Penya Barcelonista de Lisboa

dilluns, de desembre 11, 2006

LA ENTREVISTA A ANDERSON LUIS DE SOUZA DECO



LA ENTREVISTA A ANDERSON LUIS DE SOUZA DECO
"El grito en el vestuario era: ¡Vamos a Japón!"

Joan Doménech - Marcos López
BARCELONA

Deco va a Japón en busca del único gran trofeo que le falta. No pudo disputar el Mundial de Clubs tras conquistar la Champions con el Oporto (2004) porque aquel verano fichó por el Barça.

Ahora, de nuevo como campeón europeo, no quiere desaprovechar una ocasión que no sabe si volverá a tener.

--¿Se siente optimista por la marcha que sigue el Barça?

--El equipo está bien. El Mundial nos llega en un momento en el que hemos encontrado otra vez nuestro nivel, después de una fase difícil con las lesiones que sufrimos y la ansiedad por saber si íbamos a pasar en la Champions.

--¿El equipo está relajado, confiado...?

--Como siempre. Confiado, sin duda, pero relajado no, porque sabemos de la responsabilidad que supone este Mundial. Lo afrontamos felices, tras haber superado momentos complicados, asegurado el pase a los octavos de la Champions y líderes en la Liga. Volamos felices a Japón, disfrutando de un momento alegre por lo que hemos conseguido hasta ahora.

--Cambia mucho viajar estando vivos en la Champions.

--Por supuesto. Quedar fuera en la primera fase, siendo campeones y viendo a los demás seguir en la competición, a seis meses para acabar la temporada, sería muy complicado de asumir y de vivir.

--¿Está ahora el Barça en el mejor momento de juego?

--Espero que el mejor momento esté por llegar todavía. Pero de estos cuatro meses, creo que sí. Por resultados y por juego. No nos preocuparon las dificultades del principio porque sabíamos que cuando mejoráramos físicamente, todo volvería a la normalidad. Y todo ha vuelto a la normalidad.

--Ahora vivirá una nueva experiencia. Puede ganar un título que no pudo conseguir con el Oporto.

--Poder entrar en la historia de un club con la grandeza del Barça es algo que no podía imaginar cuando empecé a jugar. Además, es un título que nadie tiene y que todos deseamos. Es la gran oportunidad.

--En la plantilla hay muchos brasileños, que le dan una especial relevancia a este trofeo.

--Sí. En Brasil y en toda Suramérica, se valora mucho más que en Europa. Todos los equipos quieren ganar la Copa Libertadores para poder optar a este Mundial. La expectación que despierta allí es como la final de la Champions aquí.

--¿Se acuerda de la final de 1992 entre el Barça y el Sao Paulo?

--La vi. No iba con el Sao Paulo, porque era del Corinthians, pero claro, era un equipo brasileño... Tenían un equipo increíble. Me gustaban Raí, Müller, Cafú, aunque Raí era el que más destacaba. Me acuerdo del gol.

--¿A todo el vestuario le interesa?

--Sí. Estamos cerca de las vacaciones, pero la gente no habla de eso, sino de Japón. En días así, uno diría: "Joder, ahora viajar a Japón..." Pero no, en el vestuario la gente gritaba: "¡Vamos a Japón!".

--Liga, Champions y Mundial, sería un año irrepetible.

--Creo que se puede repetir, pero no es fácil. Completar el 2006 con el Mundial sería impresionante.

--La gente no sabe el nivel del América o del Inter de Porto Alegre.

--Lo que sabemos es que ellos se han preparado a conciencia. Nosotros tenemos un calendario distinto, pero no creo que sea un problema llegar más tarde que los demás. La clave es tener la misma ilusión que ellos, y no perderemos el Mundial por mentalidad. Las ganas de conquistar el trofeo serán las mismas.

--Llegados a este punto, ¿cómo contempla las críticas recibidas en los primeros tres meses?

--La única que nos anima es la afición. No hemos notado ningún cambio de actitud respecto a nosotros. Estos nos hace creer que no estamos tan mal como a veces leemos en los periódicos. Cuando pierdes dos partidos, hay críticas, pero es normal. Le pasa al Barça, al Milan, al Madrid.

--En realidad, se perdieron dos partidos consecutivos, ante el Chelsea y el Madrid, nada más.

--Pero es que empezamos la temporada ganando al Espanyol en la Supercopa, al Bayern de Múnich en el Gamper y leía que solo nos faltaba saber quién sería el otro finalista de la Champions. Sin haber debutado en la Liga. Claro, perdimos con el Chelsea y el Madrid y parecía que se había acabado la temporada, que no ganaríamos nada. Esto no va a cambiar. Puede que dentro de 20 años venga a Barcelona con mi hijo y lea las mismas cosas. Es el fenómeno del fútbol y de un club como el Barça.

--Pero la afición cree ciegamente en ustedes.

--Es que yo, como aficionado, no le puedo pedir más a este equipo. No puedo hacer más que disfrutar de él y con él. No tanto por las Ligas y la Champions, sino por la forma de jugar y por la actitud y el compromiso que tiene, lo que luchamos en los partidos aunque no consigamos jugar bien. Eso llega a la gente.

--¿En el campo sienten que existe esta conexión?

--Sabemos que existe y la sentimos.Como aficionado, el día que no vea actitud o compromiso, sí que me sentiré ofendido. Pero no es el caso.

--¿Cómo manejan la presión para no fallar nunca en los partidos decisivos como el del Bremen?

--La gente suele estar tranquila. Se nota la ansiedad antes de un partido, pero se respira siempre confianza. Eso es fundamental.

--¿Cree que el equipo ha evolucionado, que es más maduro?

--Sí, porque cada año nos hemos superado. Hemos tenido más dificultades y hemos seguido ganando. Hubo cuatro lesiones graves y conquistamos la Liga. Después, perdimos a Xavi y a Messi y repetimos la Liga y la Champions. Ahora se lesiona el pichichi, el tío que nos mete 30 goles y Messi, y el equipo ha sabido adaptarse y reaccionar.

--También han demostrado que no se han relajado tras los éxitos y después de renovar hasta el 2010.

--Creo que es todo lo contrario. Juegas mejor cuando estás relajado, sin presión. Para mí, era peor al principio de mi carrera, que tenía que cuidar a mis hijos, ayudar a mi familia, mantener a este, comprar una casa... Ahora, gracias a Dios, todo me va bien. No tengo una presión económica, la única presión es jugar bien, y eso no me inquieta.

--¿Le tranquiliza ver que todos tienen esa misma ambición?

--Sí, claro. No estamos preocupados por tener que ganar un determinado número de títulos. Disfrutamos, y cuando llega el momento decisivo, el hambre que sentimos es el mismo de siempre. O mayor. ¿Por qué? Cuando ganas algo, la sensación es tan buena que no puedes olvidarla, y quieres volver a sentirla otra vez y otra y otra...