LAS CLAVES DE JOHAN CRUYFF
Johan Cruyff: Hay que seguir esperando
• Si la referencia son los partidos fuera de casa, se mejoró en Lyón y algo más, a rachas, en Montjuïc. Pero cuidado con sacar conclusiones. Hay que esperar a los encuentros que quedan de aquí a Navidad.
• Si la referencia son los partidos fuera de casa, se mejoró en Lyón y algo más, a rachas, en Montjuïc. Pero cuidado con sacar conclusiones. Hay que esperar a los encuentros que quedan de aquí a Navidad.
Los extremos, para abrir el campo. A la hora de enjuiciar, los extremos siempre son exagerados. Quedémonos en el punto medio. No hay un Barça antes de Getafe ni hay un Barça después de Getafe. Si la referencia son los partidos fuera de casa, se mejoró en Lyón --tampoco tanto-- y se mejoró todavía más --eso sí, a rachas-- en Montjuïc. Pero mucho ojo con sacar ya conclusiones.Primero: viniendo de donde venias, solo podías mejorar. Segundo: un derbi es, por sí mismo, un partido diferente al resto. Y más si llegas a él igualado en casi todo. Podemos desgranar el derbi, pero yo lo haría en clave de lo que es: un encuentro con identidad propia. Ir más allá sería un error. Para un análisis más serio y riguroso tendremos que esperar a los encuentros que quedan de aquí a las fiestas navideñas.En un partido siempre hay momentos clave en los que marcando un segundo gol te puedes distanciar. No lo hizo el Barça en el primer tiempo y, en el segundo, pasó por apuros. Salvo el gol de Coro, Valdés tuvo que parar poco o nada, pero la sensación durante muchos minutos era que el derbi podía caer perfectamente del lado españolista. Sin embargo, el Barça acabó como empezó: rozando el gol. Y no en una ocasión aislada. Esto te da una pista. El problema no es físico, sino de buena o mala ejecución de tu estilo futbolístico.
Reacción del Espanyol
Mientras el Barça tuvo el balón y lo movió con rapidez --por la vía directa de Messi o por la vía colectiva-- el juego del Espanyol estuvo desactivado. ¿Qué es lo mejor que tienen los de Valverde? Los tres de arriba. Pero si nadie alimenta de balones a los Riera, Tamudo y Luis García, su pegada es cero. Una vez más, el manejo del ritmo de balón y del juego de posición jugaron en un principio a favor de los de Rijkaard.Pero hay una tercera pata en este concepto básico: la profundidad en el juego. Mientras el Barça supo jugar en profundidad gracias a los movimientos de Bojan, el equipo se mantuvo junto y lejos de su propia portería. En cuanto se perdió esta profundidad, ¡adiós! al control y ¡hola! al Espanyol.¿Qué pasó en esa media hora inicial del segundo tiempo para que el partido fuera otro? Con el marcador en contra y jugando en casa, era lícito esperar un plus por parte del once de Valverde, pero ese plus vía orgullo, garra o intensidad, brilló todavía más por errores propios cometidos por el Barça en la concepción del juego. De ataques largos se pasó a ataques cortos con tres o cuatro toques máximo antes de perder el balón. Y balón que tú perdías, balón que ahora sí podía llegar a los tres de arriba del Espanyol.
Buena decisión
El déficit por parte azulgrana fue todavía más evidente con la marcha de Bojan. Sin sus movimientos, el Barça perdió profundidad en ataque. Y sin darse cuenta se echó atrás. Unos metros tan solo, pero los suficientes para entrar en el juego del Espanyol. Messi iba a buscar el balón al pie, pero hacia atrás. Lo mismo que Iniesta. Y Ronaldinho. De repente, el campo se hizo pequeño. Todos, delanteros y centrocampistas en la misma zona de influencia. ¡Adiós! a los espacios y ¡hola! a los choques físicos. Y en la lucha cuerpo a cuerpo, ya sabemos todos que el Barça siempre lo pasará mal.En cuanto a la suplencia de Ronaldinho, entiendo que ahora mismo es buena para él y para el equipo. Si tú quieres sacar el máximo rendimiento de alguien que físicamente no está bien, lo mejor es no dejarlo empezar sino darle salida cuando el rival está menos entero.Más allá de que al salir contribuyera --no fue el único, insisto-- a la pérdida de profundidad en ataque, su aportación final fue buena. Y lo fue entre otras cosas porque ante un rival desgastado siempre tendrás más posibilidades de sacar alguna ventaja. Visto lo visto, y llegado a este momento de la temporada, actuando así con Ronaldinho, le proteges a él y al equipo. Si no está bien, que no lo está, ¿qué haces? ¿Le dejas jugar los 90 minutos para que todo el mundo vea que no está bien y así le maten? ¿O le haces salir un rato, unos minutos, al final, para que haga algo y te ayude a ganar el partido?Dosificar para mejorarPara mí --y veo que también para Rijkaard--, no hay duda.
Dosificar para mejorar.
Él y el colectivo. Dosificar para volver a crecer. Para sumar. Dosificar a Ronaldinho y parar a Henry. Aplaudo a este futbolista en la actividad y en la inactividad. En la actividad, por su mentalidad de ayudar hasta ahora al equipo jugando con dolor. Y en la inactividad, por haber aguantado y parado pensando de nuevo en el equipo. Se para justo cuando sabe que va a volver Etoo. Tal y como yo lo veo, es como si le diese el relevo. Sin casualidades. Le criticaban y estaba dando más de lo que podía. Otro se habría bajado del barco mucho antes.
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