Penya Barcelonista de Lisboa

dimecres, d’octubre 26, 2011

El fútbol vive equivocado - Xavi hace añicos el currículum de Platini y debería retirarse con tres balones de oro.




Xavi hace añicos el currículum de Platini y debería retirarse con tres balones de oro.




Enric Bañeres - LA VANGUARDIA



Humphrey Bogart. Así llamaba Andrés Montes, aquel original locutor de televisión desaparecido de un modo tan triste como inesperado, a Xavi. Debía percibir semejanzas entre el protagonista de El halcón maltés y el centrocampista de Terrassa por la aparente frialdad de ambos al medir sus pasos, la sangre fría de sus movimientos y, en fin, porque los dos terminan con éxito casi todo lo comenzado. Montes ponía una voz inconfundible a los partidos de la selección española y, con un estilo entre naif y tarambana, arrastraba a la complicidad a Julio Salinas, que en teoría debía ser el contrapunto serio y reflexivo. Claro que al delantero del dream team debía de resultarle difícil mantenerse en su papel si el que llevaba la voz cantante soltaba cosas como: “¡Ahí va Mertesacker, el defensa alemán! Salinas: ¿Tú dejarías a tu hija salir con un tipo que se llama Mertesacker…?”. Así eran aquellas retransmisiones para regocijo de los hinchas españoles mientras alrededor de Humphrey Bogart Xavi seguía creciendo el equipo ahora campeón del mundo. La calidad futbolística y humana de Xavi, reconocida y glosada ampliamente, no ha sido premiada por los trofeos individuales. No voy a encabezar ninguna campaña como la que se montó el año pasado en la meseta para que le dieran el Balón de Oro a Iniesta. No reclamo nada para Xavi porque sea catalán sino porque es un futbolista fuera de lo común. Y porque creo que el mundo del fútbol habrá caído en una injusta aberración más si permite que se hayan retirado con balones de oro trotones como Matthias Sammer y Pavel Nedved y no lo posea aún el actual director de la sinfónica azulgrana. Claro que tras esa distinción individual hay una guerra de marcas comerciales, agresivas campañas mediáticas y una cuota nada despreciable de papanatismo. En la última elección, por ejemplo, se descubrió que muchos votos que debían ir a Xavi Hernández (Barça), por una confusión inexplicable o dolosa, los recibió Xabi Alonso (Real Madrid), y capitanes de selecciones y seleccionadores admitieron que se había tergiversado su voto. Pero esa es una simple anécdota, aunque revela la desidia de quienes organizan este trofeo, ahora auspiciado por la FIFA. Es verdad que a Xavi uno no se lo imagina tanto haciendo malabarismos, salvo esa perindola suya tan característica, sino como cerebro de un conjunto. Para entendernos, Xavi es más Michel Platini que Johan Cruyff, que poseen tres balones de oro cada uno. Ninguno de los dos ganó la Copa del Mundo, aunque Cruyff fue campeón moral en 1974, con la Naranja Mecánica. ¿Se puede comparar Xavi con una leyenda como Platini? No es que se pueda, es que el centrocampista catalán hace añicos el currículum del gran mito del fútbol francés. Empatan en Eurocopas puesto que Platini ganó la de 1984 con Francia, que jugó en casa y ganó la final a España. ¿Ligas? Xavi gana 6-3. ¿Copas de Europa? 3-1 (Platini sólo ganó con la Juve la ominosa final de Heysel, que no debió disputarse jamás). ¿Intercontinental? 1-0…Pero, ¿no era Platini el mejor centrocampista del fútbol europeo, por encima de Luis Suárez, de Gianni Rivera, de Ruud Gullit? No me proponía desmitificar a Platini, sino evidenciar que su leyenda se apoya menos en éxitos deportivos que en la concesión –arbitraria si se me permite– de tres balones de oro que organizaba France Football. Vamos a esperar, porque a Humphrey Bogart tampoco le dieron el Oscar al mejor actor en 1943 por Casablanca. Tuvieron que pasar ocho años para que, ya en la fase otoñal de su carrera, le dieran el premio por su papel que encarnaba a un granuja aventurero pero cargado de humanidad, en La reina de África. Y segundo quedó el guaperas del momento, el Marlon Brando de Un tranvía llamado Deseo