Penya Barcelonista de Lisboa

dilluns, de juny 14, 2010

Rosell gana por goleada




Rosell gana por goleada
Los socios castigan el continuismo de Ingla y Ferrer, y Benedito da la sorpresa al ser segundo
El nuevo presidente, el más votado de la historia, arrolla a sus rivales con una participación récord



El Barça tendrá un presidente indiscutible. Nada menos que 35.021 socios, el 61,4% de los 57.088 que acudieron a votar en la intensa y festiva jornada que se vivió en el Camp Nou, por el que desfilaron 150.000 personas, decidieron que Sandro Rosell Feliu, de 46 años, dirija al club los próximos seis años. Un triunfo por goleada que, a partir del 1 de julio, cerrará siete años de laportismo y dará paso a una nueva etapa encabezada por uno de los hombres fuertes de la revolución del 2003.
Curiosamente, los otros dos herederos de aquel grupo, Marc Ingla (7.014 votos) y Jaume Ferrer (6.168), el elegido por Laporta, fueron los grandes perdedores, superados por una anónima figura, Agustí Benedito (8.044), que ha ido ganando terreno hasta adelantarles. El continuismo, más o menos distanciado de Laporta, más crítico o más puro, ha sido el gran derrotado.

Rosell, a quien sus rivales han colgado la etiqueta de ser un peligro para el modelo actual –una acusación que no ha calado, a la vista de los resultados–, se enfrenta a una delicada paradoja. Los socios han elegido un cambio en el palco, pero quieren que fuera de la zona exclusiva del Camp Nou todo siga igual. Y hay alguien mucho más indiscutible e intocable que los dos presidentes, el que se va y el que llega: Pep Guardiola, a quien ayer aclamaron con gritos de «presidente» cuando votó.

CLARA SUPERIORIDAD / Rosell ha jugado el partido electoral como muchos de los que juega precisamente el Barça de Guardiola. Desde el primer día ha mantenido la posesión del balón. No ha habido manera de quitárselo, y ayer, en el momento decisivo, en la final, se impuso de principio a fin con una hegemonía incuestionable (casi 14.000 votos más que la suma de los otros tres). Más incluso que el de hace siete años, cuando estaba en segunda línea, como vicepresidente, por detrás de Laporta. Entonces, además, dieron la vuelta a las firmas y a las encuestas, y acabaron superando a Bassat.

Su mandato, el primero de seis años tras el cambio en los estatutos, empieza con más empuje que el de hace siete años. Ha logrado más votos y mejor porcentaje, lo que le convierte en el presidente más respaldado de la historia. Un gran éxito que celebró en el Camp Nou junto a su equipo, en el que figuran los cuatro miembros que dimitieron con él dos años después de vivir una noche de euforia como la de ayer: Josep Maria Bartomeu (que ocupará la vicepresidencia deportiva), Jordi Moix, Xavier Faus y Jordi Monés.

PACTO FRUSTRADO / Un quinteto que compitió con viejos compañeros de junta que, a última hora, en una cena en casa de Marc Ingla, llegaron a plantearse la posibilidad de un pacto junto con Benedito, conscientes de que era la única manera de tener alguna opción. No hubo acuerdo. Pero, viendo los resultados, no parece que de haberse producido ese tres contra uno, que ya habían intentado sin éxito durante la campaña, hubiera cambiado el nombre del nuevo presidente.

No todos los derrotados encajaron igual el resultado. Benedito acogió su segundo puesto como un pequeño triunfo; Ingla con un punto de resignación, mientras que Ferrer era el más afectado. Su candidatura no podía entender que el trabajo de siete años se tradujera en tan pocos votos.

FELICITACIÓN DE LAPORTA / Laporta, el responsable de no haber articulado una opción continuista contundente, se mostró tranquilo, a pesar de que el ascenso de Rosell, combinado con el castigo a las dos opciones que representan el continuismo, supone un duro golpe. El todavía presidente dejó de lado los reproches, y a última hora se fundió en un abrazo con su sucesor, tal como había hecho antes con los otros tres candidatos. «Es la decisión de los socios, no hay nada que decir. Dejo un club mejor que el que encontré. Si el ganador lo cambia, será una responsabilidad suya. Me voy contento», dijo Laporta.

Pasada la medianoche, Rosell apareció en la Sala París. Habló como presidente, como el presidente «de todos», aunque no lo será hasta el 1 de julio. Lo hizo apelando al sentimiento. Y con una promesa: «No os fallaré».