El Barça tumba al Sporting por la vía rápida (3-1)

El Barça tumba al Sporting por la vía rápida (3-1)
• Los azulgranas se distanciaron al marcar en dos contrataques que duraron 12 y 16 segundos

El equipo más goleador del planeta ha derribado al Sporting con dos contrataques. Parece un contrasentido, pero ha sido así. Dos meteóricas jugadas iniciadas en el área azulgrana han acabado en cuestión de segundos --12 y 16, respectivamente-- con el balón en el fondo de la red rojiblanca. El Barça no perdona ni se entretiene más que lo imprescindible. Defiende la portería propia sin dejar de mirar la ajena, aunque tenga que correr al esprint 90 metros. ¿Cansados? No, no parecen cansados los azulgranas.

Así quiso combatir el Barça el runrún sobre el supuesto agotamiento que empieza a agarrotar sus piernas. En realidad, lo quiso dejar claro desde el primer minuto, cuando inicio su implacable asedio sobre el Sporting. El mismo asedio al que somete a cualquier rival. Desde el primer minuto no hubo color, por más que esos goles al contragolpe den a entender que el once gijonés atacó. Ni hablar. Solo remató entre los tres palos cuando perdía por 3-0. De un córner y un centro nacieron los dos tantos de Samuel Etoo.

De Iniesta y Valdés

De los pies de Iniesta nació el primero en 12 segundos. Cogió el balón en el semicírculo del área propia y se puso a cabalgar en solitario hasta llegar al borde de la ajena; a un lado corría un galgo (Henry), y al otro, un gamo (Etoo). Las manos de Valdés alumbraron el segundo. En 16 segundos pasó el balón de Abidal a Etoo, de ahí a Messi, y de vuelta al camerunés para que fusilara a Lafuente.Contrataques. Las anécdotas de un encuentro al que no se le adivinaba otro desenlace que un categórico triunfo azulgrana, semejante al de la primera vuelta en El Molinón (1-6), allí donde el Barça escapó del descenso y se situó en la cúspide de la Liga tras sumar, con los de esta tarde, 58 puntos de los 60 disputados. Y fue categórico sobre el campo, muchísimo más que en el marcador. En el césped, la diferencia fue abismal, la que exhibe la clasificación entre los dos equipos.Lo vio tan claro el Barça que se pasó medio partido rizando el rizo, tratando de sublimar su bello fútbol, buscando lo inverosímil, recreándose. Pero lo hizo después de un elogiable ejercicio de esfuerzo y de tesón. Recreo y trabajo personificados en Dani Alves, que metió un golazo por ir a buscar un balón sin dueño. Una hora antes, él y Busquets lideraron la tortura que les hicieron pasar a los gijoneses.

Por asfixia

Ganó el Barça al Sporting por asfixia, en un acoso y derribo propio de un equipo menor pero encomiable cuando lo hace el líder. Esa es una de sus señas de identidad: la presión que ejerce en el centro del campo. La hinchada lo supo reconocer aplaudiendo el ejercicio defensivo del cuadro de Guardiola. Hasta Henry participó en él volviendo atrás 30 metros para corregir dos pérdidas. Dos veces traspasó la línea divisoria el cuadro asturiano, dos goles que encajó.Alves se asoció a Busquets para destruir --el canterano, él solo, con su omnipresencia, derribó el mito de jugar con un doble pivote en el eje de la medular-- y se asoció con Messi para golpear al Sporting por el costado derecho. Entre ellos minaron a los gijoneses y atrajeron la atención de cinco rivales, mientras que en otra parcela del campo Xavi e Iniesta impartían una lección de fútbol, escondiendo el balón a Matabuena, Michel, Carmelo y compañía y enseñándoselo a Etoo y Henry. Valdés, mientras tanto, se aburría.

Rival sin fe

Ofuscado Messi, que solo levantó "uys" con sus correrías y sus imparables quiebros, sus compañeros de ataque aportaron la verticalidad y la velocidad que demandaba la propuesta azulgrana de liquidar cuanto antes el duelo.Tampoco jugó con mucha fe el Sporting, con su entrenador Manuel Preciado sentado en el palco y con el aplaudido Quini en el banquillo. Correr y correr para cerrar vías de agua, sin llegar nunca a taponarlas y sin comportarse como un equipo zafio y grosero --hasta que creyó sentirse ridiculizado-- se mostró el Sporting, que juega otra Liga distinta a la del Barça.