Penya Barcelonista de Lisboa

dimecres, de març 31, 2010

ARSENAL 2 - BARCELONA 2


Mucho encanto y poca malicia

El Barça, soberbio al inicio, no sabe cerrar el partido ante un Arsenal que remontó tras el cambio de Henry por Ibra
Un cuento de hadas acabó en una pesadilla para el Barça. Así de traicionera es la Copa de Europa. Los azulgrana dieron por acabado antes de tiempo un partido en el que el Arsenal no pintaba nada y no sólo firmaron un empate sino que hipotecaron el partido de vuelta en el Camp Nou por la expulsión de Puyol y la sanción de Piqué. La fanfarria de la Champions anunciaba un partido solemne en Londres, y los azulgrana rompieron a jugar como los ángeles, fieles a la liturgia del torneo, exigentes con el cartel del partido, más reconocibles que nunca. La suya fue una actuación irreprochable hasta que cantaron victoria cuando todavía quedaba mucho tiempo en un torneo tan puñetero este.

El Arsenal no se dio nunca por vencido en una contienda en la que estaba en juego la bandera del fútbol de ataque, de un estilo, de una manera de entender la vida en el campo. Ningún equipo parece más capacitado que el Arsenal para jugar tan bien como el Barça. No lo pareció durante tres cuartas partes del partido. La mejor versión de los gunners acababa por entonces en el punto donde comenzaba la de los azulgrana. Los barcelonistas se marcaron un partido estupendo hasta que Ibrahimovic enfiló el vestuario sustituido por Henry.

La excelente actuación coral barcelonista había quedado condicionada por la figura de Ibrahimovic, desacertado cuando mejor jugaba el equipo, y desequilibrante en el momento que había calmado el fútbol, nada más regresar del descanso, instantes todavía en los que la hinchada inglesa se preguntaba qué pinta un tipo como el sueco en un equipo como el Barça. Ibrahimovic pasó de jugar sin naturalidad, forzando siempre la jugada, a meter la pelota en el rincón más imposible de Almunia.

Los azulgrana siempre encontraron a Ibrahimovic, punto y final del juego, delantero que siempre se ofrece para bien y para mal. El sueco ha ganado protagonismo desde la activación de Messi como enganche por detrás suyo, una reordenación que exige mucha laboriosidad en la banda, tanto de los volantes como de los extremos, función que no apetece a Henry, suplente hoy ante el equipo con el que alcanzó la fama, tras una reprobable función como 11 ante Osasuna. A la vedette francesa sólo le apetece el 9.

Así las cosas, abierto a la banda derecha ayer jugó Pedro, doblado por Alves, mientras Keita y Mawell profundizaban por la izquierda. Futbolistas comprometidos con la idea de Guardiola: "Hoy más que nunca tenemos que ser el Barça". El equipo se esponjó mucho y bien, ensanchó el campo para ser profundo, y tanto Xavi como Busquets pudieron tirar la línea de pase para los atacantes sin mayor oposición, vencido como quedó el Arsenal.

Ninguno de los dos equipos sabe jugar sin la pelota, y el Barça la tomó con tanta determinación que desnudó al Arsenal, extraviado en su cancha. Los gunners se cansaron de perseguir zamarras azulgrana, excelentes los futbolistas de Guardiola en el juego de posición y manejo de la pelota, versátiles en sus llegadas, hábiles en los momentos de ganar el espacio y armar el remate franco después de una situación de permanente superioridad en la divisoria. El encuentro fue un ataque y gol del Barça tan rotundo que Wenger tuvo que retirar a Arshavin por Eboué para frenar la avalancha futbolística del Barcelona.

Cesc firmó como capitán la rendición local. Impotente ante el ejercicio solidario de los azulgrana, se ganó una tarjeta que le impedirá actuar en el Camp Nou por una entrada a Busquets. El Arsenal solo se mantuvo en pie media parte por la pletórica actuación de Almunia, que sacó brazos y manos ante la lluvia de remates barcelonistas, y por la esterilidad de Ibrahimovic. Hasta que el Arsenal remató a la meta de Valdés, en un disparo de Nasri (m.22), los azulgrana habían contado 11 tiros y habían tenido el 70% de posesión.

Después de emborronar una primera parte estelar del equipo, muy a gusto en un campo muy rápido por la lluvia, Ibrahimovic se corrigió en el segundo tiempo. Fallón en la combinación, retórico en las paredes, los pases interiores y los triángulos, el sueco funcionó en el juego directo: tiró un desmarque estupendo a espaldas de Song que Piqué leyó con un pase largo, profundo y preciso. Ibrahimovic no perdonó y, al poco, repitió en un tiro más parsimonioso, dejando botar el balón, tras un pase de Xavi.

Rehabilitado y sustituido Ibrahimovic, el Barça se fue del partido. Empezó a ceder terreno, Busquets perdió la pelota y el Arsenal alcanzó el área con frecuencia y acierto con la salida de Walcott. El inglés marcó después que Valdés le hubiera negado el gol a Bendtner, que ya había rematado antes al palo, y más tarde Cesc forzó un penalti y la expulsión de Puyol para reivindicarse como jefe de los gunners. Los azulgrana perdieron al final el encanto ganado durante el partido para suerte de los ingleses. La Copa de Europa no admite distracciones ni medias tintas.

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