Messi contra todos, incluido el árbitro
El delantero argentino fue el único azulgrana que llevó peligro a la portería defendida por Iker Casillas
Roger Torelló/Barcelona Llegaba al clásico después de haber sido el mejor azulgrana en Stamford Bridge y, de nuevo, repitió. En el Bernabéu, el mismo escenario donde la temporada pasada se doctoró, y ante Capello, quien dos años ya se descubrió ante él bautizándolo como 'diavolo', Leo Messi se echó el equipo a las espaldas. "Nunca he tenido miedo a las patadas", había confesado en El País antes del choque, algo que ayer volvió a certificar. Pese a ser el futbolista más joven de los 22 que había sobre el terreno de juego, con 19 años, asumió toda la responsabilidad del ataque azulgrana. Ni Roberto Carlos, ni Cannavaro, ni Emerson, todos ellos veteranos, le impresionaron lo más mínimo. El primer chut del Barça a la portería de Iker Casillas salió de las botas del 'pulga' a los 23 minutos. Acto seguido, y con actitud decidida a equilibrar el marcador que Raúl alteró nada más iniciarse el choque, Messi hizo una jugada personal de auténtico crack, dejando sentados a Roberto Carlos y Cannavaro, para finalmente servir un gol en bandeja a Gudjohnsen, quien no supo rematar la faena. Pese no a recibir recompensa, el argentino, que se multiplicaba, volvió a intentarlo tres minutos más tarde. Pero los intentos de Messi, los únicos que llegaban por parte del Barça, se veían empañados por la eficacia del Madrid de cara a portería y la ineficacia del árbitro. Pérez Burrull, el encargado de dirigir la contienda de ayer, se tragó un claro penalti que Sergio Ramos cometió sobre Gudjohnsen por un empujón dentro del área. No satisfecho con ello, el árbitro perdonó la expulsión al madridista Emerson. El brasileño, que a los 20 minutos ya vio una tarjeta amarilla, tuvo la bula de Pérez Burrull antes de finalizar la primera parte al no recibir la segunda por barrer con los dos pies a Messi. La segunda mitad fue calcada a la primera prácticamente en todo. Pese al desgaste, y a no contar con la ayuda de sus compañeros, Messi volvió a ser el único en intentar inquietar la portería de Casillas. Otro jugadón del argentino acabró en las botas de Gudjohnsen, cuyo remate lo desvió Iker a córner. Luego, otro jarro de agua fría con el gol de Van Nistelrooy, y gracias, pues los palos evitaron algún gol más de los blancos |
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