CHAMPIONS | CUARTA JORNADA
El Rubin mete en problemas al campeón
El Barça se mete en problemas tras no pasar del empate 0-0 en casa del Rubin Kazan. El frío y el autobús ruso helaron la puntería de los azulgrana. El método ruso de esperar en la trinchera y salir al contragolpe complica la existencia en el grupo de los chicos de Guardiola. Al Barça le queda recibir al Inter de Eto'o en casa y visitar Kiev.
Como se esperaba, el partido se celebró con una temperatura cercana a los 10 grados bajo cero. En cambio, no hubo nieve y el estado de césped fue mejor que el que se podría imaginar para un ambiente tan gélido. La primera parte también respondió a lo imaginado, con un Barcelona acaparando la posesión del balón escandalosamente. El Rubin Kazan jugó a lo mismo que en el Camp Nou hace dos semanas: defender con dos líneas muy juntas cerca de su área y a la espera de cazar algún contraataque.
El partido pudo ser otro si a los dos minutos Zlatan Ibrahimovic hubiera acertado con un mano a mano ante Ryzhikov, pero el sueco estrelló el balón en el palo. Fue la mejor ocasión del Barcelona en todo el partido. El juego del conjunto de Josep Guardiola era muy previsible. Circulaba el balón con su academicismo acostumbrado, pero sin profundidad y sin velocidad. Muy fácil para defender, y más con un rival que tenía tan estudiado al conjunto azulgrana.
Además, el Barcelona echó mucho de menos el talento individual de jugadores como Andrés Iniesta o Lionel Messi, capaces de resolver cualquier atasco con su simple talento. Pero ninguno de los dos tuvo peso en el encuentro. El Rubin Kazan vivió agazapado y tuvo su primera oportunidad a los 41 minutos, cuando Alejandro "El Chori" Domínguez comandó un contraataque para ceder a Ryanzantsev, quien disparó desde cerca y Víctor Valdés sacó una mano prodigiosa. Ese era el peligro del conjunto ruso.
El Barcelona despidió la primera parte con una jugada estratégica casi perfecta, con un desmarque preciso de Iniesta, pero Ryzhikov estuvo rápido en su salida y tapó el disparo. Frío al descanso, tanto en el marcador como en la temperatura. El conjunto azulgrana transformó el dominio en asedio tras el descanso. Implantó mayor velocidad a sus acciones y el Rubin Kazan se vio obligado a dar un paso atrás, si es que ello era posible dado su enorme repliegue.
Tanto Iniesta como Touré Yayá probaron desde lejos, pero no fueron grandes ocasiones. De hecho, el Barcelona no volvió a tener una ocasión tan clara como la que disfrutó Ibrahimovic al comienzo del partido. Con el paso de los minutos, el Rubin Kazan se fue sintiendo más cómodo, apoyado en su excelente condición física. Además, Domínguez fue creciendo y todo lo que hizo el argentino tuvo mucha intención.
Así, el conjunto local tuvo una gran oportunidad a los 79 minutos, cuando Bukharov pisó el área y obligó a Valdés a tirarse a sus pies para abortar la ocasión. El delantero ruso salió en la segunda mitad y aportó parte del poco peso ofensivo que tuvo su equipo. Guardiola se la jugó en los últimos minutos y quitó a Keita para situar al francés Thierry Henry. Toda su artillería estaba en el campo, pero los minutos se marcharon y la sorpresa se consumó otra vez.
No fue la derrota de hace dos semanas, pero el Barcelona se llevó un punto que le supo a muy poco y que le complica notablemente sus opciones de pasar a octavos de final. El campeón de Europa está en una situación complicada contra todo pronóstico.
Como se esperaba, el partido se celebró con una temperatura cercana a los 10 grados bajo cero. En cambio, no hubo nieve y el estado de césped fue mejor que el que se podría imaginar para un ambiente tan gélido. La primera parte también respondió a lo imaginado, con un Barcelona acaparando la posesión del balón escandalosamente. El Rubin Kazan jugó a lo mismo que en el Camp Nou hace dos semanas: defender con dos líneas muy juntas cerca de su área y a la espera de cazar algún contraataque.
El partido pudo ser otro si a los dos minutos Zlatan Ibrahimovic hubiera acertado con un mano a mano ante Ryzhikov, pero el sueco estrelló el balón en el palo. Fue la mejor ocasión del Barcelona en todo el partido. El juego del conjunto de Josep Guardiola era muy previsible. Circulaba el balón con su academicismo acostumbrado, pero sin profundidad y sin velocidad. Muy fácil para defender, y más con un rival que tenía tan estudiado al conjunto azulgrana.
Además, el Barcelona echó mucho de menos el talento individual de jugadores como Andrés Iniesta o Lionel Messi, capaces de resolver cualquier atasco con su simple talento. Pero ninguno de los dos tuvo peso en el encuentro. El Rubin Kazan vivió agazapado y tuvo su primera oportunidad a los 41 minutos, cuando Alejandro "El Chori" Domínguez comandó un contraataque para ceder a Ryanzantsev, quien disparó desde cerca y Víctor Valdés sacó una mano prodigiosa. Ese era el peligro del conjunto ruso.
El Barcelona despidió la primera parte con una jugada estratégica casi perfecta, con un desmarque preciso de Iniesta, pero Ryzhikov estuvo rápido en su salida y tapó el disparo. Frío al descanso, tanto en el marcador como en la temperatura. El conjunto azulgrana transformó el dominio en asedio tras el descanso. Implantó mayor velocidad a sus acciones y el Rubin Kazan se vio obligado a dar un paso atrás, si es que ello era posible dado su enorme repliegue.
Tanto Iniesta como Touré Yayá probaron desde lejos, pero no fueron grandes ocasiones. De hecho, el Barcelona no volvió a tener una ocasión tan clara como la que disfrutó Ibrahimovic al comienzo del partido. Con el paso de los minutos, el Rubin Kazan se fue sintiendo más cómodo, apoyado en su excelente condición física. Además, Domínguez fue creciendo y todo lo que hizo el argentino tuvo mucha intención.
Así, el conjunto local tuvo una gran oportunidad a los 79 minutos, cuando Bukharov pisó el área y obligó a Valdés a tirarse a sus pies para abortar la ocasión. El delantero ruso salió en la segunda mitad y aportó parte del poco peso ofensivo que tuvo su equipo. Guardiola se la jugó en los últimos minutos y quitó a Keita para situar al francés Thierry Henry. Toda su artillería estaba en el campo, pero los minutos se marcharon y la sorpresa se consumó otra vez.
No fue la derrota de hace dos semanas, pero el Barcelona se llevó un punto que le supo a muy poco y que le complica notablemente sus opciones de pasar a octavos de final. El campeón de Europa está en una situación complicada contra todo pronóstico.
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