Detalles a corregir
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Por Martí Perarnau
El Barça es una máquina imponente de jugar a fútbol lanzada a toda velocidad en pos del título de Liga, que se encuentra a la vuelta de la esquina. Es un equipo con un concepto exquisito, apasionado por vencer siempre, que reniega de la especulación y mantiene sus preceptos esenciales (posición, combinación, posesión del balón, velocidad de pase) por encima de circunstancias coyunturales. Le añade una persistencia corajuda digna de los equipos más batalladores, pues jamás baja los brazos. Bien. Brillante. Espectacular.
Hasta aquí los elogios. Hablemos de sus deficiencias aunque no sea políticamente correcto. La defensa zonal, por ejemplo, está en cuestión tras haber encajado nueve goles a balón parado desde agosto. Nueve de 30 tantos recibidos, un porcentaje demasiado elevado. Pronto tocará enfrentar a Juninho, el mejor guante del mundo sacando faltas, y no se atisba que este agujero negro desaparezca en una semana. No es cuestión de centímetros, sino de posición.
Iniesta es un monstruo en mayúsculas, pero cuando se le retrasa al centro del campo para juntarle con Xavi ocurre un fenómeno desconcertante: crece la capacidad de fabricar oportunidades, pero desciende el peligro real por la banda izquierda. En esa posición, Iniesta construye mucho, pero se diluye toda su verticalidad ofensiva. Mejora el juego de combinación, pero se pierde un puñal decisivo en la banda. ¿Sale ganando el equipo con esa permuta? La impresión del sábado ante el Betis es que Iniesta por banda izquierda aporta mucho más que Henry.
Contra muchas opiniones, defiendo desde el primer día que Guardiola hace bien reservando a Messi para el tramo final de algunos partidos. Pero lo anterior no evita otra realidad: la fluidez del juego colectivo sin Messi no está conseguida. No hablo de la eficacia ni los resultados, sino de la fluidez. Esa asignatura sigue pendiente, al igual que ubicar a Hleb en su verdadero sitio, en la media, no vaya a ocurrir como con Gudjohnsen, a quien se desubicó durante un año por desconocimiento.Acabemos con un dato excelente.
Se critica a Eto’o por su ratio de eficacia, pues a simple vista parece que falla demasiadas ocasiones. No es así. Su porcentaje de eficacia (1 gol por cada 3,75 remates) supera al de Messi (1 de 4,5), al de Henry (1 cada 5,75) y a Bojan (1 de 7,5). Sólo Raúl (un gol cada 3,5 remates) le mejora.
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