Penya Barcelonista de Lisboa

dilluns, de febrer 09, 2009

Perder una final no es un fracaso


Perder una final no es un fracaso
• Solo quienes no han sido deportistas pueden afirmar tan a la ligera que el Barça va a lograr el triplete. ¿Diez años sin disputar una final de Copa no es tiempo suficiente para valorar la dificultad de la empresa?

Con el de ayer contra el Sporting, 11 partidos en cinco semanas. ¿Cansados? Más o menos asfixiados, pero más de cabeza que de piernas. Estos 15 días con un solo partido por semana le irán bien al Barça, y no tanto en lo físico como en lo mental. De vuelta de la Navidad se palpaba el tener que ganar sí o sí, y encima golear, por la entidad de los rivales en la Liga. Y en la Copa, eliminado el Atlético, más de lo mismo ante el Espanyol y el Mallorca. De ganar al Betis y al Espanyol, no faltará quien meta al Lyón en el mismo saco. Y aquí todo cuesta. Si ganar es complicado, golear es excepcional.Solo los que no han sido deportistas pueden afirmar tan a la ligera que este Barça va a hacer el triplete. En más de cien años de historia, solo dos Copas de Europa. Y solo cuatro dobletes Liga-Copa. Estás a un paso de plantarte en la final de Copa y parece lo más normal del mundo. Lástima, o suerte, de un detalle: han pasado 11 años de la última final copera. ¿Diez años no es tiempo suficiente para valorar la dificultad de la empresa? No sé si el Barça llegará a la final de la Champions. Pero sí que únicamente un accidente mayúsculo le impedirá estar en la de Copa. Y que tocará hacerlo muy bien para salir campeón. Para mí, salir en la foto de grupo con la Copa no es el éxito definitivo, sino el haber llegado a la final. La que sea. Es señal de que has hecho muy bien las cosas. Perder una final no es un fracaso. Como deportista sé que una final solo la gana uno.El ejemplo de NadalHace pocos días Rafa Nadal ganó el Abierto de Australia. Ningún tenista español lo había logrado. El mallorquín ha ganado cuatro Roland Garros y un Wimbledon, y fue salir campeón en Melbourne y palpar algo parecido a lo que rodea el Barça esta temporada. Lo que en el equipo de Guardiola es tener que ganar sí o sí, y goleando, en Nadal es: "Te falta el Abierto de EEUU, ¡gánalo!". Lo que en el Barça es el triplete, en Nadal es el Grand Slam en un mismo año. ¿Cuántos tenistas lo han hecho a lo largo de la historia? Se cuentan con los dedos de una mano. Os aseguro que Nadal valora una final como lo que es: un éxito enorme. Podrá ganarla o perderla pero sabe que solo dos llegan, y que estar es señal de que has hecho las cosas muy bien.El ranking dice que Nadal es el número uno mundial pero, como deportista, el mallorquín sabe dos cosas: el número uno puede perder contra el diez, el 20 o incluso el cien. Y que, a un partido, en el deporte que sea, todos los detalles influyen. Si Federer hubiese ganado en Australia, ¿hablaríamos de fracaso de Nadal? El chaval es tan bueno en lo suyo, al igual que el Barça esta temporada --que levanta tantas expectativas--, que me temo que ya solo le reconocerán el éxito completo. Pobre de él que llegue a la final de Roland Garros y se le ocurra no ganarla por quinta vez. La presión es enorme y se la come básicamente uno solo. En el Barça, al ser un equipo, se la comen muchos. Por eso escribo lo de más o menos asfixiados, sí, pero más de cabeza que de piernas.Los recursos de MessiHablando de piernas, un detalle de Messi que le vi en Santander y que quiero destacar: los dos goles que marcó con la pierna mala. Messi tiene mucha calidad, pero es joven y eso implica que todavía puede crecer en experiencia. En Santander dio un paso adelante. Yo ya sé que se maneja de maravilla con la izquierda. Pero, según como te viene el balón, tu pierna mala pasa a ser la buena. Ejecutarlo sin pensar te convierte en ambidiestro y, por tanto, en mejor futbolista. Amplías el abanico de recursos y pasas de sorprender mucho a sorprender aún más. Sus dos goles fueron con la derecha, sí, pero con técnica diferente.El primero, con el interior, empujándola al hueco, y había poco. Tenía el cuerpo orientado para hacerlo así y no buscó pararla para habilitarla luego a su pierna buena. Aprovechó el poco espacio que había de primera. En el segundo, posición del cuerpo totalmente distinta. Desequilibrado, inclinado al llevársela con el pecho y salvar a un contrario. El balón era bueno para un diestro pero malo para un zurdo como Messi. Su pierna mala pasaba a ser la buena y supo ejecutarlo --por golpeo y colocación-- como si de un diestro se tratara.Solo fueron dos goles (que dieron los tres puntos a su equipo), pero para mí son dos tantos con mucho fondo añadido. Respecto a la temporada pasada, incluso a lo que ya le hemos visto este año, un gran paso adelante. De Messi ya sé que puede acabar en gol un eslalon imposible desde muchos metros. Pero eso se da muy de vez en cuando. En cambio, cerca o pisando área, su talento puede traducirse en un mayor rendimiento para el equipo. Y más si acredita que puede irse por ambos lados. Si con una pierna das miedo a tus rivales, usando las dos con más o menos asiduidad pasas a ser del todo impredecible. Y por tanto, todavía más difícil de marcar.