Penya Barcelonista de Lisboa

dilluns, de gener 29, 2007

Rijkaard ya sonríe


Rijkaard ya sonríe
• El técnico se felicita porque el Barça recobró la confianza del público
• El entrenador holandés dice que el equipo mejoró mucho ayer porque logró recuperar la presión


A Frank Rijkaard le cuesta exteriorizar sus emociones. Sea en el triunfo --dos Ligas y una Copa de Europa no han modificado su aire de hombre tranquilo-- o en un irregular mes de enero, cuando se han comenzado a poner bajo sospecha valores que parecían indestructibles, intenta siempre que la procesión vaya por dentro. Hay veces que no puede contenerse.

Por ejemplo, en Montjuïc, donde soltó aquel puñetazo, un gesto que dice mucho del disgusto que le produjo la actitud del equipo.

Ayer, a su estilo, con lentitud y sin perder los nervios nunca, el técnico esbozó una sonrisa de satisfacción. No es que se le viera dar botes de alegría, pero hay triunfos que él entiende decisivos.

En apenas una semana, el Barça ha sumado siete puntos de nueve posibles con dos victorias (3-0 al Nàstic y 3-1 al Celta) y un empate (1-1 en el choque aplazado con el Betis).

"No había rabia de los jugadores. No. Hemos trabajado mucho para entrar en nuestro ritmo. Esta es la mejor forma de demostrarlo en el campo.

Hemos dado un paso adelante", comentó el técnico, feliz porque el equipo encontró una seña de identidad que parecía perdida en los últimos tiempos. Presionó y mordió, sobre todo en la primera parte, en el campo del Celta.

Como en sus mejores épocas."Inmediatamente, el público se puso al lado del equipo porque lo vio trabajar así", añadió Rijkaard. Ese era el mensaje. No dar opción a que aparecieran, de nuevo, los silbidos. Para ello, contó con un aliado excepcional.

A la espera de que Ronaldinho sea Ronaldinho, Deco ya está más cerca de ser Deco. Y eso lo agradece el Barça. "Cuando Deco acelera, el equipo responde de la mejor manera. Hay mucha presión por robar pelotas, mentalidad, ganas de demostrar.

Hemos mejorado mucho".

Sin referencia al colegiado. No eran únicamente valores futbolísticos los que esgrimía el técnico en su discurso. "Hemos jugado en campo contrario, con mucha presión. Esa es el arma del Barça", dijo el holandés. Presión, la palabra clave.

"Tenemos que seguir así", sentenció. Si el equipo presiona, roba antes la pelota. Si roba antes, llega con más jugadores al área enemiga.

Si Iniesta aporta control e inteligencia táctica al principio, Giuly es más decisivo en los últimos 20 minutos que saliendo de titular.

Si Deco acelera, Xavi se siente más liberado. Si Xavi está liberado piensa, ve espacios donde otros no intuyen nada y Saviola remata mejor.

Si la defensa no comete fallos ("Puyi, Oleguer y Zambrotta han estado muy bien atrás", recordó Rijkaard), la presión es más sencilla.

Y el Barça "está mejorando en muchos aspectos", anunció el técnico.Ni una alusión hizo Rijkaard a la polémica actuación del colegiado, que señaló dos penaltis que no eran.

Ni reparó en las quejas de su colega Fernando Vázquez, técnico del Celta. "No es mi problema, respeto su opinión, pero ganamos merecidamente.

Creamos doce ocasiones y ellos solo dos", dijo. Después, ni una palabra más, aunque al ser preguntado si vio, en algunos momentos, al equipo de la pasada temporada, Rijkaard asintió.

"Es verdad, somos felices por haber podido dejar esta imagen. El único mensaje ahora es seguir así".

Poco a poco, el Barça avanza.

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