101 goles de Messi
• El genio argentino acabó con su frustración logrando dos tantos después de que apareciera Pedro para reanimar el ataque azulgrana
Lo que intentó Henry y no le salió, mira por dónde lo consiguió él. Lo resolvió con maestría en apenas siete minutos. Lo que peleó durante 90 minutos Ibrahimovic y no le valió para nada. Tuvo que venir él, como casi siempre, fiel, obediente y humilde, para terminar con tanta incertidumbre. Pedro tiene estas cosas. Cuando se le espera, llega. Cuando no se le espera, también. ¿Y Messi? Sin ser celestial, marcó dos goles y suma ya 101 con la camiseta azulgrana, pero todo nació en Pedro, que en su tanto, el quinto en la Liga, el 14° de la temporada, demostró que tiene ángel. Gol ya se sabía que tiene, y mucho, pero lo de anoche fue otra prueba del prodigio de Pedro o Pedrito, el niño de oro.
Aunque después quede todo eclipsado por las maravillas de Messi. Ya son 101 goles desde que debutó en el Barça con 16 años (ahora tiene 22) y es el pichichi de la Liga porque ha firmado 14 tantos en los 15 partidos de Liga que ha disputado. Unas cifras realmente fastuosas. Pero para que Leo se sintiera cómodo, tuvo que aparecer Pedro. No solo por la delicadeza de su tanto, sino porque derribó a Palop, contra quien se habían estrellado Messi (al principio, luego no), Ibrahimovic, Henry, Iniesta, Alves, Xavi... Sentían que no podían con el portero del Sevilla. Hasta que apareció Pedro. Excelente el desmarque, maravilloso el pase de Xavi, guiado con un mando a distancia, como si la pelota tuviera que detenerse al encuentro de Pedro. Pero nada de ello sería inolvidable sin esa increíble definición del canario.
Allí donde todos se habían puesto nerviosos antes, él ingirió una tonelada de calma y aniquiló a Palop con una astucia que recordó al Txiki del dream team. Era, curiosamente, su segundo disparo a puerta. ¡Segundo en apenas siete minutos! No necesitó mucho más. Así es Pedro. Entró por Henry y en siete minutos el Camp Nou estaba, de nuevo, entregado a su talento. Talento que no solo le ha servido para entrar en la historia del Barça por haber marcado en las seis competiciones, sino porque le ha dado tranquilidad cuando más la precisaba. Anoche, sin ir más lejos. Estaba el público preocupado cuando irrumpió Pedro para lograr ese gol y ayudar después en la cifra simbólica de 100 tantos que firmó Messi. Así es Pedro.
Un centro de Alves desde la derecha permitió que el pequeño extremo de Tenerife engañara a la defensa del Sevilla y contribuyera a que Leo se quitara esa obsesión con un gol que tenía más valor que el puramente estadístico. De las lágrimas que derramó Messi en el Sánchez Pizjuán este pasado miércoles a la sonrisa cómplice exhibida ayer ante el Camp Nou más festivo que se recuerda en mucho tiempo. Por eso, Messi estaba como estaba. Feliz y orgullloso. Por eso, Pedro estaba radiante.
Y Chigrinskiy, en la grada
Después de una noche tan trabajada, que terminó de cine para el Barcelona, Messi se sentía aliviado porque la entrada de Pedro le dio alegría y generosidad. Después de Pedro, surgió el Messi que tanto esperaba el Camp Nou. Curiosamente, ha firmado el argentino cinco goles en las dos últimas jornadas: tres al Tenerife hace una semana y dos anoche al Sevilla. El público, además, se olvidó de pitos y, además, Chigrinskiy, descartado por Guardiola, estaba en la grada. Con Pedro y Messi basta. Y sobra.
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