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dijous, de maig 26, 2011

El Barça se siente aliviado en su jardín londinenseEl equipo celebra haber adelantado el viaje y poder trabajar sin tensiones



El Barça se siente aliviado en su jardín londinense

El equipo celebra haber adelantado el viaje y poder trabajar sin tensiones

En un hotel londinense, un treintañero triunfador mataba ayer el tiempo con un libro que habla precisamente de un triunfador que decide romper con todo e irse a la India en busca de otra vida más espiritual. De momento, no es el caso. Mientras avanzaba en la lectura de El monje que vendió su Ferrari, Carles Puyol se tocaba de vez en cuando la rodilla izquierda, que le ha jugado una mala pasada a él, acostumbrado a no doblarla nunca, y que el sábado mantendrá firme, por encima del dolor, en el último acto de la temporada.
Entre las enseñanzas que aprende ese triunfador desencantado, ese monje sin Ferrari, hay lemas que el capitán siempre ha cumplido y que, ahora, a las puertas de Wembley, proclamará en voz alta para todo el equipo: «dominar la mente», «perseguir el propósito», «vivir con disciplina», «respetar el tiempo propio», «servir desinteresadamente a los demás», «abrazar el presente»...

Abrazar el presente es lo que corresponde en un momento como este, que también tiene un aire espiritual por todo lo que le envuelve. En un extrañísimo capricho del destino, la Champions ha llevado al Bar-ça a vivir un viaje salpicado de guiños que le ha devuelto a Wembley 19 años después de que el dream team conquistara la primera Copa de Europa y abriera paso a una nueva era, la más grandiosa de la historia del club azulgrana. Aquí empezó todo y aquí puede prolongarse un círculo perfecto.

MOURINHO Y EL VOLCÁN / Como si no bastara con ese emotivo regreso, simbolizado en la figura de Pep Guardiola, en la antesala de esa cita, el equipo se ha reencontrado con los dos fantasmas que hace un año le cerraron las puertas del Bernabéu. El primero, lo liquidaron, después de una terrible pelea que les exigió más esfuerzo fuera que dentro del campo, y que dejó a Guardiola y a alguno más psicológicamente exhaustos.

Quién iba a imaginar que el

desagradable José Mourinho volvería a aparecer en escena, en otra semifinal, con otro club, dispuesto otra vez a corretear por el Camp Nou levantando el dedo celebrando el pase a la final. En el cambio, del Inter al Madrid, Mourinho es mucho peor de lo que era, pero toda la tensión, todas sus impertinencias, todo su juego sucio, no le ha servido para doblegar al Barça. Una vez, sí; dos, no. Ni en la Liga ni en la Champions.

Pero esta especie de reconstrucción, que tiene un punto macabro si se quiere, ha culminado con la inesperada reaparición de un volcán islandés (Grimsvöttn), en una sincronización inverosímil. Pero después de haber cambiado la historia con Mourinho, el Barça también ha regateado esta vez un obstáculo que hace un año le empezó a hacer perder el pulso con el Inter antes de que el balón echara a rodar. Escarmentado por esa doble experiencia, Guardiola ha acabado con Mou y no le ha dado al volcán la posibilidad de condenarle a otra peripecia.

HOTEL EXCLUSIVO / Total que, con más tiempo que nunca, sin prisas, sin tensiones, desde la medianoche del martes, el equipo duerme cerca de Wembley, cerca del escenario donde el sábado espera levantar la cuarta Copa de Europa, la tercera en cinco años, una hazaña inimaginable para cualquiera de los que en el 92 subieron los 39 escalones del viejo y ya demolido Wembley a recoger la primera, entre ellos un jovenzuelo que hoy ocupa el puesto de Cruyff.

El Barça aguarda ese momento relajado en un tranquilo jardín de las afueras de Londres, en el hotel The Grove, uno de los más exclusivos del mundo, donde suele concentrarse la selección inglesa, y que cuenta con un espectacular campo de golf. En otros tiempos, Guardiola podría evadirse jugando tranquilamente unos hoyos, pero entre los peajes que ha pagado por estos tres años, está la hernia que le ha obligado a dejar los palos en la bolsa.

La alteración del viaje implicará el pequeño engorro de trasladarse mañana al hotel que inicialmente tenía reservado, en el barrio de Chelsea. Pero el equipo celebra haber adelantado el desplazamiento y trabajar sin tensiones ni la incertidumbre que provocaba el volcán. Por más que finalmente no haya problemas para viajar, nadie se arrepiente de la decisión.

ELOGIOS DE LINEKER / Después de tener la mañana libre, el equipo se entrenó por la tarde en las instalaciones del Arsenal. Guardiola dispone de toda la plantilla casi por primera vez en toda la temporada, además de los dos porteros del filial (Oier y Miño, uno de los dos se sentará en el banquillo por la ausencia del sancionado Pinto), Thiago y Fontàs.

En tierras inglesas, las voces más respetadas se rinden al juego azulgrana. «El Barça ha de tener un mal día para que no gane la final. Eso o que la suerte acompañe al Manches-ter United. El tiempo lo dirá, pero potencialmente este Barça puede ser el mejor equipo que ha existido nunca. Desde luego es el mejor equipo que yo he visto nunca, en lo que se refiere al atractivo de su fútbol y a como ha hecho avanzar este deporte», aseguró Gary Lineker, uno de los mejores delanteros ingleses de la historia y una opinión intocable por encima de su pasado azulgrana.

CONTRASTES / Pero ya no es tiempo de palabras. Mientras en Madrid son días de cuchillos largos, el Barça respira tranquilo en su jardín londinense. Qué contraste. Unos apuñalándose y los otros, listos para seguir jugando. La pelota es suya.