Penya Barcelonista de Lisboa

diumenge, de febrer 06, 2011

INMESSIONANTE




INMESSIONANTE
Con Messi al infinito y más allá

Tres goles de Messi, que ya es el Pichichi de la Liga con 24 tantos, dieron al Barça el triunfo ante el Atlético. Los de Guardiola lograron su 16º triunfo consecutivo
en la Liga, un nuevo récord, y son más líderes.

El Barcelona acudió puntual a su cita con la historia de la Liga con Messi vestido de etiqueta para la ocasión. Tres goles del argentino, que ya suma 24, solventaron el partido ante el Atlético y cerraron la decimosexta victoria consecutiva de los azulgrana, un equipo sin límites cuando su figura se encuentra en estado de gracia.

Es la diferencia, la mayor diferencia que hay actualmente en el mundo del fútbol. El que tiene a Messi frente al que no lo tiene. Análisis simplista e injusto para un Barça histórico. Este Barça será recordado como el Barcelona de Messi. Por algo será. También lo será el de Xavi, Iniesta, Busquets, Piqué...pero el argentino brilla con luz propia en la constelación de estrellas azulgrana
Ante eso, y menos en este momento, el Atlético tiene poco que decir. Un equipo que mostró sus miedos ya desde el once inicial y dispuso de una ficticia reanimación tras el descanso pero que deambuló durante muchos minutos por el Camp Nou como un equipo sin alma ni motivaciones. Faltó la agresividad defensiva de siempre, la creación que no puede tener y el acierto de un 'Kun' dejado por Quique de la mano de Dios en el vasto terreno culé.

Ese dilatado espacio del que Messi aprovecha cada rincón a su antojo. Conoce cada trozito de césped como si fuera la moqueta de su casa. Y se mueve en él tan bien como en el mismo salón de su hogar. Para la 'pulga' recorrer esos 20 metros de campo para hacer el primer gol resultó tan sencillo como ir del sofá a la cocina a por unas palomitas para ver la película de los domingos.

Messi pesca en la complacencia rojiblanca
En parte, porque con cómodas defensas como la del Atlético uno se siente en confianza. No muerden, no marcan territorio y mucho menos se anticipan a la jugada. No lo hicieron ni Assunçao ni Filipe y eso provoco la plácida llegada de la 'pulga' para batir a De Gea. Casi a la media hora de partido, otra colaboración, esta vez de Antonio López, acabó con el segundo tanto del argentino y una ventaja casi decisiva para el Barça.

En un día en el que Iniesta y Villa pasaron de puntillas o Pedro no se multiplicó como en él es costumbre, los de Guardiola se encaminaban hacia su decimosexto triunfo consecutivo con una facilidad insultante.

Herido por el constante improperio futbolístico azulgrana hacia su persona debió sentirse el equipo rojiblanco en los vestuarios. Es la única manera de entender el arranque de orgullo en el segundo tiempo, ya con Forlán sobre el campo. Esa reacción tuvo su momento álgido en un disparo de Filipe que Piqué salvó sobre la línea de gol. Ahí terminó la intermitente y tímida pelea del Atlético.

Ese fugaz ataque de furia lo anestesió el Barça a base de posesiones interminables y triangulaciones precisas. Los de Guardiola duermen a su rival con el balón, lo mueven como si de un péndulo se tratara y ya está. Sus rivales, hipnotizados. A su merced.

En medio del trance llegó el tercero, obra de nuevo de Messi. La ambición de Villa y la complacencia de Godín le dejaron en bandeja el tanto al argentino, poco misericordioso en situaciones tan favorables. Igual que este Barça, insaciable y dispuesto a batir todas las marcas que se pongan en su camino. Hoy tocó la Di Stéfano. Mañana, con Messi, Dios sabrá.