2-0: Para regreso, el de Ronnie
Valdés detuvo un penalti antes de que el brasileño desequilibrara el encuentro ante el Racing de Santander con dos fenomenales goles
Todo el mundo pendiente de las reapariciones de Eto'o y Messi y, al final, el que realmente volvió fue Ronaldinho. A lo grande. Con dos goles espectaculares y unos destellos técnicos de auténtico crack. El brasileño fue el gran héroe del triunfo azulgrana sobre un voluntarioso y ordenado Racing de Santander, que metió el miedo en el cuerpo al disponer de un penalti con el marcador a cero.
Entonces apareció el segundo héroe: Valdés.
Sobre un duro y seco lanzamiento del zaguero Garay,el meta azulgrana se sacó una estirada llena de reflejos y valentía. Neutralizó la amenaza del 0-1 y disipó posibles dudas. Queda el tercer hombre de la noche, que fue Andrés Iniesta.
El pequeño centrocampista, escorado en banda derecha, se echó al equipo a la espalda y fue el auténtico motor del Barça a lo largo y ancho de una primera parte en que el Barça jugó con más entusiasmo que precisión.
Adoleció de remate y de capacidad resolutiva en los metros finales. Algo que ya se detectó ante el Celta y se confirmó la pasada jornada en Pamplona, pero esta vez estaba Ronaldinho.
Poco después de reanudarse el juego, en la segunda parte, provocó una falta cerca de la frontal del área y su lanzamiento prodigioso burló la barrera y coló el balón pegado al poste. Una vez más, el brasileño desequilibraba a balón parado.
Conseguido el 1-0, estaba claro que el encuentro no se podía escapar y, ciertamente, pudo tomar proporciones de goleada tras el segundo gol de Ronnie, también sobre lanzamiento de falta, esta vez de Deco, que fusiló con un gran cabezazo.
Ronnie quedó suspendido en el aire como un Jordan futbolístico o quizá como homenaje al gran éxito de los gigantes azulgrana en la Copa del Rey. Lo cierto es que su espléndido testarazo dejó sentenciado el choque. La jugada se produjo justo en el momento en que Rijkaard había dado la orden de que Messi entrara en juego.
El argentino también tiene algo mágico.
Participó poco, pero su sola presencia coincidió con los mejores momentos de fútbol azulgrana. Al final, el técnico parecía tener reservados unos minutos para Eto'o pero el camerunés se negó a participar del exiguo minutaje previsto en la fiesta y salió Oleguer, muy aplaudido tras los últimos sucesos, el que agotara el cupo de cambios mientras Ronnie hacía diabluras por banda izquierda y acariciaba el tercer gol.
Rijkaard mantuvo su estilo prudente, de rotaciones y pequeños ensayos. Esta vez puso a Edmílson de central y a Márquez de pivote defensivo para que sacara el balón desde atrás. Colocó a Iniesta como falso delantero y respaldó los méritos de un Saviola que ya no es tan amigo del gol.
Rijkaard mantuvo su estilo prudente, de rotaciones y pequeños ensayos. Esta vez puso a Edmílson de central y a Márquez de pivote defensivo para que sacara el balón desde atrás. Colocó a Iniesta como falso delantero y respaldó los méritos de un Saviola que ya no es tan amigo del gol.
Nada de precipitaciones con Messi ni menos con Eto'o, pero en su guión, no sabemos si por sorpresa o por fortuna, saltó un as de su manga: el regreso de un Ronnie estelar
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