Penya Barcelonista de Lisboa

dimarts, de juny 15, 2010

Los desafíos de Sandro Rosell. Por Martí Perarnau




Los desafíos de Sandro Rosell
Martí Perarnau

Descontado el bienio negro de Joan Gaspart, que sólo fue un paréntesis, el Barça habrá tenido dos presidentes en treinta años: Núñez cerrando las dos últimas décadas del siglo pasado y Laporta en la primera del actual. Ambos catapultaron y revolucionaron el club.

El que heredó Núñez era un Barça artesanal, controlado por las elites textiles de la vieja burguesía barcelonesa y carente de cualquier modelo futbolístico que no fuera remar contracorriente. Núñez dinamitó casi todo lo heredado, incluidas las muchas cosas buenas que dejaron Montal, Granados y el padre de Sandro Rosell, y abrió el camino a la modernidad.

Excelente en lo económico y correcto en lo social, no poseía un verdadero concepto futbolístico aunque logró éxitos indiscutibles y, por entonces, inéditos.

Contrató a Cruyff sin percibir que estaba a punto de generar el gran cambio deportivo del club y supo poner en marcha proyectos decisivos como la apuesta rotunda por la cantera, con Oriol Tort y La Masia como paradigmas. Veinte años después de llegar a la presidencia, el Barça de Núñez era prodigiosamente más fuerte.

Laporta ha representado un salto cualitativo similar al de Núñez pese a su menor estancia en el cargo. Al margen de su explosiva personalidad histriónica, su mandato ha sido igualmente revolucionario: brutalmente triunfal en lo deportivo; excepcional en algunas medidas como la implicación solidaria en el proyecto UNICEF o la ampliación social; y decisivo en la estabilización y posterior profundización de un modelo deportivo envidiado en el mundo entero. El Barça que deja Laporta ya es mucho más poderoso que el que heredó de los hijos del nuñismo.

Llega ahora Rosell y tiene colosales retos delante suyo: la sostenibilidad de los ingresos en un mundo en crisis; la competencia infernal de millonarios del petrodólar dispuestos a todo por ganar el prestigio internacional; una marabunta de representantes sin escrúpulos convencidos de que el gran negocio del fútbol está en la compraventa de piernas; unas televisiones despiadadas, preparadas para cobrarse en oro el dinero que entregan; y también un modelo deportivo totalmente supeditado a Pep Guardiola; más una masa social acostumbrada al éxito permanente; una vocación solidaria que no admite marcha atrás; muchos resquemores entre los socios no catalanes; y, en definitiva, un aroma de club que debe mejorarse sin perder ni un gramo de su encanto actual.

Tiene toda la legitimidad para vencer semejantes desafíos, entre los que no contabilizo la permanencia de Guardiola pues doy por sentado que es tan sencillo decir que sí a los planes del entrenador que para semejante tarea no hacía falta tal aluvión de votos. Los retos no son deportivos, sino sociales
.

5 Comments:

Publica un comentari a l'entrada

<< Home