Penya Barcelonista de Lisboa

dimecres, de maig 27, 2009

Todo fútbol, sólo fútbol


Todo fútbol, sólo fútbol

No hay debate: los dos mejores equipos de Europa se juegan hoy (20.45, Digital + y Antena 3) la entronización continental. Fútbol en estado puro y nada más que fútbol. Al contrario que en otras finales, nada será apocalíptico para uno y otro equipo. Gane quien gane, pierda quien pierda, todo hace pensar que cualquiera de los dos, Barcelona y Manchester United, pueden regresar en breve. No hay catarsis a la vista en ninguno de los dos clubes, ambos con sólidos idearios, anclados con profundas raíces. El campeón actual frente al aspirante con mayores méritos, el cartel idóneo: llega Pep Guardiola ante el eterno Alex Ferguson; Messi rivaliza con Cristiano Ronaldo; los oropeles de la Premier League frente a la pujanza de la Liga española; el aroma azulgrana contra la madurez del Manchester. Pocas veces se ha llegado a una final con tantos atractivos y todos puramente futbolísticos.

A Ferguson, gurú del United, le faltan Copas de Europa tras dos conquistadas de forma angustiosa en 23 años en el banquillo de Old Trafford; Guardiola, que se ha impuesto una caducidad mucho más corta, tiene el trébol a la vista después de ganar ya este año la Liga y la Copa. El del Barça, el que siempre fue su Barça antes de su compromiso técnico. Él ya soñaba con un momento así desde sus desvelos infantiles en Santpedor. Años después, Pep se ha citado con la historia, se ha puesto al borde del triplete. Su Barça tiene estilo, él tiene estilo, eso es lo que se juega hoy ante el United, equipo mucho más rocoso que el suyo, un club huesudo que ha antepuesto ante todo la cultura del éxito.

Pese a ciertos guiones mediáticos, no será la final de Cristiano Ronaldo contra Messi, la del ideario de Giggs y Scholes frente a Xavi e Iniesta. Será la cita entre el Barça que viene y el United que vuelve. Dos modelos, dos culturas, dos clubes reconocibles, los dos más reputados de las últimas dos décadas. Un espectáculo. Desde lo puramente futbolístico, no hay fisuras. Ferguson, en su angustia por el ascenso europeo, se desgañita en su mutación italiana. Pep, en su cordura cruyffista, se apoya en el estilo, asunto gordiano para el técnico azulgrana. Aterrizado sin defensas por las bajas de Alves, Márquez y Abidal, Guardiola no ha corregido su credo. El Barça tiene que jugarse el título en el área de Van der Sar. Guardiola no está dispuesto a renunciar a su estilo, el triunfo no sólo es cosa suya. El United, de alguna forma, clonará al Chelsea: trinchera y pegada, donde estaba solo Drogba estarán CR7, Rooney, Tévez y Berbatov. Cosa seria. Como la ofensiva azulgrana, recuperados Iniesta y Henry. Máxima seducción. Sólo el lateral izquierdo inquieta al Barça. Si el embrujo de Guardiola no consuela a Keita, Sylvinho será el titular. Aun así, el Barça no mutará su apuesta, Pep es consciente de que al United sólo puede ganarle en su área. El estilo no se discute. Jamás. Cuestión de principios.

Desde el punto de vista institucional, ambos clubes llegan en un momento de excelencias. El mercantilizado United y el ideologizado Barça. Nada hace prever una decapitación de Ferguson, sumo guardián del Manchester; nada hace pronosticar una brazada innecesaria de Joan Laporta, rector provisional a la espera de las elecciones azulgrana de 2010, a las que no podrá concurrir, según dictan los estatutos barcelonistas. Dos equipos por encima de sus rectores, amparados por un pasado tortuoso, un presente glorioso y un futuro extraordinario. No hay mejor final posible. Fútbol en estado puro. Sólo fútbol.