RONALDINHO, AL BANQUILLO
Ronaldinho, al banquillo
No se trata de campaña alguna contra nadie, ni de hacer leña del árbol caído. Se trata, sólo, de llamar a las cosas por su nombre. Aunque duela... Y en las últimas horas, en todos los rincones del Camp Nou, y también en las oficinas, donde se ubican los directivos, hay un nombre propio a quien se señala como uno de los responsables de la mala imagen que dio el equipo en Getafe: Ronaldinho. Pero ojo, no es el único y sería injusto, por supuesto, que sobre sus espaldas recayeran todas las culpas.Ronnie, sin ir más lejos, no tuvo responsabilidad alguna en la indolencia manifiesta que mostró la defensa azulgrana en el primer gol del Getafe.Cuando la temporada pasada el FC Barcelona dialogó con Ronaldinho, y también con su hermano Roberto (lo hicieron en diferentes etapas Joan Laporta, Txiki Begiristain y Frank Rijkaard), se le conminó a recuperar la identidad que le llevó a ser el mejor jugador del mundo. Se le pidió también compromiso y la máxima profesionalidad. Ronnie confirmó su fe en el proyecto azulgrana y por esa razón el FC Barcelona ni se inmutó ante las posibles ofertas que pudieran haber llegado por su estrella mediática.Tanto Frank Rijkaard como Txiki Begiristain confiaron ciegamente en Ronaldinho y creyeron que, aún no saliéndole las cosas todo lo bien que hubiera sido deseable, a base de partidos alcanzaría su mejor estado de forma. Desgraciadamente, en los casi tres meses que llevamos de competición, los altibajos del diez azulgrana han sido una constante. La falta de regularidad en su rendimiento no ha pasado desapercibida para nadie. Sus goles de falta, espectaculares, no han podido maquillar una realidad palmaria: fuera de casa Ronaldinho baja muchísimos enteros. Y como él, muchos otros jugadores, Leo Messi incluído.Tras el descalabro de Getafe, Txiki Begiristain le pidió a Frank Rijkaard (otras fuentes dicen que se lo exigió) que haga lo que tenga que hacer, pero que haga algo que provoque una reacción inminente del equipo. Y si tiene que sentar en el banquillo a alguna de las vacas sagradas, que la siente. Y si tiene que cambiar de táctica, que cambie. Txiki pide, como la directiva y la afición, que no vuelvan a repetirse los episodios de Villarreal, Valladolid y Getafe. No quiere más indolencia... Y es en este punto donde entra de lleno Ronaldinho. Frank Rijkaard ha manifestado a sus colaboradores, con los que coincide plenamente, que tiene un problema con el brasileño y, en menor medida, con Messi. Un problema táctico, de forma muy especial si el equipo juega en campo contrario. Cuando el rival, en defensa, sale con la pelota controlada, Ronaldinho y Messi no suelen presionan, algo en lo que sí está más ducho Henry. Al subir los laterales, en el centro del campo azulgrana se crea una inferioridad numérica aplastante, prácticamente hasta seis futbolistas del oponente por tan solo tres azulgranas. Esa falta de motivación, de sacrificio por el bien del equipo, hace que baje la eficacia y que actúe como un efecto dominó pero en negativo. Corregir esta realidad es el siguiente paso.Frank Rijkaard está pensando muy seriamente en dejar en el banquillo a Ronaldinho en los próximos encuentros, sobre todo en los que el Barça disputara fuera del Camp Nou. En el primero, en Lyon, al quipo azulgrana le faltará sólo un punto para alcanzar matemáticamente los octavos de final de la Champions League. Después llegará la visita a Montjuïc y ahí si que el Barça se juega algo más que los tres puntos. Rijkaard no puede permitirse el lujo de tropezar otra vez en la misma piedra ante el RCD Espanyol y por eso está ideando darle un pequeño retoque a su sistema táctico. La clave está en Iniesta. Colocar al canterano en la posición de Ronaldinho y hacerle jugar un poco más retrasado le permitiría al equipo disponer de un centro del campo más denso y la misma capacidad de llegada porque el manchego es un futbolista con un espectacular recorrido. Sería pasar del 4-3-3 a un 4-4-2 que podría convertirse otra vez en la primera opción en cuanto el equipo tuviera la pelota en su poder.Rijkaard quiere más trabajo y más solidaridad en el terreno de juego, algo que ya ha pedido públicamente el capitán Carles Puyol. A nadie se le escapa que es el propio vestuario el que está viendo la carencias del equipo y sobre todo los jugadores menos mediáticos son los que también le piden al técnico que meta mano y enderece el rumbo.Si iniesta actuara de falso extremo y Ronaldinho no estuviera en el terreno de juego, la plaza que quedaría vacante la ocuparía Gudjonhsen a la espera de Deco. El carácter del brasileño se echa de menos y su trabajo ‘sucio’, de brega y pelea, también.El próximo encuentro del Barça será ante el Recreativo de Huelva el sábado 24 de este mes, tres días antes del duelo ante el Lyon. Con toda probabilidad se repetirá la situación vivida con Ronaldinho en la víspera del Villarreal-Barça. El encuentro se disputó un sábado y él llegó de jugar con su selección en Brasil el día antes, el viernes. No tuvo tiempo, ni tan siquiera, de hacer un entrenamiento, de ahí que Frank Rijkaard le diera descanso.Por sentido común, y tal y como está el patio, lo coherente es que el técnico actúe de igual modo ante la visita del Recreativo y Ronaldinho, e incluso Messi, ni siquiera vayan convocados. Sin embargo, cuando realmente tiene que verse si ha decidido cortar por lo sano y tomar medidas será el próximo martes día 27 en Champions League. El entrenador holandés afirmó ayer que todo tiene un límite. La paciencia de la afición, también. Ya se acabó el crédito para jugadores y técnicos.
No se trata de campaña alguna contra nadie, ni de hacer leña del árbol caído. Se trata, sólo, de llamar a las cosas por su nombre. Aunque duela... Y en las últimas horas, en todos los rincones del Camp Nou, y también en las oficinas, donde se ubican los directivos, hay un nombre propio a quien se señala como uno de los responsables de la mala imagen que dio el equipo en Getafe: Ronaldinho. Pero ojo, no es el único y sería injusto, por supuesto, que sobre sus espaldas recayeran todas las culpas.Ronnie, sin ir más lejos, no tuvo responsabilidad alguna en la indolencia manifiesta que mostró la defensa azulgrana en el primer gol del Getafe.Cuando la temporada pasada el FC Barcelona dialogó con Ronaldinho, y también con su hermano Roberto (lo hicieron en diferentes etapas Joan Laporta, Txiki Begiristain y Frank Rijkaard), se le conminó a recuperar la identidad que le llevó a ser el mejor jugador del mundo. Se le pidió también compromiso y la máxima profesionalidad. Ronnie confirmó su fe en el proyecto azulgrana y por esa razón el FC Barcelona ni se inmutó ante las posibles ofertas que pudieran haber llegado por su estrella mediática.Tanto Frank Rijkaard como Txiki Begiristain confiaron ciegamente en Ronaldinho y creyeron que, aún no saliéndole las cosas todo lo bien que hubiera sido deseable, a base de partidos alcanzaría su mejor estado de forma. Desgraciadamente, en los casi tres meses que llevamos de competición, los altibajos del diez azulgrana han sido una constante. La falta de regularidad en su rendimiento no ha pasado desapercibida para nadie. Sus goles de falta, espectaculares, no han podido maquillar una realidad palmaria: fuera de casa Ronaldinho baja muchísimos enteros. Y como él, muchos otros jugadores, Leo Messi incluído.Tras el descalabro de Getafe, Txiki Begiristain le pidió a Frank Rijkaard (otras fuentes dicen que se lo exigió) que haga lo que tenga que hacer, pero que haga algo que provoque una reacción inminente del equipo. Y si tiene que sentar en el banquillo a alguna de las vacas sagradas, que la siente. Y si tiene que cambiar de táctica, que cambie. Txiki pide, como la directiva y la afición, que no vuelvan a repetirse los episodios de Villarreal, Valladolid y Getafe. No quiere más indolencia... Y es en este punto donde entra de lleno Ronaldinho. Frank Rijkaard ha manifestado a sus colaboradores, con los que coincide plenamente, que tiene un problema con el brasileño y, en menor medida, con Messi. Un problema táctico, de forma muy especial si el equipo juega en campo contrario. Cuando el rival, en defensa, sale con la pelota controlada, Ronaldinho y Messi no suelen presionan, algo en lo que sí está más ducho Henry. Al subir los laterales, en el centro del campo azulgrana se crea una inferioridad numérica aplastante, prácticamente hasta seis futbolistas del oponente por tan solo tres azulgranas. Esa falta de motivación, de sacrificio por el bien del equipo, hace que baje la eficacia y que actúe como un efecto dominó pero en negativo. Corregir esta realidad es el siguiente paso.Frank Rijkaard está pensando muy seriamente en dejar en el banquillo a Ronaldinho en los próximos encuentros, sobre todo en los que el Barça disputara fuera del Camp Nou. En el primero, en Lyon, al quipo azulgrana le faltará sólo un punto para alcanzar matemáticamente los octavos de final de la Champions League. Después llegará la visita a Montjuïc y ahí si que el Barça se juega algo más que los tres puntos. Rijkaard no puede permitirse el lujo de tropezar otra vez en la misma piedra ante el RCD Espanyol y por eso está ideando darle un pequeño retoque a su sistema táctico. La clave está en Iniesta. Colocar al canterano en la posición de Ronaldinho y hacerle jugar un poco más retrasado le permitiría al equipo disponer de un centro del campo más denso y la misma capacidad de llegada porque el manchego es un futbolista con un espectacular recorrido. Sería pasar del 4-3-3 a un 4-4-2 que podría convertirse otra vez en la primera opción en cuanto el equipo tuviera la pelota en su poder.Rijkaard quiere más trabajo y más solidaridad en el terreno de juego, algo que ya ha pedido públicamente el capitán Carles Puyol. A nadie se le escapa que es el propio vestuario el que está viendo la carencias del equipo y sobre todo los jugadores menos mediáticos son los que también le piden al técnico que meta mano y enderece el rumbo.Si iniesta actuara de falso extremo y Ronaldinho no estuviera en el terreno de juego, la plaza que quedaría vacante la ocuparía Gudjonhsen a la espera de Deco. El carácter del brasileño se echa de menos y su trabajo ‘sucio’, de brega y pelea, también.El próximo encuentro del Barça será ante el Recreativo de Huelva el sábado 24 de este mes, tres días antes del duelo ante el Lyon. Con toda probabilidad se repetirá la situación vivida con Ronaldinho en la víspera del Villarreal-Barça. El encuentro se disputó un sábado y él llegó de jugar con su selección en Brasil el día antes, el viernes. No tuvo tiempo, ni tan siquiera, de hacer un entrenamiento, de ahí que Frank Rijkaard le diera descanso.Por sentido común, y tal y como está el patio, lo coherente es que el técnico actúe de igual modo ante la visita del Recreativo y Ronaldinho, e incluso Messi, ni siquiera vayan convocados. Sin embargo, cuando realmente tiene que verse si ha decidido cortar por lo sano y tomar medidas será el próximo martes día 27 en Champions League. El entrenador holandés afirmó ayer que todo tiene un límite. La paciencia de la afición, también. Ya se acabó el crédito para jugadores y técnicos.
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