para los seguidores del Barça. Los azulgrana tuvieron el título en la mano gracias a un Messi estelar pero se dejaron empatar en el último minuto y dicen prácticamente adiós a la Liga


La noche empezó con sorpresa. Rijkaard dio entrada a Gudjohnsen en el 'once' en sustitución del sancionado Ronaldinho y en detrimento de Motta. El holandés sacrificó el pivote y apostó por colocar a los tres 'pequeños' en la medular.

Un planteamiento netamente ofensivo que, con una grada entregada al equipo, hizo que el Barça saliera en tromba y encadenara hasta tres buenas ocasiones en el primer cuarto de hora de partido.

Sin embargo, el Espanyol en seguida demostró que no quería ir de comparsa y que lucharía por los tres puntos por mucho que no se jugara nada en la Liga. Tamudo se encargó de demostrarlo convirtiendo en gol un gran pase de De la Peña (0-1, 29') a las primeras de cambio. Era el 111 del canterano en la Liga que empataba así con Rafa Marañón como máximo anotador en la historia del Espanyol.

El tanto dejó 'tocado' al Camp Nou pero, en cuestión de segundos, la grada revivió gracias a las noticias que llegaban de Zaragoza: Diego Milito acababa de adelantar a los maños (1-0) ante el Real Madrid.

La noche empezaba a tomar tintes dramáticos pero, ajenos a las matemáticas, los de Rijkaard se aplicaron y siguieron a lo suyo: buscar el empate. Un centro de Zambrotta no lo remató Eto'o a gol por poco y tampoco pudo definir Deco de cabeza a la salida de un córner.

El Barça rondaba el gol pero el Espanyol salía bien al contraataque llevado por un inspirado De la Peña. Una incertidumbre que rompió Messi al rematar a gol un centro de Zambrotta (1-1, 43'). El argentino, empeñado en emular a Maradona, hizo enloquecer a la afición con su gol, demostrando que había opciones. Y es que el joven argentino desempolvó aquella 'mano de Dios' que ensalzó al 'Pelusa' en México'86 y marcó con la mano el tanto del empate. Los jugadores del Espanyol protestaron y clamaron al cielo pero el gol subió al marcador. Messi engañó a todos con su picardía. Cuando la televisión enseñó la repetición la jugada se vio claramente. La mano picarona de Messi rematando, como en el 86 hiciera Diego en una jugada que, como aquella, seguro que dará mucho que hablar.

DE LA GLORIA AL FRACASO EN UN MINUTO DRAMÁTICO

La segunda parte empezó como acabó, con Messi como protagonista. El hábil extremo se coló en el área pero su disparo se fue fuera por poco. Era el minuto 1 y dejaba bien claras las intenciones de un Barça dispuesto a convertir la noche en otra noche mágica, como aquellas Cruyff, el 'Dream Team' y las ligas de Tenerife.Pero para conseguirlo todavía faltaban dos cosas. El Madrid debía seguir perdiendo (o empatando) en Zaragoza y el Barça debía adelantarse al Espanyol. Y fue de nuevo Messi quien se encargó de arreglarlo. El de Rosario pescó un balón en el pico del área, se metió en la cocina perica y batió a Kameni con un tiro cruzado, tenso y letal (2-1, 57').

La Liga se teñía de azulgrana y la noche empezaba a ser mágica. Pero el fútbol no entiende de pronóticos y, como guiado por un guionista cruel, Van Nistelrooy empataba (1-1) en Zaragoza para el Real Madrid. El Barça seguía siendo líder pero dependía de que los de Capello no volvieran a marcar.

Y de no encajar más goles. Tal como se encargó de recordar Torrejón rematando alto a la salida de una falta. Todo pendía de un hilo pero otro gol de Diego Milito en Zaragoza (2-1)desató la locura en el Camp Nou.

El Barça, después de muchas semanas sufriendo a rebufo del Madrid, volvía a tener la Liga en su mano. Era la situación soñada por todos los culés; su equipo ganaba al Espanyol y el Real Madrid perdía en Zaragoza. Hasta que llegó el minuto fatídico. Primero Van Nistelrooy, a dos minutos del final, empató en La Romareda (2-2) y unos segundos más tarde, casi sin tiempo para respirar, Tamudo hacía lo propio en el Camp Nou (2-2, 89').

El de Santa Coloma fulminó de un plumazo el récord de Marañón y las aspiraciones azulgranas.

Fue un mazazo macabro, un golpe fatal para una afición que veía atónita como sus jugadores volvían a dejar escapar la Liga. Y es que, salvo milagro mayúsculo en la última jornada, el Barça ha vuelto a tirar la Liga por la borda como quien tira una colilla. Una pena.