Penya Barcelonista de Lisboa

dijous, de novembre 23, 2006

Queda otra final


Queda otra final

• El Barça sufre ante el Levski y ahora necesita ganar al Bremen en el Camp Nou para clasificarse
Marcos López/Enviado Especial El Periódico

0 - LEVSKI SOFÍA2 - BARCELONA
En Sofía, el Barça ganó ayer la primera final europea, sufriendo más de lo que debía ante un belicoso Levski (0-2), pero dentro de dos semanas queda otra, la más importante. El destino azulgrana en Europa se lo juega en el Camp Nou contra el Werder Bremen, que ayer derrotó al Chelsea. ¿Alguien esperaba lo contrario? Parecía escrito que al campeón le tocara defender la corona en un último cara a cara que pondrá a prueba el corazón de los culés.Será en su casa, al amparo de su gente, después de pasar por Bulgaria sin dejar mucha huella. Ganó con goles de Giuly e Iniesta. Más que suficiente. Mejor no preguntar por el juego. Si acaso por los actos diplomáticos de Joan Laporta, recibido ayer por el presidente de la República y por el alcalde de Sofía.Al equipo, sin embargo, se le detectó apagado, algo pesado, por lo que tendrá que mejorar dentro de 15 días en el Camp Nou para superar el primer gran examen de la temporada. Entonces, no tendrá excusa alguna. El estadio lleno, el público entregado y una victoria para entrar en los octavos. Como segundo de grupo --ser primero es casi imposible--, es verdad, pero tal como ha ido la liguilla, Rijkaard y los suyos estarán la mar de contentos.
MALA PRIMERA MITAD
No estuvo nada bien el Barça en la primera mitad. Dejó que el partido, al igual que el ruidoso ambiente de la afición del Levski, se convirtiera en un castillo de fuegos artificiales. Y no solo por las bengalas lanzadas desde la grada o los petardos, dignos de las Fallas valencianas, tirados fuera del campo por seguidores del gran rival, el CSKA. El gol de Giuly, a los cinco minutos, debía ejercer un efecto balsámico. Pues nada. Pólvora mojada.Una falsa impresión porque el Levski, empujado por su fanática afición, llevó la noche al territorio que más le interesaba. El partido fue un ir y venir. Demasiado desgobierno para el campeón de Europa, que sangraba por la banda de Zambrotta. ¿Era Gianluca? ¿Era él, de verdad? ¿O aún no ha llegado? Por lo menos, en la segunda mitad, se acercó a quien debería ser.Cierto es que el defensa italiano participó en la jugada del gol de Giuly --Zambrotta centró, Gudjohnsen molestó y Giuly, como un cazagoles, remató--, pero poco más relevante hizo. Como el Barça. Ese tanto le atontó. Le hizo creerse más superior de lo que es al Levski, aún más, y confundió el discurso que reclamaba la noche. Perdió el balón, se enredó en jugadas efectistas --Ronaldinho, que estrenaba botas, y Deco perdonaron demasiado-- y el equipo se encogió. Iniesta, al que no se veía mucho, tuvo criterio e inteligencia. Él nunca juega mal a fútbol. Jamás. Además, marca goles decisivos. A Motta, con ese gigantesco cuerpo, le costó entrar en el partido, pero se entonó en la segunda parte.
REACCIÓN EN LA SEGUNDA
Acabó la primera parte con el miedo en el cuerpo del Barça porque fue peligrosamente de más a menos. Ni tenía el balón ni mandaba. En el descanso, Rijkaard, que iba alegremente sin abrigo, debió calentarse. Salió un Barça distinto. Tres primeros minutos, tres ocasiones. Al menos, otra imagen. Otro aspecto. No tan pobre, no tan triste. Nada para tirar cohetes, claro. Cuando el Levski, con dos cambios ofensivos, decidió ir en busca del partido, Deco se estiró para disparar desde fuera del área e Iniesta, convertido en extremo derecho --este niño vale para todo--, se disfrazó de goleador y apaciguó al culé.Dicho esto, el Barça sufrió más de lo que debía y, sobre todo, tardó en liquidar un partido que se le puso de cara. Anoche, por ejemplo, todo lo que disparó Gudjohnsen iba fuera. Tenía el punto de mira desviado. El Barça, que empezó el partido con 0-1, necesitó una hora justa para hacerlo definitivamente suyo. No hace falta recordar, sin embargo, que el Werder Bremen es mucho mejor que el Levski. Pero el escenario es ideal. El campeón se juega la vida en casa y debería salvarla.