LAS GRANDES ESTRELLAS ACABAN KO MIENTRAS SUS ‘VERDUGOS’ QUEDAN IMPUNES
¡Frenen la caza a Messi!
La tolerancia de los árbitros con el juego duro permite que los rivales intenten apagar su talento a patadas.
Es un tema recurrente, pero es una realidad que periódicamente sale a debate, cuando algún jugador del máximo nivel cae lesionado, como ha sucedido con Leo Messi. Los futbolistas con más talento suelen estar expuestos a la excesiva dureza de algunos rivales que recurren a métodos que bordean o sobrepasan el reglamento para frenarles. El madridista Cristiano Ronaldo, cazado por Diawara en el Real Madrid-Olympique de Marsella del 30 de septiembre y de baja hasta el 25 de noviembre, había sido la última víctima ilustre.
Hasta que el miércoles se le sumó Leo Messi. Tras ser derribado hasta ocho veces durante el Dinamo Kiev-Barça, Leandro Almeida se ‘cobró’ la pieza más preciada en la recta final del encuentro, cuando la impotencia de verse apartado de Europa sacó de sus casillas a los jugadores del conjunto ucraniano.
Para Almeida, la jugada no tuvo consecuencia alguna. En cambio, para el astro argentino supone perderse el derby frente al Espanyol, posiblemente la semifinal del Mundial de Clubs y quizás llegar mermado a la final del último trofeo en juego en este 2009.
En realidad, poca cosa comparado con lo que podía haber sido si tomamos como referencia el 2006. Entonces, Leo cayó lesionado en un Barça-Zaragoza de Liga que le supuso una fractura en el quinto metatarsiano del pie izquierdo. Tres meses de baja y ausencia del Mundial de Clubs que perdió el equipo de Frank Rijkaard.
No hace falta remontarse tan atrás para encontrar situaciones en las que Messi ha sufrido marcajes más allá de los razonable. En el arranque de la presente temporada, el central del Málaga Weligton se empleó a gusto con el propio Messi y con Piqué, hasta sacar de quicio a Tito Vilanova... que acabó expulsado por Carlos Delgado Ferreiro. Weligton saldó su deuda con una tarjeta amarilla tras encararse con Piqué.
A Leo Messi le han señalado 33 faltas a favor en las quince jornada del campeonato; es el sexto más castigado de la Liga junto a Riki (Depor), Piatti (Almería) y Busquets (Barça) en un triste ranking encabezado por Susaeta (Athletic Club) y Duda (Málaga) que acumulan 40 ‘recados’ cada uno de las defensas rivales. El asunto es que estamos hablando de las faltas que señalan los colegiados y no de las que quedan impunes. Pero además, hay casos como el de Leandro Almeida en el partido de la Liga de Campeones, que salen ‘gratis’ pese a lesionar a otro jugador. Pep Guardiola retiró a Messi del terreno de juego y renunció a hacer un último cambio en el tiempo de descuento.
Siempre que se denuncian situaciones de este tipo, surgen voces defendiendo que no se debe primar la protección de los futbolistas con más talento porque puede resultar un agravio comparativo respecto a los demás. Pero el problema real es que la excesiva permisividad de algunos árbitros a la hora de aplicar el reglamento sitúa en desventaja a los jugadores más creativos a los que acaban frenando con patadas.
Las consecuencias son evidentes. Ahora, el Barça se verá obligado a disputar al menos dos partidos sin su futbolista más desequilibrante, y cruzando los dedos para que esté a punto para disputar la final del Mundial de Clubs. Josep Guardiola lo volvió a denunciar tras el duelo en Kiev consciente de la importancia que el argentino tiene para el equipo en los partidos grandes, en los que siempre da la cara.
La tolerancia de los árbitros con el juego duro permite que los rivales intenten apagar su talento a patadas.
Es un tema recurrente, pero es una realidad que periódicamente sale a debate, cuando algún jugador del máximo nivel cae lesionado, como ha sucedido con Leo Messi. Los futbolistas con más talento suelen estar expuestos a la excesiva dureza de algunos rivales que recurren a métodos que bordean o sobrepasan el reglamento para frenarles. El madridista Cristiano Ronaldo, cazado por Diawara en el Real Madrid-Olympique de Marsella del 30 de septiembre y de baja hasta el 25 de noviembre, había sido la última víctima ilustre.
Hasta que el miércoles se le sumó Leo Messi. Tras ser derribado hasta ocho veces durante el Dinamo Kiev-Barça, Leandro Almeida se ‘cobró’ la pieza más preciada en la recta final del encuentro, cuando la impotencia de verse apartado de Europa sacó de sus casillas a los jugadores del conjunto ucraniano.
Para Almeida, la jugada no tuvo consecuencia alguna. En cambio, para el astro argentino supone perderse el derby frente al Espanyol, posiblemente la semifinal del Mundial de Clubs y quizás llegar mermado a la final del último trofeo en juego en este 2009.
En realidad, poca cosa comparado con lo que podía haber sido si tomamos como referencia el 2006. Entonces, Leo cayó lesionado en un Barça-Zaragoza de Liga que le supuso una fractura en el quinto metatarsiano del pie izquierdo. Tres meses de baja y ausencia del Mundial de Clubs que perdió el equipo de Frank Rijkaard.
No hace falta remontarse tan atrás para encontrar situaciones en las que Messi ha sufrido marcajes más allá de los razonable. En el arranque de la presente temporada, el central del Málaga Weligton se empleó a gusto con el propio Messi y con Piqué, hasta sacar de quicio a Tito Vilanova... que acabó expulsado por Carlos Delgado Ferreiro. Weligton saldó su deuda con una tarjeta amarilla tras encararse con Piqué.
A Leo Messi le han señalado 33 faltas a favor en las quince jornada del campeonato; es el sexto más castigado de la Liga junto a Riki (Depor), Piatti (Almería) y Busquets (Barça) en un triste ranking encabezado por Susaeta (Athletic Club) y Duda (Málaga) que acumulan 40 ‘recados’ cada uno de las defensas rivales. El asunto es que estamos hablando de las faltas que señalan los colegiados y no de las que quedan impunes. Pero además, hay casos como el de Leandro Almeida en el partido de la Liga de Campeones, que salen ‘gratis’ pese a lesionar a otro jugador. Pep Guardiola retiró a Messi del terreno de juego y renunció a hacer un último cambio en el tiempo de descuento.
Siempre que se denuncian situaciones de este tipo, surgen voces defendiendo que no se debe primar la protección de los futbolistas con más talento porque puede resultar un agravio comparativo respecto a los demás. Pero el problema real es que la excesiva permisividad de algunos árbitros a la hora de aplicar el reglamento sitúa en desventaja a los jugadores más creativos a los que acaban frenando con patadas.
Las consecuencias son evidentes. Ahora, el Barça se verá obligado a disputar al menos dos partidos sin su futbolista más desequilibrante, y cruzando los dedos para que esté a punto para disputar la final del Mundial de Clubs. Josep Guardiola lo volvió a denunciar tras el duelo en Kiev consciente de la importancia que el argentino tiene para el equipo en los partidos grandes, en los que siempre da la cara.
0 Comments:
Publica un comentari a l'entrada
<< Home