21h/C+ (20h hora portuguesa)
- El clásico despierta pasiones aunque a estas alturas no parezca determinante - Madrid esconde su gran miedo a otro 0-3 oculto en un optimismo entre histórico y ciego
Esa es la cita para un Barça al que una simple derrota por la mínima en Champions ha puesto en entredicho. O, mejor dicho, lo quieren poner para rearmar moralmente el 'proyecto Capello', que sólo funciona ante modestos equipos del Este de Europa. Por aquí, nada de nada. Dos empates en casa y una sonrojante derrota en Getafe. Sin embargo el mundo 'merengue' es indestructible. Ríanse del Alcoyano. En cuanto les sale algo de cara ya se sienten 'galácticos'. Luego está la obsesión colectiva por situar al Barça en una crisis galopante, que sólo parece fruto de su imaginación. La lesión de Eto'o la venden como una catástrofe. La derrota en Londres, ante el Chelsea, como una prueba inequívoca de que Ronaldinho está en baja forma. Cada ocasión de remate ante la portería de Víctor Valdés es valorada como una flaqueza defensiva. Y así hasta donde ustedes quieran. De villanos a estrellas El madridismo lame sus heridas de los últimos tres años con un optimismo entre ciego e histórico. Se siente capaz de truncar la imparable marcha azulgana en la Liga y hasta anticipan una victoria contundente en el Bernabéu que acabará con lo que ellos han bautizado como 'el Dream Team II'. Ha sido suficiente el 1-4 de Bucarest para que los muy criticados 'ases' blancos sean considerados 'estrellas' resucitadas. Raúl ha recuperado su instinto de gol, Robinho se ha ganado la confianza de Capello y empieza a ser un 'crack' desequilibrante y hasta el descartado Iván Helguera resulta que es un zaguero de rompe y rasga capaz de solucionar todos los problemas de retaguardia. Resulta enternecedor el espíritu con que el madridismo se engancha a las buenas noticias y traslada sus problemas al Camp Nou. Enternecedor y casi admirable porque si hoy, en el Camp Nou, apareciera un Madrid campeón de Europa, doble campeón de Liga y con cinco puntos de ventaja sobre el Barça, el más profundo de los pesimismos invadiría el barcelonismo. Aquí, no. Ellos son los mejores aunque no se encuentren ni en zona Champions en la clasificación de la Liga. Y si esa clasificación no lo refleja es porque los 'cracks' no quieren. Delicioso. Aquí el único enigma del partido es el propio Barça. No porque tenga dos caras sino simplemente porque es un equipo absolutamente profesional, que dosifica sus esfuerzos, planifica con tiempo la temporada y valora cada partido en función de su importancia real. Curiosamente, el de hoy no decide nada. El clásico, como siempre, levanta pasiones y ha disparado el interés general pero, en el fondo, todos saben que del Bernabéu todavía no saldrá el campeón de Liga. Eso lo reconoce todo el mundo y, lo que es más importante, el vestuario azulgrana. Es obvio que sin Eto'o el equipo tiene menos 'punch', pero también lo es que el cuadro azulgrana muestra una patente superioridad sobre el actual Madrid en todas sus línes y en cada una de sus individualidades. ¿Cambiaría usted algún jugador de la plantilla blanca por un titular azulgrana? Hoy en día ni Casillas parece en condiciones de desbancar a Valdés. Del resto, mejor no hablar porque las comparaciones resultarían odiosas.
Pavor ante Ronaldinho
La conclusión es clara. Si el Barça sale a por todas y se lo toma como el desafío para un campeón, no puede haber color. Si lo enfoca como un desplazamiento más puede suceder cualquier cosa. Dos detalles para subrayar, finalmente, a pocas horas del gran duelo. La rivalidad en Madrid es tan fuerte, que los 'hinchas' del Atlético desean fervientemente la victoria del Barça aunque sea contraproducente para sus propias ambiciones en la Liga, lo cual enerva a los 'merengues'. El segundo es que aquí nadie esconde su pavor hacia Ronaldinho, del que se teme una 'resurreción' estelar al estilo del partido de la temporada pasada. Sin embargo, será vigilado por un Sergio Ramos que no le dará tregua, mientras que ignoran a Messi, para el que no tienen antídoto ni físico ni táctico. Pronto saldremos de dudas. Tras varios días plomizos y de lluvia, ayer por la tarde coindicidiendo con la llegada del Barça, apareció un precioso sol otoñal. ¿Presagio? También nosotros tenemos derecho a soñar
Andrés Astruells. Madrid.El Mundo Deportivo
|
0 Comments:
Publica un comentari a l'entrada
<< Home