Penya Barcelonista de Lisboa

dimarts, de desembre 12, 2006

Ronaldinho: "De niño ya soñaba con ganar la Intercontinental"


Ronaldinho: "De niño ya soñaba con ganar la Intercontinental"

El astro de Porto Alegre entona el grito guerrero japonés ‘¡Banzai!’ con la esperanza de conquistar uno de los pocos títulos que le falta por ganar
Encima de la mesa hay dos bandanas. Una, en japonés, dice: "Alma luchadora".
La otra, en la misma lengua, significa en español "ganar siempre".
Le decimos a Ronaldinho que elija una, con la que más se identifique, para hacer el reportaje. Piensa unos segundos y toma entre sus manos el pañuelo donde reza ‘Alma luchadora’.
¿Por qué ha hecho esa elección Ronnie?
Por varias razones. No se puede ganar siempre, eso es imposible. Sin embargo, sí que puedes luchar, ser constante, perseverante y dar en todo momento lo mejor de ti mismo.
¿Es su caso?
La ilusión por entrenar, por jugar, por disfrutar, por aprender, por hacer las cosas mucho mejor sí que me acompañan siempre.
¿Esa es la clave de su éxito?
Vayamos por partes. Yo juego en un equipo de fútbol, no lo hago solo, por lo tanto debo compartir con mis compañeros lo bueno y lo malo. Pero sí, si no tuviera siempre ilusión y ambición sería imposible mantenerme tantos años en el fútbol profesional.(Ronnie se ciñe a la frente el pañuelo.
Lo aprieta y mira fijamente a la cámara. Mientras lo hace, le explicamos al mejor jugador del mundo la historia de la bandana, llamada en japonés ‘Hachimaki’.
Data de la Era Kamakura, que empezó en Japón en 1192, cuando los samurais vestían sus artísticas y pesadas corazas para ir a la guerra. Con la finalidad de que el casco no se moviera en la cabeza y no resbalara con el sudor en el fragor de la batalla o simplemente montando en sus preciosos corceles, los samurais se ponían en la frente, rodeando toda la cabeza, esa bandana, en la que solían escribir alguna frase que les inspirara valor).
Hoy en día Ronnie, esa bandana que lleva puesta es el símbolo del espíritu ganador, del esfuerzo, de la devoción y del trabajo duro en pos de una conquista...
Me identifico plenamente con esa simbología y ahora entiendo por qué la llevan muchos jóvenes en los estadios japoneses. Muchos estudiantes japoneses se colocan la bandana cuando tienen un examen importante. Les da fuerza y concentración...
¡¡¡Voy a ponérmelo para jugar los partidos!!! Bromas aparte, es una historia muy interesante. La cultura japonesa, en general, es apasionante.Como su idilio con el gol. El sábado, ante la Real Sociedad, otro. Y van once...
Me siento muy feliz por poder ayudar al equipo. Estoy atravesando una fase muy buena, al igual que el resto de mis compañeros y hay que seguir así.Era la mejor forma de viajar a Japón, ganando a la Real Sociedad y asegurando el liderato. Sin duda. Seguimos sumando puntos, estamos arriba y ahora tenemos que darlo todo para volver de Japón con la Intercontinental.
A usted, y a toda la plantilla, así como a la directiva y a la masa social, les ilusiona muchísimo este Mundial de Clubs, ¿no es así?
Por supuesto. Y por muchas razones. La más importante es porque el Barça no tiene este trofeo. Es el único que le falta en su gran palmarés y si siempre hemos dicho que estamos en el Barça para entrar en la historia, queremos ganarla para hacerlo realidad.
Hay más razones...
Otra, claro, es que ganar en Japón significaría cerrar una temporada maravillosa: Liga, Champions y Mundial de Clubs. Podríamos decir que seríamos los mejores del mundo. Lo fuimos de España, de Europa y ojalá podamos decir lo mismo de este Mundial.
Nos ilusionan todas las competiciones que jugamos, si bien ésta tiene un significado muy especial por todo lo que hemos hablado antes. Poder conquistar un título que no posee ningún otro jugador en la historia del Barça es una motivación añadida para todos nosotros.
Ojo, que Rijkaard sí la tiene, ¡y por partida doble!¡Ah, entonces hay que atrapar al mister! El conoce perfectamente la importancia de este título.
La pregunta es obligada. ¿Llega en buen momento este torneo?
Me refiero a tener que parar la Liga y viajar hasta Japón, donde el Barça, por cierto, ha sido el último de los seis equipos participantes en llegar...
Eso es una desventaja, está claro, porque el resto de equipos han tenido más tiempo para aclimatarse al cambio horario y esas cosas. Pero no hay que lamentarse. Hay que adaptarse lo antes posible y jugar como siempre lo hacemos.
Y sí, si que creo que el equipo llega muy bien, porque estamos atravesando la mejor racha de la temporada tanto por resultados como por juego.
Fue un alivio derrotar al Werder, con su golazo...
Nos dejó tranquilos ya que de perder hubiera sido un palo muy grande. Ahora ya no hay que pensar en la Champions hasta finales de febrero.Y después de Japón, otro partido de Liga...
¡Y ante el Atlético de Madrid!Así es, pero no hay que preocuparse de eso ahora. Lo único que queremos es regresar con la Copa en nuestras manos y hacer feliz a nuestra afición.Recuerdo una conversación con usted en su Porto Alegre natal, hace unos años, en la que nos contaba que de niño ya quería ganar esta Copa Intercontinental.
¿Se acuerda?
Eso tiene una explicación.
Como todo el mundo sabe, yo me formé futbolísticamente hablando en la ‘escolinha’ del Gremio de Porto Alegre. A los ocho años crecí futbolísticamente intentando imitar a mi hermano Roberto, que era profesional con el Gremio y soñaba con ganar todos los títulos que tenía el club. Me acuerdo que cuando iba al estadio a ver jugar a mi hermano o a la residencia de jugadores del club había una pancarta gigante que rodeaba el estadio donde se podía leer: "Campeones del Mundo".Sí, porque Gremio le ganó al Hamburgo la Copa Intercontinental de 1983...Yo era muy pequeño cuando eso sucedió, pero uno de los integrantes de aquel Gremio campeón, apodado ‘China’, trabajó con nosotros en el club y todos le mirábamos con respeto porque había sido campeón del mundo con Gremio.En esa época el título se decidía a partido único, el campeón de América contra el campeón de Europa.
¿Un formato más adecuado?
No creo que sea ni mejor ni peor. Antes solamente jugabas un partido y ahora son dos, pero el tiempo de permanencia en Japón viene a ser el mismo.
¿Le motivaría una final contra el Internacional de Porto Alegre, su eterno rival cuando jugaba en Brasil con Gremio?
Sería bonito, sí, aunque lo único esencial es que llegue el Barça y ese derecho habrá que ganárselo el jueves...
Presuntamente contra el América de México.Los conocemos bien. Ya hemos jugado dos veces contra ellos en los últimos años y siempre fue difícil superarles. Tiene jugadores internacionales muy buenos como Blanco o López.
Volviendo al Internacional:
¿Le trae buenos recuerdos sus duelos contra el que puede ser su gran rival en esta final?
Muchísimos, porque cuando jugaba en Gremio el no va más para nosotros era enfrentarnos al gran rival de la ciudad y del estado, Río Grande do Sul. Casi siempre me fue muy bien contra ellos. Le ganamos el título estadual cuando yo era juvenil y también como profesional.Allí recuerdan aquella final de la Liga del Estado cuando Gremio ganó por un ajustado 1-0 con un gol suyo y una jugada ante Dunga que la afición no olvidará jamás...Sí, tuve la suerte de marcar el gol del triunfo y de hacer una jugada que me salió muy bien. Ganamos y recuerdo que la afición saltó al campo y me llevaron a hombros. Fue un día maravilloso.
A ver si lo puede repetir el próximo domingo...