El Arsenal resiste ante un Barça supremo

Partido loco en el Emirates Stadium (2-2)
El Arsenal resiste ante un Barça supremo

Con un Barcelona más preciso en el patíbulo del área, donde Almunia se resistió a someterse a la pena capital dictada por el juego de un Barça supremo, no habría sido necesario regresar del vestuario y seguir con el partido después del descanso. El Arsenal siquiera habría podido aguantar 20 minutos de pie. Pero resistió hasta el final (2-2) con una reacción tardía que devolvió el interés al partido de vuelta, la semana que viene en el Camp Nou. [Narración y estadísticas]

En la caseta, durante el descanso (0-0), Ibrahimovic eligió al fin su traje de verdugo y ajustició sin miramientos al Arsenal nada más regresar al césped del Emirates. A los 25 segundos de juego reanudado, el sueco recibió el mensaje enviado desde la defensa por Piqué y elevó la pelota sobre el portero navarro de los 'gunners', esta vez fuera de cacho, perdido y abatible.

Ibrahimovic redundó en la pena de los londinenses haciendo honor al cañón del escudo y la historia del club inglés. La conexión la estableció esta vez Xavi Hernández, un pase perfecto, y la racha goleadora del delantero barcelonista se prolongó en uno de esos días imprescindibles (m. 59).

Guardiola le había ganado a Wenger sin pelear. El Arsenal tenía tres amonestados, dos goles en contra y su hombre clave, Cesc, quedaba fuera de la vuelta en Barcelona por una tarjeta amarilla. Todo perdido, parecía.

Pero el partido no dejó de producir noticias de todos los colores. El entrenador francés del Arsenal optó por el recurso de la velocidad con Theo Walcott, sustituto de un lateral, Sagna. Un cuchillo que le hizo daño a Maxwell y a la defensa española, quebrada en la primera jugada del extremo, cuya bala inicial atravesó el marco de Valdés.

El Arsenal se revitalizó y por fin pareció jugar en su propio estadio. Ya con Henry en lugar de Ibrahimovic, el Barcelona tembló. Messi pudo recuperar la iniciativa y dar el puñetazo definitivo, pero apareció Almunia de nuevo para evitar la sangría.

A seis minutos de la conclusión, Puyol tapó una internada de Cesc Fábregas, lo derribó, el árbitro señaló el punto de penalti, expulsó al defensor azulgrana y permitió al capitán del Arsenal empatar. Le pegó con tanta rabia que su rodilla, ya maltrecha desde el sábado, no aguantó.

Cesc permaneció en el campo hasta el final, pero en la práctica el equipo inglés jugó los últimos cinco minutos con 10 hombres, igual que su rival, al que se le había escapado viva su presa. Dentro de una semana no podrá alinear a sus dos centrales titulares, porque la amarilla a Piqué acarrea suspensión.

Un 2-2 fuera de casa es un magnífico resultado... Salvo para quien haya visto y vivido este partido loco. Y aunque el Arsenal tendrá que vérselas en el Camp Nou sin Cesc y probablemente sin Gallas y Arshavin, lesionados en la primera mitad, al menos sigue en pie.