LAS ANÉCDOTAS DEL DESPLAZAMIENTO
LAS ANÉCDOTAS DEL DESPLAZAMIENTO
Una cena a las siete de la tarde
Una cena a las siete de la tarde
• Los jugadores del Barça iniciaron en pleno vuelo su adaptación a la diferencia horaria respecto a Japón
Joan Domènech/Barcelona
Al único que no le resultaba extraño prepararse para cenar a las siete de la tarde era a Eidur Gudjohnsen. A esta intempestiva hora estaba previsto que las azafatas del avión del Barça sirvieran la última comida del día para el equipo.
Tan intempestiva como las tres de la madrugada, la hora que marcaban en ese momento los relojes japoneses, el destino final del vuelo. En apenas 13 horas de trayecto, con mucho menos tiempo que sus rivales, los jugadores tuvieron que empezar a adaptarse a las nuevas condiciones horarias y climáticas que se encontrarán en Yokohama.
Ninguno de los 235 pasajeros de ese vuelo tenía la cabeza en la Liga. Ni la tendrá en toda la semana. Con el liderato a salvo, el Barça voló hacia Japón en busca del gran objetivo que podría coronar un irrepetible año con la conquista del título mundial.
Viajaron 23 jugadores --todos los disponibles, excepto Messi y Etoo, que fueron sustituidos por los jóvenes Giovani dos Santos y Marc Crosas-- y gran parte de la junta --ocho directivos--, además de varios empleados del club y unos 100 aficionados y periodistas.
En la expedición figuraba también otro Barça distinto del que peleará por el título. El de las viejas glorias, con el deseo también de ganar un título que ellos nunca pudieron disputar. El de Fusté, Pereda, Mora, Ramos, Zuviría, Palau y Tente Sánchez, entre otros, que se enfrentará en un partido de veteranos al Yokohama Marinos, el club japonés que fue dirigido por Toño de la Cruz.
Recepción parlamentaria
En ese vuelo, en el que los jugadores debían acostarse a las nueve, como los niños, gracias a una pastilla que les inducía al sueño, había varias butacas vacías. Dos correspondían al presidente Joan Laporta y al vicepresidente Ferran Soriano, que viajarán el miércoles y se sumarán, también, a los actos institucionales que se celebrarán en Tokio y en los que el Barça quiere apuntalar su hegemónica posición publicitaria en el mercado nipón.
Entre ellas, una recepción en el Parlamento nacional (con la presencia de Laporta y Ernest Benach, presidente del Parlament de Catalunya), dos conferencias y un clínic para niños.
Esta vez, y a diferencia de las giras de verano, el equipo no está para participar en actos promocionales. Lejos de los directivos, instalado en Yokohama, Rijkaard podrá invertir exclusivamente el tiempo en preparar a la plantilla, que seguramente será recibida en el aeropuerto de Tokio por decenas de simpatizantes azulgranas.
Otra de las butacas vacías del avión estaba reservada para la vuelta. La que ocupará el trofeo.
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