Se sacó un muy bien 10
Se sacó un muy bien 10
Bastó que apareciera Lionel Messi para que todas las quejas y todas las broncas por el gol mal anulado al Barcelona, que hubiese sido el 2-0 y sin embargo a la jugada siguiente fue 1-1, desaparecieran en el acto. El generoso espacio que iba tener el error del árbitro Delgado Ferreiro, que le cobró offside al argentino en el comienzo de una jugada que terminó con gol de Pedro, se reducirá a alguna mención en las páginas de atrás en los diarios catalanes. Porque en las páginas de adelante otra vez habrá que hablar del genio de Messi, detallar el gol, dar la infografía de la doble pared, reventar la apertura con fotos… Y completar la información con números que abruman y, curiosamente, ya no llaman la atención: décimo gol de Messi en la Liga, suma 19 en 16 partidos de la temporada 2010/2011, son 146 con el Barsa en 230 partidos, ya es el cuarto goleador del club en Liga, con Villa forman la dupla más goleadora del torneo (16, con Higuaín-Ronaldo), hizo goles en los últimos siete partidos de su equipo, lleva 50 en 46 partidos en 2010, fue su 30° doblete en el club… Y se puede seguir un rato más.
Villarreal, que en los últimos años siempre se las rebuscó para llevarse algún premio del Nou Camp, pasó del KO a la resurrección en un minuto, con ese gol mal anulado a Pedro que un minuto después fue empate de Nilmar tras una muy buena definición, y a partir de ahí le enredó el partido a un Barsa que, a pesar de no encontrar la rendija en la defensa, jamás perdió la paciencia para tocar y buscarla. Hasta que en ese tiro libre que el Barcelona jugó rápido encontró mal acomodados a los defensores. Y, se sabe, basta pestañear una vez para que Messi rompa los moldes. Doble combinación eléctrica con Pedro, definición exquisita por sobre la salida del arquero. Y, de postre, sobre el final desvió un centro para sellar el 3-1 sobre el equipo que marcha tercero en el torneo.
Aplausos, che, que por más que Messi lo haga parecer un trámite de rutina, esto no se ve todos los días.
Bastó que apareciera Lionel Messi para que todas las quejas y todas las broncas por el gol mal anulado al Barcelona, que hubiese sido el 2-0 y sin embargo a la jugada siguiente fue 1-1, desaparecieran en el acto. El generoso espacio que iba tener el error del árbitro Delgado Ferreiro, que le cobró offside al argentino en el comienzo de una jugada que terminó con gol de Pedro, se reducirá a alguna mención en las páginas de atrás en los diarios catalanes. Porque en las páginas de adelante otra vez habrá que hablar del genio de Messi, detallar el gol, dar la infografía de la doble pared, reventar la apertura con fotos… Y completar la información con números que abruman y, curiosamente, ya no llaman la atención: décimo gol de Messi en la Liga, suma 19 en 16 partidos de la temporada 2010/2011, son 146 con el Barsa en 230 partidos, ya es el cuarto goleador del club en Liga, con Villa forman la dupla más goleadora del torneo (16, con Higuaín-Ronaldo), hizo goles en los últimos siete partidos de su equipo, lleva 50 en 46 partidos en 2010, fue su 30° doblete en el club… Y se puede seguir un rato más.
Villarreal, que en los últimos años siempre se las rebuscó para llevarse algún premio del Nou Camp, pasó del KO a la resurrección en un minuto, con ese gol mal anulado a Pedro que un minuto después fue empate de Nilmar tras una muy buena definición, y a partir de ahí le enredó el partido a un Barsa que, a pesar de no encontrar la rendija en la defensa, jamás perdió la paciencia para tocar y buscarla. Hasta que en ese tiro libre que el Barcelona jugó rápido encontró mal acomodados a los defensores. Y, se sabe, basta pestañear una vez para que Messi rompa los moldes. Doble combinación eléctrica con Pedro, definición exquisita por sobre la salida del arquero. Y, de postre, sobre el final desvió un centro para sellar el 3-1 sobre el equipo que marcha tercero en el torneo.
Aplausos, che, que por más que Messi lo haga parecer un trámite de rutina, esto no se ve todos los días.
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