Rijkaard: "Etoo no quiso entrar en el campo"
• El delantero se negó a jugar porque tenía pactado tener más minutos
Samuel Etoo llevaba casi un cuarto de hora calentando cuando miró a Albert Roca, el preparador físico del Barça, y le susurró algo. Se tocó la rodilla derecha, la operada, miró al banquillo y volvió de mala gana a tomar asiento con los suplentes.
Entonces, según reveló luego Frank Rijkaard, se produjo un curioso diálogo. Eusebio Sacristán, uno de los ayudantes del holandés, se acercó al camerunés.
"Samuel, sales ahora". Quedaban cuatro minutos para acabar el partido. "No, no salgo", le respondió irritado el camerunés, negándose a disputar los minutos de la basura, ya con el 2-0 en el marcador.
Eusebio trasladó el insólito mensaje del delantero a Rijkaard y entonces acabó entrando Oleguer."Sí es verdad, ha calentado. Pero no quiso entrar en el campo", afirmó después Rijkaard en la sala de prensa, convirtiendo el enfado de su estrella en un caso público. Pudo ocultarlo el técnico, pero prefirió airearlo.
Sus razones tendrá. "Tendrá algún motivo para no salir, pero no lo sé", añadió el holandés, quien no cruzó palabra alguna con Etoo en toda la segunda mitad.
Ni luego en el vestuario. "Tenía pensado darle entrada, es una lástima. ¿Qué ha pasado? Eusebio y Samuel lo saben. Si hay algo serio, ya me lo dirán. Es una lástima porque cada minuto es importante.
Quizá haya una explicación", añadió Rijkaard.Para Etoo no existe ninguna explicación razonable. Hace una semana, en Pamplona, Rijkaard le preguntó en varias ocasiones si estaba preparado para salir.
Y salió en un campo adverso, con un marcador complicado (0-0). Apenas nueve minutos jugó contra Osasuna en un campo en mal estado. Tocó un balón y se sintió futbolista. Ayer se lo preguntó Eusebio y respondió que no.
Cuatro minutos no le bastaban.
ACUERDO ROTO
¿Por qué se negó Etoo? Porque creía que existía un pacto para tener 15 minutos, al menos.
Así lo marcaba su programa de rehabilitación. Pero Rijkaard lo incumplió, según el delantero.
Salió a calentar (m. 69) y recibió la segunda ovación del Camp Nou -- la primera fue antes de empezar el partido--, se fue a la banda con Gio y Oleguer, esperando la llamada de Rijkaard.
Ésta llegó tarde y Etoo se negó a salir. Si jugó nueve minutos en Pamplona, ayer merecía más.
Messi, por ejemplo, jugó 23. Él, ninguno.
Lo que no sospechaba, tal vez, es que Rijkaard fuera tan claro: "¿Por qué no ha jugado? Porque no ha querido".
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