FALTAN 19 HORAS

El Barça pisa el acelerador
Ibrahimovic y Messi ya trabajan con un grupo que se siente más fuerte que el Real Madrid

Ciudad deportiva Joan Gamper. Entrenamiento del Barça. Messi controla un balón con el pecho y sin dejarlo caer conecta una vaselina que se convierte en gol. Un golazo. No lo vio la prensa. Una obra de arte. No lo vio la prensa. Una simple anécdota, que explicó a este diario Laureano Ruiz, padre de muchos canteranos en los 70 y los 80, pero también un detalle de que el argentino está mejorando. Lo mismo sucede con Zlatan Ibrahimovic

Ambos se sumaron al grupo e hicieron buena parte del entrenamiento con el colectivo en un Barça que trabajó al completo. Si al final juegan o no mañana está en manos de sus sensaciones, de Josep Guardiola, y de los médicos. Entre todos estudiarán los riesgos de alinearlos, pero es posible que hasta última hora jueguen con el misterio, como hicieron con el desconcertado José Mourinho.

Si los reservan, pensando en Kiev y en el Mundial de Clubs, como advirtió Txiki Begiristain ("podemos ganar sin Messi, confío en la decisión de Pep, pero la prioridad es la Champions y Abu Dabi"), el Barça ha demostrado tener recursos suficientes para sobrevivir. Sin embargo, el equipo confía en sus dos cracks para ser aún más fuertes.

Desde el respeto al líder, el conjunto azulgrana va desplegando un discurso de seny y rauxa para avisar al Madrid de que viene al campo del campeón, del equipo más admirado del momento, de un rival hambriento por recuperar la cabeza de la clasificación, pero, sobre todo, por demostrar quien sigue mandando en el campeonato.

"No me cambiaría para nada por el Madrid. Nuestro equipo es mucho más que el momento que puedan estar viviendo ellos. Estamos picados por haber dejado de ser líderes y queremos volver a la primera plaza", tronó Dani Alves, siempre eléctrico, siempre competitivo. Un mensaje entusiasta que es contagioso. "Creo que ganaremos el partido más espectacular que se puede vivir. Pienso que habrá muchos goles", expuso Ibrahimovic.

Hasta aquí la rauxa. Después vino el seny. "Mejor llegar a este partido en un clima de optimismo, como el de ahora. Por eso no significa que vayamos a ganar seguro o a golear. Jugamos contra un equipazo que nos pondrá en más dificultades que la temporada pasada", apuntó, prudente, Begiristain.

Pero una cosa es la prudencia y otra, los galones. Ni siquiera la presencia de un futbolista de la talla de Cristiano Ronaldo quita el sueño a los barcelonistas, aferrados al fútbol coral del pasado martes, una victoria que ha inyectado de autoestima al Barça, que, como equipo, se ve más hecho, más cohesionado que el Madrid.

"Se están agarrando mucho a Cristiano.Yo prefiero tener un gran equipo y no agarrarme a un solo futbolista. Miedo no nos tendrá Cristiano, pero seguro que sí respeto, porque ya ha sufrido en sus carnes lo que es jugar contra el Barça", dijo Alves. "Llevamos años demostrando que jugando bien como colectivo se pueden ganar títulos. Al final si haces esto te conviertes en una referencia y en un club admirado. Esto es un orgullo", remató Begiristain.

Si los doctores dan el plácet a Ibra y Messi, las estrellas del Barça llegarán al clásico felices. Los recuperados, por poder jugar, Xavi, porque sólo hace que recibir parabienes e Iniesta, porque firmó su nuevo contrato hasta 2015.

Hace cinco años Andrés también renovó dos días antes de un clásico y el Barcelona ganó 3-0. Él lo ve como un buen augurio. "Espero que podamos rematar con un gran triunfo una semana tan especial. Estoy más cerca de poder cumplir mi sueño de retirarme en mi casa", afirmó el centrocampista. Antes, todavía debe dar muchos días de gloria al Barcelona. Comenzando por mañana.