Penya Barcelonista de Lisboa

dilluns, de març 23, 2009

LAS CLAVES DE JOHAN CRUYFF


Es la hora de dar un poco más

El Barça se encuentra en una situación que todos firmarían al inicio de temporada: opta a todos los títulos. Queda lo difícil. Queda dar un poquito más. Como ayer ante el Málaga. Es el camino adecuado.
Ha tocado el Bayern y el partido de vuelta en Alemania. Muy bien. Hasta que toque jugar contra los alemanes, toda la atención, toda, en lo que viene antes. Y luego, en lo que viene entre. Descuidar la Liga sería absurdo. Con la victoria sobre el Málaga y, por la forma, disfrutando todos, el primer paso ya está dado. Queda un segundo paso en Valladolid tras el parón por las selecciones. A partir de ahí, locura de partidos en una mezcla de Liga y Champions durante todo el mes de abril.¿Miedo a la sobrecarga de partidos? Ninguno si todos están por lo que tienen que estar. Porque no van a jugar siempre los mismos. Y porque entiendo que son conscientes de que están viviendo un momento de sus carreras difícilmente repetible. Eso implica dar un poquito más. Es más, dando un poquito más --como ayer--, acabas por desgastarte un poquito menos. Porque cuando te lo pasas en grande jugando, los minutos pasan que ni te das cuenta. Y porque al resolver con autoridad, puedes dosificarte.El que no lo vea claro porque los cuartos y las semifinales de Champions se van a decidir en campo contrario, allá él. Por juego desplegado y por goles marcados, esta plantilla ha demostrado que puede rendir exactamente igual en casa que fuera. El que no lo vea claro porque ve demasiados partidos, demasiada exigencia en muy pocas semanas, allá él. O mejor aún, que se lo haga saber a su entrenador. Temes lo que firmarías al arrancar todas las temporadas y rarísimas veces se da: optar a todo en el tramo decisivo. Vas primero en la Liga, te espera una final de Copa y estás entre los ocho mejores equipos de Europa.

Situación excepcional

Si quieres esto, esto trae unas consecuencias. Has de jugar más partidos que nadie. Gracias a ello tienes la posibilidad de ganarlo todo, pero también de perderlo todo. Conseguir lo primero sería excepcional, ya que es más fácil quedarte a las puertas, incluso sin nada, si bajas la guardia y se unen cuatro detalles en contra. De ahí que se tenga que dar un poquito más. El éxito, una vez más, es llegar a las finales. Ganarlas solo es un detalle añadido.Tras siete meses y pico y un montón de partidos disputados, la opinión que tengo formada de este equipo, por buena, no va a cambiar pase lo que pase en los próximos dos meses. Todo sorteo de Champions tiene su interés. A ver quién me toca de los siete rivales, a ver dónde empiezo y dónde acabo, cómo pueden ser los cruces- La suerte que tiene este Barça es que tiene un estilo tan marcado que, si lo ejecuta bien, en el fondo da igual quién toque y dónde se juegue la vuelta. Sin menospreciar a nadie, faltaría más, el Barça depende de sí mismo más que ningún otro cuartofinalista. Es que el Bayern viene de meterle no un carro, sino dos al Benfica; es que luego vendrá el Liverpool, que viene de comerse al Madrid y al Manchester en la Liga.Primero de todo, tengo mis dudas de que el Liverpool elimine al Chelsea, dudo que los propios alemanes se vean ahora mismo en semifinales y, por encima de todo, confío en el estilo que hace del Barça un equipo diferente a todos. Que lo ejecute bien o no marcará si tiene opciones de seguir pasando rondas. Ahí está la cuestión. Si son capaces de hacer circular rápido la pelota --lo que yo llamo un ritmo de balón alto--, aparecen los espacios y minimizas el contacto físico. Sin balones divididos no hay choques y el rival pasa a no ver tanto el balón. Y entonces da igual si delante tienes a tal o cual delantero.

El mejor antídoto

Ningún delantero es peligroso sin balón. En Almería, ni rastro de Negredo. Ayer, sin noticias de Salva Ballesta. Esa es la fuerza del Barça. Si ejecutas bien tu estilo, puedes ganar a todos. Si no te sale, entras en dificultades y puedes perder con todos.Cuando digo que no tengo claro que el Liverpool elimine sin más al Chelsea, lo digo por Guus Hiddink. Más allá de los conocimientos técnicos y tácticos que atesora, tiene una calidad muy particular: la de tener muy buen ojo. Lo ha probado en las mil aventuras en las que se ha embarcado. Y no se lanza sin más.

El ojo de Hiddink

Cuando acepta hacerse cargo de un equipo, ya sea de club o de selección, lo hace porque tiene un ojo clínico. Ve lo que hay allí, de qué efectivos dispone, cuál es el potencial que atesora y ve si es factible lograr los objetivos marcados con su contratación.Elegir proyectos que pueden hacer algo es su virtud. Y si no ha dicho no a dirigir al Chelsea es porque ha visto, como solo lo ve él, grandes posibilidades de conseguir objetivos. Y siempre de la mano de un fútbol valiente. Hiddink es como algunos futbolistas para ciertos equipos. Igual que no todos los delanteros pueden jugar en todos los equipos, Hiddink tampoco sirve para entrenar a cualquier club. Y lo mejor es que él es el primero en saberlo.

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