Penya Barcelonista de Lisboa

divendres, d’octubre 27, 2006

LA COPA DEL REY - EL DUELO CATALÁN


Gudjohnsen afina
• El delantero islandés marcó los dos goles que acabaron con la resistencia de un Badalona tenaz

1 - BADALONA
2 - BARCELONA

Dos rechaces cayeron en el área del Badalona y dos goles firmó Eidur Gudjohsen. Falló en el Bernabéu --eso no lo olvidará nunca, ni él ni el barcelonismo--, aunque, al menos, tardó solo tres días en afinar la puntería. Ayudado, todo hay que decirlo, por un ambicioso Saviola, con quien formó una buena sociedad para quebrar la resistencia de un tenaz Badalona. Guddy, al igual que el Barça, sobresalió en la segunda mitad, aunque bien haría Frank Rijkaard en no olvidar el mal juego de la primera. La Copa está sentenciada gracias, entre otros, a Jorquera, que libró al equipo de un buen disgusto al principio aunque al final no pudo evitar el gol de penalti.Cambian los jugadores (las estrellas trabajan en doble sesión en el Mini Estadi para recuperar la forma perdida) y los suplentes, con algunos titulares, todo hay que decirlo, no lograron modificar la pobre imagen del Barça. Sobre todo, en la primera parte, cuando se vio arrollado por el Badalona. Tal y como suena. El fútbol azulgrana era un somnífero perfecto. Generó sueño. Y es textual. Alguien se durmió, mientras el equipo de Francisco, ordenado, pulcro, inteligente --presionó al campeón de Europa en las narices de Jorquera--, se sentía el dueño de la noche. No solo tenía el balón --era el Barça quien corría absurdamente detrás de la pelota sin encontrarla-- sino que el Badalona dejó rasgos que delatan el buen trabajo de un técnico.
GRAN JORQUERA
Detrás de su aspecto descuidado, Francisco, el exjugador del Espanyol y Sevilla, entre otros, tendió una trampa al equipo de Rijkaard. Le arrinconó y, sobre todo, le llevó a un territorio donde se sintió incómodo. ¿Por qué? Porque se le vio previsible en un estadio a media luz, en un césped artificial mojado para que la pelota viajara más rápido. Casi, en algunas zonas, el campo estaba a oscuras, como el juego del Barça. Mientras Rijkaard hacía algunas pruebas, situando a Gudjhonsen como interior izquierdo (en el Chelsea solía jugar en el centro del campo), dejando a Saviola como delantero centro. Después, ambos jugadores se cambiaron las posiciones. Y todo fue mejor.Con recordar que Jorquera, con dos grandes paradas, salvó al Barça en la primera mitad, queda dicho todo. A Relaño, el meta suplente del Badalona, se le vio en una ocasión salvando un disparo de Gudjohnsen. Al segundo disparo, el islandés se encontró con el tanto, que festejó con rabia latina. Lo necesitaba más que nadie. Aunque antes, tan deslabazado y desorientado andaba el equipo que Rijkaard actuó en el descanso. Si lo de Motta era anoche un examen para ser titular como pivote defensivo --la pieza clave del equipo-- lo suspendió porque el técnico lo quitó.
MEJORÍA AZULGRANA
Entró Edmilson y el Barça mejoró. Si se compara con el miserable balance de la primera parte, parece otro mundo. Con Edmilson en el campo, Xavi se apoderó de la pelota, Gio disparó dos veces con peligro y Saviola, pícaro como siempre, demostró que en el área enemiga no piensa. Primero dispara, luego pregunta. Así es el Conejo. Pero el guardameta Relaño intentó demostrarle que él sí que sirve para este oficio, hasta que Saviola, pesado como acostumbra --corrió más kilómetros que nunca--, se inventó una jugada para que Guddy, que aprovechó el rechace, marcara.Todo lo bien que jugó el Badalona al principio no le valió de nada. En la segunda mitad, a Jorquera ni se le vio, un signo de que el Barça fue al final quien debía ser. Un equipo equilibrado, favorecido por el desplome físico del rival. Al fin, despertaron los azulgranas, espoleados por su lamentable primer tiempo. Ya tocaba que el Barça marcara y que lo hiciera Gudjohnsen. Tipo singular el islandés. Tuvo que ir a Badalona para recobrar la autoestima.